Ricardo FernándezHace poco más de un mes se presentó la nueva programación de cine de Tabakalera para otoño. Se hizo, además, acuñando un nuevo concepto, el de pantalla pública compartida. Una apuesta por dar más protagonismo a qué y dónde se programa frente a quién lo hace. Se volvía a hacer hincapié en que era un programa pensado de manera conjunta y coordinada entre todas las instituciones relacionadas con el cine que cohabitan en Tabakalera. Desde El Contraplano nos preguntábamos si más allá de la comunicación había habido algún cambio o simplemente era poner un nombre a algo que ya existía. Nos pusimos en contacto con Víctor Iriarte, el responsable del área de Cine y Audiovisual de Tabakalera, para hablar sobre el tema. Víctor insistió en que en la charla tenían que estar representantes de Tabakalera, Filmoteca, Donostia Kultura, la Escuela de Cine y el Zinemaldia. Finalmente, por motivos de agenda y logísitica, quedamos con Lur Olaizola (coordinadora de cine y audiovisual de Tabakalera), Josemi Beltrán (responsable de la unidad de cine de Donostia Kultura) y Joxean Fernández (director de la Filmoteca Vasca).
Ciclo Nosferatu para Agnès Varda en la «Pantalla pública compartida» de Tabakalera
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Lo primero que nos dice Lur es que, como decíamos en nuestro artículo “el concepto de pantalla pública compartida pone nombre a una manera de trabajar que pusimos en marcha desde el principio, pero que de alguna manera nos parecía importante también hacerlo explícito, contar bien todo este trabajo que estamos haciendo”.
Tanto Josemi como Lur remarcan que se ha ido avanzando y mejorando en la forma de trabajar conjuntamente, que ya hay novedades “el ciclo de Nosferatu de Agnes Varda que incluirá las cartas blancas que son las películas que la propia Agnes Varda ha elegido como favoritas que se van a integrar en el ciclo” y que en cursos próximos habrá más avances “a todos los niveles: orgánico, de programación, presupuestario, de formas de trabajar, de compartir conocimientos, de comunicación, etc, etc”.
De miércoles a domingo «una programación no comercial de lujo»
Joxean, además de coincidir en que se han dado pasos adelantes,incide en el concepto de mejorar el relato, define al cine de Tabakalera como “una maraña institucional que a veces difícil de comprender; pero creo que en el fondo eso interesa más bien poco a la ciudadanía. Lo que interesa es el resultado final. Y el resultado final se resume en que tenemos una pantalla pública compartida y ese es el mensaje que se ha intentado hacer llegar. Todo se resume en que aquí hay una sala pública, en donde estamos distintas instituciones, en la que se programa cine de muchísima calidad fuera del circuito comercial entre miércoles y domingo. Eso, para una ciudad como la nuestra, yo creo que es un auténtico lujo, es un auténtico privilegio. También creo que es un privilegio merecido porque también veo que hay unos cinéfilos en esta ciudad que demandan ese tipo de oferta y por eso existe”. Pone como ejemplo el primer fin de semana de esta temporada “el jueves iniciábamos la retrospectiva de Helena Taberna debatiendo con la propia Helena Taberna. El sábado, todas las salas llenas durante todo el día con el estreno de la película Jonas Trueba. Y el domingo, Santos Zunzunegui. Estamos en la vanguardia de lo mejor que se puede ofrecer en cine, a mí me pareció espectacular”.
Todos coinciden en que es un lujo tener esa programación. Para Josemi “es una gozada que igual que vas a la cartelera de los cines y ves qué pelis comerciales tienes, puedas ir a Tabakalera y ver que de miércoles a domingo hay una oferta en la que a hoy puedo llevar a mis chavales a una sesión de cine familiar, hoy tengo un cine un poco más duro, hoy tengo un cine más con una mirada más retrospectiva en la historia, o tengo un pase enriquecido con una charla de un profesor, como Santos Zunzunegui o tengo de invitada a una cineasta como Agnieszka Holland, o Helena Taberna. De verdad que es un lujo”. Esta idea de cine de todos los tipos y, sobre todo de todos los tiempos, la enlaza Lur con otro concepto del que se habla en Tabakalera desde la entrada de la escuela: “Los tres tiempos del cine”. Para Lur, además, la llegada de la Elias Querejeta Zinema Eskola ha hecho explicita otra cosa “la sala de cine como aula, una idea que quisimos transmitir desde el principio. Un lugar donde no solo vemos películas sino también como un lugar de encuentro dónde hay un compartir de ideas, conversaciones, etc, etc”.
Problemas de comunicación
Eso sí, todos los presentes también hacen autocrítica. Sobre todo cuando les ponemos sobre la mesa el tema de la comunicación. Lur nos dice que “todos somos conscientes de que todavía es un trabajo que está por hacer”. Joxean, por su parte reconoce que “hay muchos esfuerzos que hacer” pero también habla de la juventud de la sala: “los hábitos culturales se construyen a largo plazo. Esto yo lo tengo claro. Aunque ahora nos parezca que llevamos aquí toda la vida, solamente llevamos desde 2015, solamente son tres años”.
Cuando mencionamos la web, que a nuestro juicio es muy mejorable, Lur afirma que “somos muy conscientes de que es una web que tiene que mejorar y mejorará. Pero claro, va en relación con muchos cambios que están pasando y es todo un proceso en el que está trabajando todo el equipo. Lo que pasa que no es una cosa inmediata. Al final depende de recursos humanos, depende del tiempo. Poder Informar de todo lo que pasa aquí supone dar una serie de pasos y toda reestructuración por muy pequeña que sea requiere tiempo. Todavía se tiene que mejorar mucho”. Nos habla de que la web está cambiando, de que se ha mejorado el programa de mano, de que se ha remarcado el concepto de pantalla pública compartida. “Seguimos trabajando en ello. De alguna manera todo esto que estamos haciendo va la dirección de facilitar al usuario, al espectador, que entienda qué es esta sala”.
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La idea del mestizaje de públicos es algo en lo que confían. Secciones como “La favorita de….” de Filmoteca que gracias a personas populares como El Gran Wyoming, Iñaki Gabilondo, Abel Barriola, Itxaro Borda, acercan a gente no habitual a la sala, lo mismo que el ciclo de Cine y Ciencia o el traslado de Nosferatu del Teatro Principal a Tabakalera, que según Josemi no provocó bajas, y ciclos tan populares como el de la Screwball Comedy, han hecho que muchas personas hayan conocido la sala de cine de Tabakalera. Joxean nos cuenta que en estos pases se ha podido escuchar a gente decir que no sabían que en Tabakalera había cine de miércoles a domingo. “Bueno, pues, ese es el objetivo, que lo sepan”.
Josemi también dice que “la gente se informa y se entera de lo que le interesa informarse y enterarse. ¿Por qué esas personas que vienen de repente a ver Ghost In The Shell no han venido hace cuatro semanas a ver una de Goddard?. Bueno, pues porque no les encaja no les interesa, pero de repente vienen a ver Ghost In The Shell y es la primera vez que entran a la pantalla de Tabakalera y posiblemente otro día se fijarán en otra película. Sus hábitos culturales son diferentes, van por otro lado y de repente es en ese punto en el que has coincidido con esas personas. Hay que asumir que ese es un trabajo de medio a largo plazo. Me encanta por ejemplo, el trabajo que se está haciendo con la Era Atómica, con la películas clásicas para que los padres que están jugando con esos hijos en la plaza de repente se planteen que el fin de semana pueden ver una película, clásica o moderna y que la pueden ver con sus críos pequeños». Incidimos en eso, en la gente que pulula por el patio, tomando algo, usando la WiFi, paseando a los críos, si hay alguna manera en la que se les podría captar. Josemi insiste en que es algo que están trabajando y estudiando: «Seguramente se podrán buscar otras estrategias para hacer que la montaña vaya donde se encuentra el público, que se visibilice de otras maneras. Por eso el equipo de comunicación de Tabakalera con la ayuda de todos está revisando mucho eso. Está revisando los folletos, los soportes que se sacan en papel, la propia eficacia de la web, y muchas otras áreas. Hay un proceso de reflexión ahí que seguramente esté costando más de lo que a todos nos gustaría, y más a los usuarios y a los espectadores; pero no se quieren tomar decisiones que luego haya que desandar”
Lo que también tienen claro es que no todo el cine que programan es para todos los públicos. Como dice Joxean “habrá algunos ciclos en dónde no podemos soñar con tener doscientos treinta espectadores. Ni están pensados para eso, ni ese el objetivo tampoco. Ahora también te digo que yo prefiero tener una sala más llena que vacía, eso también lo tengo clarísimo. Porque es una sala que se paga con dinero público básicamente, es una pantalla pública compartida y por lo tanto, tenemos que intentar llegar al mayor número de personas posible. O por lo menos tener una oferta tan amplia que todo el mundo termine encontrando a lo largo del año sus películas aquí”.
Ilusión con el futuro
Otro punto en el que están todos de acuerdo y en el que coinciden con la entrevista que le hicimos a Jose Luis Rebordinos hace unas semanas, es en la ilusión por el futuro. “Toda esa gente trabajando junta, en la preservación, en la formación, en la creación, ahora también en la docencia y con estudiantes aquí… Yo intuyo que esto va a dar unos resultados brutales”, nos dice ilusionado Joxean. “Cuando se lo comentamos a gente de fuera, a los periodistas extranjeros que vienen al Zinemaldi, a los invitados, al propio Director del Festival de Cannes y del Instituto Lumiere, es que alucinan. Todavía queda mucha mejora pero yo creo que se está construyendo algo con unas bases de verdad muy sólidas, y espero que hablemos dentro de diez o quince años y creo que vamos a estar hablando de cosas muy potentes. Yo en ese sentido soy, de verdad, muy optimista”.
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Eso si, piden paciencia. Ponen como ejemplo Kimuak, que los dos o tres primeros años no funcionó bien, pero ha acabado siendo una de las razones del buen estado de salud del cine vasco, “Con toda una generación de cineastas vascos que han pasado por ahí y que ahora están ganando diez Goyas, por ejemplo”. Joxean lo compara con el bambú, que cuando lo plantas tarda unos años en crecer, pero luego no hay forma de pararlo. “Hay que esperar un poquito. Por eso yo siempre he sido muy partidario de hablar de políticas públicas que tengan el largo plazo como perspectiva. El resultado inmediato es muy difícil, muy complicado”.
En esta visión de futuro Lur añade Zinema (h)abian – Cinema en Curs, un programa de pedagogía del cine en escuelas e institutos con el que colabora la Escuela de cine. Para ella lo bonito y especial es que “la idea no es enseñar, si no que es transmitir una pasión un amor que tienes como cineasta hacia aquello que haces. Tiene mucho que ver con la ruta que comentaba Jonas Trueba, de acompañar, no de enseñar. ¿Quién mejor que un cineasta o una cineasta? Mano a mano con el profesor o la profesora en el aula para poder hacer todo ese proceso de transmisión. Y es que es increíble. Aparte de tener la oportunidad de descubrir el cine, muchos de ellos, de repente se dan cuenta de otras cosas de su propio entorno, de su propia realidad de las que son conscientes a través del cine. Ahí te das cuenta también del valor que tiene el cine más allá de lo artístico y lo estético. Cómo puede ser una herramienta para conocerte a ti mismo o para conocer tu entorno y ponerlo en valor. De repente eso, tu propia vida, tu propio sentimiento, tu propia emoción, también puede ser una película. Es un proyecto que a mi me tiene muy enamorada, en el que creo mucho y en ese caso si que estamos hablando también del futuro del cine, de ese tercer tiempo. Ese futuro que es Ikusmira Berriak, que es NEST, que es por supuesto el encuentro de estudiantes de cine; pero que es también Zinema (h)abian y ahí además en vínculo con posibles creadores, posibles cinéfilos, posibles espectadores del futuro, que es fundamental”.
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Su idea es que de Tabakalera no sólo salgan cineastas, conservadores o gente vinculada a las instituciones que preservan el cine, también “gente que funde un cineclub en su pueblo, o un blog o cualquier otra idea”. Para Josemi “todas esas cosas salen de lugares de encuentro. Yo creo que justifican que sigan existiendo los festivales de cine, las actividades y estas pantallas como actividad pública. Hacer cine, programar cine, juntarse para ver cine sin más o escribir sobre él, twittear… Para ese tipo de perfiles, de iniciativas y actividades que yo creo que es lo que le dan sentido al cine y a tantísimas otras cosas, me parece que necesitamos espacios de verdad, espacios reales, edificios como este. A veces conozco a gente que me dice que veía las pelis en Nosferatu cuando era un chaval o que empezó a ir a la Semana del terror hace muchos años y de ahí le nació un poco la cinefilia. Pues ojalá en esta pantalla veamos a gente de catorce de quince años que están viniendo a descubrir Los contrabandistas de Moonfleet de FritzLang. Cada vez que veo a alguien ver por primera vez una película de ese tipo me emociono, me justifica mi trabajo. Esa transmisión de la cultura y de lo que a nosotros nos gusta me parece que es una de las mayores satisfacciones que nos da este trabajo”.