Quedamos para tomar algo con Eva Rivera, directora del Dock Of The Bay, el Festival de Cine Documental Musical que este sábado comienza su décima edición. Siempre es un placer hablar con alguien que conoce tanto los entresijos culturales de la ciudad desde todos los frentes. Tras charlar con ella sobre como vemos la vida cultural de la ciudad y sus idiosincrasias, nos centramos en el Dock.

Diez años del Dock of the Bay, un evento que nació como muestra de fin de semana. ¿Cómo surgió lo de convertiros en Festival?

Fue una evolución lógica, interna de la propia muestra. Nosotros pusimos en marcha una muestra, vimos que se afianzaba que había un público fiel que nos seguía, que había una programación que hacer, porque hace diez años no había tantos documentales musicales como ahora, y que esa masa de gente seguía viniendo. Era como una semilla que habíamos plantado y seguía creciendo.

Y también que si hiciéramos siempre lo mismo nos aburriríamos. Cada año organizar una muestra, vale, eso ya lo sabemos hacer, vamos a probar cosas nuevas. Así que como vimos que un formato pequeño ya lo sabíamos hacer crecimos y esto ha derivado en el formato de ocho días, con una sección a competición y otras secciones paralelas.

Pero a pesar de crecer, habéis pasado muchos problemas. En 2013 tuvisteis que recurrir al crowdfunding.

Si, pasamos muchos apuros y seguimos pasando muchos apuros. El 2013 fue un año de inflexión, no sólo para el Dock, también para toda la financiación cultural. Se recortaron un montón de ayudas, también era difícil encontrar patrocinios a nivel privado por culpa de la crisis. Cambiaron muchas cosas para nosotros y para todo el mundo, es muy difícil gestionar un proyecto cultural.

No habéis vuelto a repetir esa fórmula de financiación.

Si, podríamos haberlo hecho otra vez, pero escogimos otras vías. No queríamos cargar al público otra vez con el peso de sacar adelante el festival. Para nosotros fue súper reconfortante y emotivo ver el apoyo, ver que la gente quería que continuase el Dock of the bay.

dock-16

De todas formas, la sección que mejor funciona sigue siendo la del fin de semana en el Principal

Nosotros somos un festival pequeño, que sabemos dónde estamos y somos conscientes que entre semana, un miércoles a las dos sesiones es difícil que pueda venir mucha gente. Si vienen 60 personas a cada sesión, contentos y si alguna se llena, que a veces también pasa, pues mucho mejor.

También es cierto que la sección a competición, que es la que se muestra en el Trueba son películas más arriegadas y que no llegan a un público tan mayoritario como las que se proyectan en el Principal. Cuando programas también tienes que saber hasta donde puedes llegar, pero un festival también tiene que tener propuestas más arriesgadas mezcladas con otras que lleguen a un público mayor. Buscar un abanico más amplio.

¿Habéis pensado en poner un abono?

Ya sacamos abono hace unos años, pero al final somos un festival pequeño y tenemos público que elige su propia línea del festival, que no siempre tiene que ir relacionada con la música. Unos que ven las más alternativas, o sólo la de música clásica, o sólo la de rock… y no funcionaron bien.

Lo que si que tenemos ahora es un abono de 40€ para las ocho películas del Principal. Te ahorras 16€. Hay que pensar que nosotros de los 7€ de la entrada nos quedamos 3’5€, después de pagar impuestos, tickteting, SGAE… no podemos bajar más porque no nos dan los números, se gana muy poquito con las entradas. Hay muchísimos intermediarios.

¿Cuál es vuestra fuente de financiación entonces?

Nos financiamos con patrocinios privados, que son todos esos logos que ves en el cartel y el folleto, y también  con subvenciones publicas. El mayor tiempo de organizar el festival es la búsqueda de financiación. Ahora, cuando acabe, haremos una memoria de balance y empezaremos a reunirnos con las marcas para el año que viene.

Renovamos los patrocinios año a año, todavía no hemos conseguido asegurar una fidelidad más larga. Pasa un año y tenemos que volver a levantar el festival, como el mito de Sísifo. Subimos la piedra por la colina, cae y la piedra vuelve a estar otra vez en el punto cero.

Entonces no os planteáis hacer crecer más el festival

En días no, hay que ser realistas y no podemos aspirar a ser un megafestival, pero vamos creciendo en otras cosas. Por ejemplo, nos interesaba acercarnos a la parte de los realizadores, la crítica la industria y barajamos varias formas, pero no podíamos llegar. Entonces se nos ocurrió lo del seminario, conseguimos el apoyo de la universidad y empezamos. El año pasado funcionó de manera increíble, un absoluto éxito, y este creemos que también lo será. Para nosotros es muy importante y aporta una ventana de reflexión al festival que es muy interesante.

francoise-hardy

Y también las publicaciones

También, el año pasado empezamos con Elefantes Rosas la línea Psycho Beat!, dedicada a la música francesa y el cine con la colaboración de Expediciones Polares. Igual si no llegamos a ser editores no nos hubiéramos lanzado, pero lo somos, así que… Este año publicamos La desesperación de los Simios… y otras bagatelas, las memorias de Françoise Hardy traducidas por Felipe Cabrerizo. Esperamos que funcione tan bien como Elefantes Rosas, que es uno de nuestros best-sellers.

¿Y de que otra forma os gustaría crecer?

Tenemos claro que el festival no va a crecer más en días.  Pero si que no gustaría traer cosas que se han quedado fuera porque no hemos podido llegar, que tuviésemos una estructura de festival con, por ejemplo, dos pases de una misma película, o algún pase de prensa. Incluso aunque alguno de esos pases sea deficitario, pero dar la oportunidad de que el que no pueda ir a una sesión pueda ir a otra. Poder traer a algún director para presentar una película… a ese nivel nos encantaría crecer.

También a nivel de gestión interna. Tenemos un equipo muy bien engrasado y que funciona muy bien pero que se deja muchísimas horas en el Festival y que tiene que hacer muchísimas cosas y en muchos campos distintos. Nos encantaría tener más gente con más disponibilidad, pero eso hay que pagarlo. Durante el año el equipo del festival somos sólo tres personas.

Nos gustaría crecer en capacidad de programación. Poder movernos, ir a Festivales a ferias, a buscar películas, porque lo hacemos casi todo vía internet.. y ¡no sé cómo lo hacíamos antes de internet!

Después de tanto trabajo y esfuerzo, ¿cuales son tus momentos preferidos de estas diez ediciones?

Es difícil escoger… todos son buenos. Yo creo que el Dock es un festival que da muchas alegrías. A mi y creo que a todo el equipo, porque todos quieren repetir (y cruzo los dedos). Es súper satisfactorio. Todos somos amigos o familia y todos lo sentimos como algo muy propio y nos implicamos y nos involucramos mucho.

Pero algún momento especial habrá…

De verdad que todas las ediciones son especiales. Desde el primer año, ¡poder hacerlo!, a convertirnos en Festival, o el año del crowdfundind, Searching for Sugar Man… ha habido hitos, claro, pero todas las ediciones han sido muy chulas. Y seguro que esta lo será también. No ha habido ningún año del que tenga mal recuerdo.

Recomiéndanos alguna película para esta edición.

¡Este año todas son buenas! Este año hemos arriesgado más que en otras ediciones y hay películas en la sección oficial muy interesantes que creo que van a sorprender por el formato y tipo de narrativa. Creo que es muy interesante lo que se está haciendo en el género documental, como se está jugando con los límites de la ficción y la no ficción. All these sleepless nights premiada en Sundance, El Charro de ToluquillaWhen the earth seems to be light que es innovadora y con una fotografía preciosa, o Geometría del esplendor que es una videocreación o ensayo fílmico…

Luego están los clásicos, claro. ¡Don’t look back en pantalla grande! Yo la tengo en formato de video 2000, soy una enamorada de esa película.

La verdad es que esta edición del Dock pinta muy bien, Eva.

Eso creo yo, de verdad.