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El cine de terror está de moda. En realidad, siempre lo ha estado, pero hace un tiempo que el cine independiente de autor, poco dado al género, lo está reclamando como suyo. Es un cine de terror sencillo, sin demasiadas florituras ni casquería. Un cine con intereses sociales, ya sea por un determinado retrato social o por un mensaje marcado. Son las películas que a los críticos les gusta calificar como la peli de terror del año, cosa que Get Out es sin lugar a dudas. Muchas veces, también aquí, están ambientadas en una única localización o casi, y se nutren sobre todo de los diálogos. Un ejemplo cercano, en cuanto a su premisa de incomodidad ante las reuniones sociales y que también se desarrolla casi enteramente en unidad de lugar es The Invitation, que también fue bastante jaleada por la crítica aunque personalmente me parece que aporta poco. El toque social, que aquí aborda el racismo, lo tenemos en películas como The Babadook, que habla de la maternidad; o en la mucho más interesante Crudo, que es una película salvajemente feminista.

Está claro que el racismo, y concretamente el que sufren los negros, ha sido llevado al cine en innumerables ocasiones. Una de los aportaciones más interesantes en esta ocasión es la precisión con el que se muestra. Hablamos de microrracismo, especialmente en la primera mitad de la película pues luego la intensidad va subiendo y lo de “micro” se queda corto. Comentarios inoportunos, sin mala intención, que van delatando la diferencia. La incomodidad de una pareja interracial incluso dentro de una familia supuestamente progresista de nuestros días. Desde Adivina quién viene esta noche hasta hoy aún no ha llovido lo suficiente. El padre de familia es declarado votante de Obama, lo que a su parecer, le descarta como racista. Una bonita lectura de la película sería la del voto oculto de Trump. La familia blanca burguesa tiene una actitud prepotente pero sutil, de un fondo rabiosamente conservador, que queda muy bien representado en un símbolo, la mejor arma de la madre, la inquietante Catherine Keener: una taza de té. Por otra parte, el fin de la esclavitud reconvertido a una diferencia de clase notable, el servicio, tapado con vagas excusas. Un entorno casi exclusivamente compuesto por blancos que cuando ven al protagonista, más allá de otros prejuicios, están viendo a un negro.

Get Out

Una familia nada racista

Como decía, la intensidad va subiendo, como es natural, y sin entrar a desvelar nada, diremos que las muestras del racismo se vuelven más radicales. Podríamos decir que pasa de tratar el racismo cotidiano a hablar de la esclavitud. Desde lo fantástico da con las claves: el interés propio y la alienación absoluta del esclavo. De hecho, esta alienación, esta anulación absoluta, esta cosificación es uno de los componentes más terroríficos de la película. Estos elementos están plasmados con ingenio visual y nos regalan momentos especialmente potentes. Da así en la clave del impacto psicológico de la esclavitud, a través de la cosificación del esclavo, más allá de las penalidades del trabajo y los malos tratos que muestran la mayoría de las películas que tratan el tema, quedándose en la superficie. No debe ser casualidad que dos de los cineastas que recientemente han tratado este tema de forma más precisa sean negros: este, Jordan Peele; y Steve McQueen en 12 años de esclavitud. Por cierto, en ambas la premisa pasa por un ciudadano negro que vive en una zona relativamente segura y es llevado a un lugar más peligroso para su raza.

Peele en esta primera película juega con varios estilos. La introducción es un clásico género de terror, con nocturnidad, desamparo, peligro e impacto. Después pasamos a un plano más atrevido que nos deja claro que, aunque puede jugar a ser simplemente una película de sustos bien dirigida, espera tener más personalidad. Hablo de los planos de árboles de viaje con esa extraña banda sonora.

Cuidado con la suegra

Cuidado con la suegra

La película continuamente va combinando esos diferentes estilos, lo que hace difícil encasillarla. Por un lado, las situaciones con la familia, en un tono más independiente, como el que comentaba al principio. De pronto, salta al fantástico más expresionista (como en las escenas del hundimiento). Vuelve a recurrir a los sustos de impacto (como el jardinero corriendo en la noche), más puros del terror, o incluso a los gestos de desesperación como ese helador grito de pánico, “get out!”. Estos momentos más fuertes, dentro de un conjunto de terror de corte más psicológico, consiguen por contraste un golpe mayor. Y para terminar, lo que ha empezado contenido, se pasa al fantástico más desacomplejado. Incluso llega a niveles de ultraviolencia redondeando un popurrí estilístico. Una ópera prima arriesgadísima, como deben serlo; pero también muy equilibrada e inteligente, y esto ya no es tan habitual. Terror psicológico, afinada crítica social, fantástico atrevido y como guinda, toques de comedia. Como su banda sonora, es extraña, diferente, heterogénea y desprende mucho mal rollo.

Jordan Peele. Apuntad ese nombre.

Déjame salir

Media Flipesci:
7.8
Título original:
Get Out
Director:
Jordan Peele
Actores:
Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford
Fecha de estreno:
19/05/2017