7.5

De qué habla Nosotros, de Jordan Peele

El terror es un género que suele funcionar muy bien en su nicho y que de vez en cuando tiene éxito a nivel más popular. Mucho más raro es que una película de terror tenga éxito comercial y, además, alabanzas por parte de la crítica más sesuda, como pasó, por ejemplo, con La semilla del diablo de Polanski o El resplandor de Kubrik. Sin embargo Jordan Peele lleva dos de dos. Con su debut, Déjame salir, ganó el Oscar a mejor guión original y obtuvo tres nominaciones más, y de las gordas: actor, película y dirección. Su segunda película, Nosotros, ha comenzando con unos números espectaculares en taquillas y unas críticas que la convierten en una de las sensaciones de la temporada. Tanto elogio, eso si, puede volverse en su contra al poner el listón muy alto y generando unas expectativas difíciles de cumplir.

Get Out: Microrracismos

07/06/2017 - Iñaki Ortiz Gascón

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En Nosotros todo parece muy pensado. A veces incluso demasiado. La película presenta un juego de metáforas, simbolismos, dobles sentidos y preguntas que puede no ser muy satisfactorio para todos los espectadores (para mi lo fue mucho. Tanto viéndola como pensándola después). Esto es algo a lo que Jordan Peele ya jugaba en Déjame salir, pero que aquí es mucho menos concreto y, quizá, no tan redondo. También es posible disfrutar de la película sin darle demasiadas vueltas a la cabeza, y creo que tiene un ritmo y una gestión del suspense y el tono suficientemente hábil como para que así sea, pero creo que merece la pena tratar de seguirle el juego a Jordan Peele. Por eso en esta ocasión voy a hablar más de eso, de su significado, que de otras facetas de la película.

 

A partir de ahora voy a destripar absolutamente el guión de la película y a hablar de ella suponiendo que sabes lo qué ha pasado, así que si no la has visto y quieres verla, mejor que no sigas.

Una película sobre América

Una de las diferencias que tienen Déjame salir y Nosotros es que aquella tenía una mezcolanza de géneros y esta, en cambio, es una película de terror más pura. Un terror que no necesita regodearse en planos sangrientos y mutilaciones, sino en la sensación de peligro constante para los protagonistas. Tras el comienzo con los flashback y la presentación de personajes el terror llega cuando los dobles aparecen en la puerta. A partir de ahí la película se convierte durante un buen rato en una especie de Funny Games donde los intrusos se regodean haciendo sentir pavor a los habitantes de la casa.

Como decía antes, Jordan Peele en Nosotros juega con el espectador. Continuamente pone énfasis en algunas imágenes que los espectadores suponemos que están ahí por algo y empezamos a buscarles el sentido aunque no todos interpretemos lo mismo. Por eso me parece muy apropiado algún cartel de promoción de la película que se asemejaba a una mancha del test de Rorschach. Para mi, uno de los momentos claves para saber de qué habla la película es cuando Gabe le pregunta a Red “¿Quienes sois?” y esta responde “Somos americanos”. Nosotros es una película sobre América (fácilmente extrapolable a otros paises del primer mundo) y esta visión también le da otro sentido a su título original: US que es, a la vez, “nosotros”, pero también son las iniciales de United States (Estados Unidos). Esto tampoco es nuevo para Jordan Peele, Déjame salir era un claro relato sobre el racismo en Estados Unidos, sin embargo esta vez el mensaje está más enfocado hacia la clase social y no (solo) la raza.

El test de Rorschach de Jordan Peele

Cuando Red cuenta de dónde vienen los «atados” habla de un programa gubernamental que ha creado unos dobles que viven en los túneles subterráneos y hacen exactamente lo mismo que los habitantes de arriba. Los de arriba han creado a los de abajo y se han despreocupado por ellos. Los de abajo un día toman consciencia y quieren ser como los de arriba. Un esquema de lucha de clases claro, ¿verdad? Pero Jordan Peele le añade un toque interesante: la película la protagoniza una familia negra acomodada que ve peligrar su estatus por culpa de una gente maltratada, esclavizada, explotada y sin oportunidades. Y no muestran empatía. Ahora que tienen cosas que perder, que aparentemente han conseguido igualarse a los blancos en muchas cosas, han perdido la conciencia colectiva e identitaria, de quienes son y de dónde vienen. Son incapaces de verse reflejados en los atados. Que no deberían ser “ellos”, sino “nosotros”.

Así que no quiero creer que el hecho de comenzar los experimentos en los años 80 de Ronald Reagan (y Margaret Thatcher algo más cerca de nosotros) sea casual. Una época de bonanza y risas, en la que se estaba construyendo un mundo más injusto. La época de Hands Across America, motor de esta película, un acto benéfico que debería haber servido para ayudar a los más necesitados pero que sólo sirvió para que la misma administración que estaba recortando gastos sociales aumentase su recaudación y la usase con otros fines, para que ciertos famosos que pedían solidaridad cobrasen por ello, para que unas empresas lavasen su imagen y para que la sociedad, nosotros, se sintiera mejor mientras “ellos” seguían modelando el mundo a su antojo. Una época de mirar hacia otro lado y pasarlo bien (esa camiseta de Michael Jackson que ahora adquiere otro significado). El origen de “los atados” no podría estar mejor emplazado en el tiempo. Aquí viene a cuento citar a Malcom X: “No veo el sueño americano, veo la pesadilla americana” y Jordan Peele decide contar esta pesadilla en una película de terror. Tampoco renuncia al humor -esa escena del altavoz inteligente equivocándose de canción- porque a veces la realidad es así de absurda y no queda otra forma de reflejarla. Otras veces el absurdo es terrorífico, como el ataque al son de Good Vibrations (que recuerda a los drugos de la Naranja Mecánica al son de Singing’ in the Rain).

La cita de Jeremias 11:11

Algo que aparece continuamente en la película es la cita de Jeremías 11:11. La cita en cuestión dice: Por eso, así dice el Señor: “Les enviaré una calamidad de la cual no podrán escapar. Aunque clamen a mí, no los escucharé”. ¿Y por qué está tan enfadado El señor? Porque los habitantes de Judá y Jerusalén han olvidado las promesas que sus antepasados le hicieron y están adorando a otros dioses. Olvidan y traicionan su compromiso. Como la sociedad olvida y traiciona su compromiso de solidaridad -¿os acordáis de Hands Across America?- y se pierde en el individualismo. Los números de la cita pueden ser la individualidad representada en cada “1”, o una familia de cuatro iguales. Pero en la sociedad, como esos cuatro “1” estamos todos unidos  y lo que hacemos tiene consecuencias. Los “atados” no han surgido porque sí, son fruto de nuestras decisiones, de mirar hacia otro lado, de olvidar nuestros compromisos y nuestro pasado. Algo que Peele también refleja en la barraca de la playa. La primera vez aparece un nativo americano, un indio, la segunda lo han tapado poniendo un Mago Merlín encima. Si molesta nuestro pasado, lo que hicimos, lo tapamos. Aunque sea con una mentira.

¿Una familia o cuatro «1»?

Así que, con estos elementos, Peele construye su película. Se apoya en un gran dominio de todos los elementos del género, un fantástico pulso y unos actores en estado de gracia en sus dobles interpretaciones (mención especial para una Lupita Nyong’o llena de matices). Durante el último tercio la película sigue un esquema bastante clásico del género, con todas las connotaciones que ya he comentado, y para mi gusto algo menos interesante que lo que había sido hasta entonces y alguna pequeña caída de ritmo. Todo desemboca en el clímax final y, después, la última escena, cargada de simbolismo y con una interesante vuelta de tuerca.

El simbolismo de la mirada final

No es que el final de Nosotros, Adelaide y Red intercambiaron sus lugares cuando eran niñas, sea sorprendente. Es relativamente fácil adivinarlo con las pistas que han ido dando -Red es la única “atada” que habla, mientras que Adelaide no podía hablar cuando le encontraron en la playa- pero eso adquiere una gran importancia con la última mirada que le dedica su hijo al final. Que, como todo en una película tan pensada, nos induce a preguntarnos «¿qué quiere decir esa mirada?».

El intercambio entre Adelaide y Red refuerza la idea del “nosotros”. Refuerza la idea de que los de arriba y los de abajo son iguales. La única diferencia radica en las oportunidades. Red (haciéndose pasar por Adelaide) ha sido capaz de formar una familia, querer a sus hijos, labrarse un lugar en la sociedad… Todo igual de bien que lo hubiera hecho la Adelaide real si no hubiera estado en un lugar en el que las escaleras mecánicas sólo van en una dirección, hacia abajo, y es casi imposible ascender. Hasta que un día adquiere conciencia de sí misma, hace entender a los demás que sólo son una pieza del engranaje de una máquina que les está destruyendo y que la única forma de pararla es salirse de ahí y destruirla. Utilizar lo que les ha llegado deformado (esos monos rojos recuerdan al de Michael Jackson en thriller, esas tijeras con las que se cortan las figuras del Hands Across America). Atravesar el espejo, como el conejo de Alicia, y romperlo para no volver. Esos conejos que arriba son adorables mascotas y abajo son el símbolo del horror, convertidos en comida cruda y sangrienta.

Esta diferencia de oportunidades es lo que convierte el sueño americano en pesadilla. Se camufla en un “si te esfuerzas puedes conseguir lo que quieras”, pero lo cierto es que no todos tenemos que hacer el mismo esfuerzo. No tener éxito no está unido a la falta de esfuerzo, a la falta de capacidad, o a la falta de habilidad. A veces es agotador subir en contra de las escaleras mecánicas. Es una sociedad en la que para progresar a veces no queda otro remedio que hacer trampas, ser cruel o violento. Es lo que hizo Red para convertirse en Adelaide. Y una vez que era Adelaide y que tenía algo que perder perdió la capacidad de empatizar con los suyos. Se olvidó de su pasado. Se olvidó de quién es el auténtico enemigo y prefirió enfrentarse a los suyos. El capitalismo se suele defender así, predicando el miedo a perder lo que tenemos, o creemos tener.

Eso es lo que ve Jason cuando mira a su madre en el coche. Lo grave no es su origen, a fin de cuentas venga de donde venga sigue siendo su madre, sino su naturaleza. Su capacidad de consentir que otros sufran, y mostrarse implacable si es necesario, para poder seguir disfrutando ella.

Ahora lo que todos deberíamos pensar es si somos nosotros, ¿quienes son ellos? ¿Quienes son los que siempre ganan?

 

¿Y vosotros que habéis visto en la película? Os animo a contarlo en los comentarios.

Nosotros

Media Flipesci:
7.1
Título original:
Us
Director:
Jordan Peele
Actores:
Lupita Nyong'o, Winston Duke, Elisabeth Moss, Tim Heidecker, Shahadi Wright Joseph, Evan Alex, Yahya Abdul-Mateen II
Fecha de estreno:
22/03/2019