Los alumnos de la EQZE

La escuela de cine Elias Querejeta (EQZE) es uno de los proyectos estrella de Tabakalera y casi cualquiera de los responsables de las diferentes instituciones que conviven en el edificio lo ponen como ejemplo de las posibilidades de Tabakalera y de sus tan repetidas sinergias. En El Contraplano hablamos con su director, Carlos Muguiro, poco después de que fuera designado para el puesto. Ahora, con el curso rodado, hemos querido conocer la impresión que tienen sobre la EQZE su primera promoción de alumnos y hemos mantenido una interesante charla con ellos.

Lo primero que nos llama la atención del encuentro con los alumnos es las ganas que tienen de hablar de la escuela y enseñarnos su interior y funcionamiento. Hablan con un entusiasmo casi infantil de los diferentes espacios y lo que se hace en cada una de ellos: un laboratorio para revelar negativos, una sala de edición, un aula de estudio, un mural que forma parte de un trabajo, una pequeña sala de proyección… se percibe el orgullo que tienen por formar parte de un proyecto que les ilusiona muchísimo. Es algo que se nota incluso antes de empezar a hacerles preguntas.

Los alumnos con los que hablamos son Patxi Burillo quien, aunque estudió arquitectura, y trabajó como arquitecto, siempre tuvo clavada la espinita del cine y cuando conoció a Carlos Muguiro y el proyecto de la escuela pensó que su perfil, que “trabaja el cine una manera muy amplia”, encaja muy bien con sus intereses. Francisco Bouzas es un argentino, bonaerense en concreto, que ha dirigido los cortos Los locos no se ocultan y La noche de San Juan, el largometraje La cuarta dimensión y está absolutamente fascinado por la propuesta de la EQZE. Antonio M. Arenas es uno de los fundadores de la desaparecida Revista Magnolia y desde entonces se ha dedicado a la crítica y la comunicación. Cuando conoció la EQZE pensó que muchos de sus intereses se podían materializar, en concreto la programación y la curaduría porque “cuando uno escribe de cine es porque ama las películas y tiene interés por comunicarlas y compartirlas así que programarlas es la extensión lógica de la crítica de cine”. Andrés Fernández, como Patxi Burillo, empezó con interés en la arquitectura para pasar al cine después y estudiar en Madrid Humanidades y Comunicación Audiovisual. Paloma Hernández estudió Historia del Arte, pero cuando conoció gracias a los cines Numax otro tipo de programación pensó “cine, esto es interesante” porque cree que es la forma artística más accesible a la gente hoy en día. Por último, María Laura Ríos licenciada en Artes por la Universidad de Buenos Aires, que siempre se sintió muy atraída por el tema del patrimonio audiovisual, y cuando vio lo que ofrecía la EQZE no dudó en inscribirse “porque es algo muy difícil de encontrar en todo el mundo lo relacionado con el patrimonio audiovisual”.

Qué se han encontrado en la EQZE

Todos ellos se entrevistaron con el propio Carlos Muguiro antes de entrar y la influencia del director de la escuela es palpable en todos ellos. Lo explica muy claramente Francisco que se refiere a Muguiro como «el gurú de todo esto” y define así a la EQZE: “Es una escuela, pero no es una escuela, es una residencia pero no es una residencia, es algo muy complejo y muy difícil de entender también. Es algo que es difícil traducir en palabras y que se entiende a través de la experiencia y a la hora de transmitir eso Carlos Muguiro fue muy claro explicando que esto iba a ser la primera generación y que estábamos haciendo un camino”. Este concepto novedoso también le atrajo a Paloma, un poco cansada de las ofertas postgrado y másters internacionales que encontraba para continuar con su formación. En la EQZE encontró un espacio en el que el proyecto pedagógico era fresco y completamente nuevo. En el País Vasco, no Madrid o Barcelona que a veces parece que sólo se hacen cosas en esos dos puntos. El planteamiento tan transversal, creando un espacio con programación, creación y archivo juntos, con clases semanales que son como una serie de conferencias acerca de temáticas concretas con unos ponentes excepcionales. No son solo profesores, son profesionales que tienen contacto directo con la realidad del cine, desde programadores, a gente de archivos y filmotecas, de Festivales… Un panorama muy del ahora y que revierte directamente en hacer cosas, en generar proyectos individuales o colectivos. La escuela es única en eso”.

Carlos Muguiro, director de la Elias Querejeta Zine Eskola

30/07/2017 - Ricardo Fernández

Poco a poco va cogiendo forma la nueva escuela de cine que se situará en Tabakalera, la bautizada como Elias Querejeta Zine Eskola. En El Contraplano ya hemos hablado sobre ella con Denis Itxaso, Diputado de Cultura en la Diputación Foral de Gipuzkoa y uno de los máximos impulsores de esta escuela, y también con Jose […] Leer más

Preguntados por si la escuela les da lo que esperaban tras esa charla y ese interesante proyecto inicial, la respuesta es un contundente “sí, y mucho más”. Francisco nos dice que ha sobrepasado nuestras expectativas, desde las instalaciones a los compañeros y la comunidad generada, pasando por el apoyo institucional que recibimos que es sobrecogedor. Antonio destaca que el programa académico ya era muy interesante, pero que la relación entre los miembros de la escuela y el propio edificio está haciendo que se produzcan cosas que no podían imaginar, “es impredecible, te vas una semana y cuando vuelves esto ha cambiado”. Tanto Fernando como Patxi destacan el componente humano y la implicación del equipo y el alumnado que ha dado vida al proyecto institucional. “Yo nunca había estado en ningún sitio en el que hubiese una implicación así de la gente con el proyecto. Yo creo que en parte es porque todo el mundo se siente como en casa”, afirma Patxi. «Había intención de generar un espacio diferente, otro tipo de dinámica. Eso estaba presente en el concepto de la escuela pero creo que nosotros hemos transformado todo ese hilo en algo aún más estimulante”. María Laura es igual de entusiasta que sus compañeros, “es fascinante el universo y la amplitud de temáticas y materiales con los que podemos trabajar”. Otra de las cosas en las que hacen hincapié es en la facilidad para el uso de medios no sólo de la escuela, también de la propia Tabakalera como, por ejemplo, espacio de creadores, “no es que sea fácil, es que casi nos empujan a usarlos, están deseando que los usemos”. Por su parte Paloma destaca su sistema pedagógico que para ella es el efectivo porque “deposita en la persona, el estudiante, espacio para desarrollarse individualmente y abre las posibilidades sin reducir el cine a un camino muy concreto, sino todo lo contrario, para que desde ahí, al poder analizar la situación de una manera muy amplia y con esa libertad, puedes encontrar tu hueco. Eso es lo que a veces no pasa al salir de la universidad, que sales con conocimientos pero de eso al mundo real hay un abismo. Aquí estamos adquiriendo herramientas, contactos, que nos permiten tener localizado donde está el cine ahora y poder crear cosas en solitario o compañeros”.

 

En este vídeo los alumnos nos hablan de su experiencia en la escuela

Sobre la comunidad que se ha formado nos cuentan que no solo se interesan por los proyectos de otros, sino que están surgiendo proyectos nuevos, en palabras de Antonio estamos todos en la misma batalla por difundir un cine diferente, por hacer otro tipo de cine y que los procesos sean distintos. Esto es algo clave para que luego se puedan hacer obras que tengan otro tipo de personalidad y aquí se están creando procesos muy diferentes a los que puede haber en otras escuelas de cine”. Nos cuentan que la convivencia es total, con clases, películas “y cervezas en el riojano”. Alaban los muy diferentes perfiles que se han seleccionado y la manera en que se complementan. El mayor exponente de eso es lo que llaman los Akelarres, cuando al final de cada módulo se dedica una semana para hacer presentaciones en conjunto de los diferentes proyectos de cada línea de la escuela, “todos nos reunimos a escuchar los proyectos del resto con el acompañamiento de tutores y es muy interesante escuchar el feedback de tus compañeros. Es una semana dedicada a favorecer el aspecto comunitario y colectivo de la escuela”.

No es tiempo aún para críticas

Ante tanto elogio buscamos que nos dijesen qué cambiarían, dónde podría mejorar la escuela, algún tipo de crítica constructiva. Enseguida toma la palabra Fernando para afirmar que es muy temprano para hacer críticas constructivas o destructivas porque sería como hacer una crítica de una película a los cuarenta minutos. Todavía no sabemos qué es la escuela, estamos en un proceso embrionario. Hasta que nosotros no terminemos e incluso después, hasta que la primera generación tenga un impacto con la realidad y la realidad con la primera generación es difícil hacer una evaluación. Creo que una de las gracias del proyecto es hacer esta apuesta con el tiempo, qué es lo que sucede si pensamos temporalmente la actividad cinematográfica de otra manera”. Antonio sigue por esa línea argumentando que ante uno de los mayores problemas de la escuela, que es la dificultad de que estén los 45 alumnos juntos debido a los procesos de trabajo, proyectos de investigación y propias carreras, algo que no facilita el progreso y el avance lógico de la escuela, “la propia escuela es consciente y el ritmo de funcionamiento se adapta a lo que va sucediendo y se adapta a nosotros, está muy viva”.

También coinciden en que la escuela va a dejar huella, no sólo en sus vidas sino en el panorama cinematográfico. Una vez más Fernando es el más vehemente al decir si no deja huella, no hay esperanza. Si un proyecto como este, con lo sólido que es, no genera una huella, ¿quién la genera hoy en día? El hecho de tener un proceso formativo vinculado al Festival, a la Filmoteca, vinculado a un centro de Cultura, con un aspecto conceptual y pedagógico tan revolucionario y el compromiso de que todos estamos apostando por que va a dejar cambio…” no le pasa por la cabeza que pueda ser de otra forma. Francisco y Antonio remarcan que las propias instituciones que forman el proyecto están predispuestas a ser transformadas, “desde el equipo del Festival, Tabakalera y Filmoteca su intención es que nosotros cambiemos como funciona todo aquí. Esa generosidad es algo muy raro que suceda. Si de aquí saldrá algo que tenga una notoriedad muy grande, eso algo que no lo podemos saber, pero el espacio ya está cambiando y que esto se esté moviendo nos da la certeza de que vamos por el buen camino”. Unos cambios que Antonio asegura llevan aparejados una gran responsabilidad. En palabras de Andrés: “A todos nos está cambiando la forma de entender el cine, sobre todo desde una perspectiva ideológica, política. Es complejo, toda una ebullición de ideas seguro que nos repercute”, algo que casa con la idea de Antonio de que la escuela “fomenta otro tipo de pensamiento sobre el cine que va más allá del simplemente crítico, cómo se relacionan las películas entre sí y con los espacios, por ejemplo”.

La vida cinéfila donostiarra

Queremos saber también cómo ven desde fuera la vida cinéfila de la ciudad, más allá de la escuela, y si participan de ella. Andrés comenta que le sorprende el número de salas que hay siendo el tipo de ciudad que es, la compara con A Coruña por ejemplo, y cree que es probable que la ciudad sea cinéfila por la influencia del Festival. Varios mencionan el Trueba y las sesiones en versión original de los Cines Príncipe, pero la mayoría no salen mucho de la programación de Tabakalera que definen como “impresionante”. Como dice Antonio “una de las cosas que más inusuales de la escuela es que tengas al programador de Tabakalera como profesor contándote la programación, no solo de lo que están poniendo sino de lo que van a poner dentro de uno o dos meses, haciéndote partícipe de ese proceso”. Paloma lo resume en que salen poco de Tabakalera porque estamos en un microclima de cine. La programación que tienen es excelente y siempre acabamos tirando para casa”. También, reconocen que el hecho de que a ellos les salga gratis (está incluido en el precio de la matrícula) es un factor importante.

 

Los alumnos nos cuentan en este vídeo cómo consumen cine, en Tabakalera, en salas, en sus casas…

Cuando les decimos que sin embargo en la ciudad hay una cierta resistencia a considerar a Tabakalera como una sala de cine más se muestran optimistas. Según Antonio “es algo que se acabará consiguiendo, seguro”. Tienen plena confianza en el trasvase entre los asistentes a las diferentes líneas de programación se notará a medio plazo.Combatir que la gente vaya menos al cine con una programación bien curada es difícil; pero es un trabajo a largo plazo que tiene que hacerse desde un ámbito público que no se rige por las reglas del mercado como el privado. La programación que se hace aquí es un acto de coraje y valentía que se debe mantener para poder lograr revertir esta tendencia” nos dice Francisco que también destaca que “la programación se trata con mucho mimo, se cuida que las copias sean de buena calidad, se organizan actividades alrededor de la película y hay una idea de trabajar la sala como un epílogo del festival programando películas que orbitan alrededor de Zabaltegi y vinculando a la gente no sólo con la sala, también con el Festival, es algo increíble”. Para Antonio no es solo una sala de cine más: “La pantalla como fuente de pensamiento, no es simplemente ir al cine, se trata de algo más. Creo que esta sala no tiene nada que envidiar a lo que se hace en Madrid, Barcelona o en Galicia con el CGAC o el Numax, creo que es un referente y es sólo cuestión de tiempo que se consolide.

La pantalla pública compartida de Tabakalera: un proyecto a medio plazo.

23/10/2018 - Ricardo Fernández

Charlamos con representantes de Tabakalera, Filmoteca Vasca y Donostia Kultura sobre el concepto de "Pantalla pública compartida". Leer más

Las plataformas de visionado online

Por supuesto no podemos evitar preguntarles cómo ven el futuro de las salas de cine y la llegada del VOD y las plataformas de cine online. Tienen claro que “el sitio natural del cine es la sala”, pero también que hay que ser consciente de que con qué pantalla se trabaja, tanto desde el punto de vista del creador como el programador. Para Antonio “cada obra responde a su propia concepción y encontrará su espacio en que orientarse. Lo que hay buscar es que el público valore cada uno de los espacios y sepa que tipo de propuestas va a encontrar cuando viene a Tabakalera, va al Trueba o al Príncipe, o entra en Filmin, Netflix o MUBI. Eso es lo que están haciendo las plataformas. Netflix tiene un trabajo de comisariado muy fuerte, creando un tipo de proyecto y de perfil muy claro, MUBI con su programación exquisita y Filmin buscando también su propio público. Cada espacio tendrá su tipo de público y podrán convivir. Lo importante es que el autor no se equivoque y no se confunda pensando voy a poner esto en Netflix para llegar al gran público. Hay que ser permeable y que el público valore”.

 

Recogemos en este vídeo las reflexiones de los alumnos sobre las nuevas plataformas de cine en Internet

Paloma habla de la necesidad de colaboración y nos pone como ejemplo la iniciativa de MUBI Go en Reino Unido que incluye en el precio de la suscripción la posibilidad de ir una vez por semana al cine, en días y horarios concretos. “Los que programan son cinéfilos y se han formado en las salas de cine y tienen eso muy presente aunque trabajen en una plataforma. No hay problemas en que existan plataformas online de visionado. Hay personas que no tienen a mano las infraestructuras para llegar a un tipo de cine de manera natural y estas plataformas son espacios para ese tipo de películas, la cuestión es mejorar las relaciones que se generarán entre ellas, hacer un mercado de ecosistema no de individualidades”.

Algo se cuece en Tabakalera

Hubo más charla con los alumnos, nos explicaron sus proyectos, nos contaron anécdotas y, sobre todo, nos contagiaron su entusiasmo. Como decía Fernando, el proyecto no es fácil de traducir en palabras, pero sólo hay que estar un rato con ellos para ver que en la planta baja de Tabakalera se está cociendo algo especial, algo que es probable que de mucho que hablar en un futuro no muy lejano.