Ricardo FernándezReseña de Capitana Marvel
El Universo Cinematográfico Marvel continúa con su estudiada expansión. Han pasado casi once años desde que Iron Man diera el pistoletazo de salida a esta franquicia de franquicias que, desde entonces, está dominando las taquillas de todo el mundo. Capitana Marvel es la vigesimoprimera película de este universo y, por fin, la primera protagonizada por una mujer. También la primera dirigida, codirigida en realidad, por una mujer. Once años y veintiún películas son muchas para que una película Marvel nos sorprenda a estas alturas, aunque, en honor a la verdad, son varias las veces que han conseguido insuflarle un nuevo aire como en Guardianes de la Galaxia o Spider-man Homecoming. Capitana Marvel no es una de esas ocasiones y la película sigue el típico esquema de origen de un superhéroe, superheroina en esta ocasión, en busca de la verdad. Todo ello, y esto tampoco es novedad, aderezado con grandes conspiraciones intergalácticas con un chorrito de humor irreverente, un pellizco de profunda responsabilidad y unas gotitas de nostalgia. Pura receta Marvel/Disney. Eso sí, que una receta no sea nueva no quiere decir que no sea sabrosa. Las croquetas de mi abuela no tenían nada de novedoso y siguen siendo las mejores croquetas de la historia de las croquetas. Bueno, pues Capitana Marvel no llega a ese nivel de excelencia (casi nada en el mundo lo hace), pero el resultado es muy sabroso y disfrutable (aunque sea más un postre para golosos que un alimento nutritivamente saludable).
Capitana Marvel: ¿Quién es y de dónde viene?
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El argumento de la película se puede resumir en que hay una guerra alienígena intergaláctica entre los Kree y los Skrull. Vers (Brie Larson) es una soldado kree con superpoderes que ha perdido la memoria y sólo recuerda imágenes sin contexto de una batalla. Por accidente, Vers acaba en la tierra y empieza una búsqueda personal de sus orígenes mientras la guerra continúa a su alrededor.
Algo que ha sabido hacer muy bien Marvel/Disney es elegir un buen casting para sus películas. Robert Downey Jr., Benedict Cumberbatch, Tom Holland, Paul Rudd, Chris Pratt, Tom Hiddleston… todos ellos han aportado muchísimo carisma a sus personajes elevándolos muchas veces por encima del guión. Esto es exactamente lo que ha hecho Brie Larson. A esta actriz, que muchos descubrimos en Short Term 12 (Las vidas de Grace) y que ganó el Oscar con La habitación, se le ve igual de cómoda en un blockbuster que en una película de corte independiente y devora la pantalla en cada plano que tiene. Aunque brille por encima de todos, ella no es la única que se luce y el resto del reparto no está nada mal. El software que rejuvenece a Samuel L. Jackson funciona realmente bien (con Clark Gregg, el agente Coulson, no tanto) y su Nick Furia con dos ojos es más divertido y menos arisco y avinagrado que el que ya conocíamos (nos pasa a casi todos al envejecer). Jude Law sabe aprovechar sus momentos con brillantez y Ben Mendelsohn consigue hacerse notar bajo los kilos de maquillaje y latex que cubren su cara.
Eso si, la estrella es, como decía, una extraordinaria Brie Larson que con un sólo gesto logra transmitir más información que algunos de los diálogos (sobre)explicativos del guion. Una pequeña sonrisa de satisfacción tras una pelea, una leve mueca de desprecio, un sutil titubeo antes de una batalla o una mirada cargada de ternura, son los detalles sobre los que construye un personaje que en apariencia es una mujer fría y poderosa, decidida y totalmente implacable, pero que en la intimidad no está tan segura de sí misma. Vemos cómo a lo largo de su vida se enfrenta a gente que no creen que sea capaz de hacer lo que se propone o que no le creen digna del estatus que ha alcanzado y no puede evitar sentir la necesidad de reafirmarse a si misma demostrando su valía frente a los demás. Lo dicho, nada nuevo bajo el sol; pero Brie Larson le da el brillo suficiente para que funcione una vez más. Si echamos la vista atrás vemos que El Capitán América se sustenta sobre una base similar de los prejuicios de quienes le rodean y solo ven a un pequeñajo y sus dudas propias. Lo mismo le pasa a Iron Man tratando de demostrar que es algo más que un ricachón hijo de papá, a Thor y su obsesión por demostrar que es un hijo digno de su padre frente a los que lo consideran un privilegiado o a un Spider-man que tiene enfrentarse a todos aquellos que piensan que no es más que un adolescente y también a sus propias dudas acerca de su valía. Eso si, viendo a la Capitana Marvel con su uniforme de pilota de caza no pude evitar acordarme de otra clara influencia de la película: Top Gun (a la que realizan un guiño con el gato Goose). Si, la Capitana también tiene un ego que extiende cheques que su cuerpo no puede pagar… (hasta que sí que puede).
Es fácil en estos días leer la Capitana Marvel desde la óptica del #MeToo y ver las injusticias que ha sufrido el personaje como un reflejo de todas esas denuncias. Lo bueno es que la película no necesita remarcarlo, simplemente pone a una chica en un papel reservado hasta ahora para machos rebosantes de testosterona y supera los obstáculos como antes lo hicieron los otros héroes. Ellas pueden hacer lo mismo que ellos, y punto. La victoria es no tener que subrayarlo. Simplemente ocurre y se trata con normalidad. El personaje no necesita un tratamiento ni un desarrollo especial. Es el típico personaje superheroico más, así que en este caso, y desde ese punto de vista, la repetición del esquema podría interpretarse como algo positivo.
Anna Boden y Ryan Fleck, el tándem encargado de la dirección, provienen de proyectos pequeños de corte independiente. Eso se nota en una película que no abusa de las grandes batallas y menos mal, porque están rodadas de manera bastante confusa. Resulta gracioso haber estado leyendo sobre el intenso entrenamiento al que se ha sometido Brie Larson para las escenas de acción y que a la hora de la verdad el montaje confuso impida que realmente se vea a la actriz en acción. Pero, como decíamos, el fuerte de la película no reside ahí. A Borden y a Fleck se les ve con mucha más soltura y acierto a la hora de filmar las conversaciones con carga dramática, los momentos de intimidad y las situaciones domésticas, que las peleas. El primer diálogo entre los personajes de Brie Larson y Ben Mendelsohn en la Tierra, por ejemplo, es un ejemplo de secuencia bien planteada y rodada, con un estilo mucho más sobrio y efectivo que lo habitual en las películas Marvel. Lo mismo ocurre con los momentos de intimidad entre la Carol Danvers y su amiga Maria Rambeau, dotados de una sutil carga emocional que admite varias lecturas.
Otra de las cosas a las que juega Marvel/Disney y que ya había probado con éxito en Guardianes de la galaxia es a la nostalgia. La ambientación noventera está muy lograda y los chistes sobre la época -los buscas, los módems telefónicos perdiendo conexión, internet recién nacido, la estética grunge- salpican el metraje de manera natural. La banda sonora juega con ese factor también y escoge un grupo de canciones icónicas habitualmente cantadas por chicas con espíritu rebelde (sin llegar a ser riot grrrls, no vayamos a pasarnos) como TLC, Garbage, Elastica, Salt-n-Pepa o el Just a Girl de No Doubt. Las canciones están elegidas con tino para sus secuencias, aunque a veces pequen de obviedad.
El mayor problema que tiene la película, más allá de su falta de sorpresa en la fórmula, es que tiene que lidiar con un personaje nuevo del que hay que explicarlo todo y, a la vez, encajarlo en un universo que tiene muchos años y capítulos de historia por detrás y un futuro ya planeado por delante. Son muchos personajes y líneas argumentales que cuadrar y aunque el guion consigue no enmarañarse ni hacerse demasiado complicado, si que le lastra para profundizar en algunas ideas. Capitana Marvel no arriesga y juega sobre seguro. Los fans del género superheróico la disfrutarán y los detractores no encontrarán razones para cambiar de idea; pero el personaje que han construido y la actriz que lo interpreta pueden hacer cosas aún más grandes en el futuro cuando no necesiten más presentación y todos conozcan ya a la Capitana Marvel. Es una muy disfrutable presentación y una buena sesión para bien cargado de palomitas.
