«Más pronto que tarde tendremos a Nico Cage»

Después de la primera parte de la entrevista con Jose Luis Rebordinos, que tan buena aceptación ha tenido, ahora llega la continuación. En esta ocasión es el turno de hablar de sus planes para los próximos cuatro años, de de la escuela de cine de Tabakalera, de la relación con la prensa y… de Nico Cage.

Un repaso a sus 6 años como director

Antes de continuar hablando del futuro, vamos echar la vista atrás y cuéntanos que habéis hecho estos seis años.

Cuando nosotros llegamos hicimos un plan para cuatro años que fue presentado y aprobado en el consejo.. Al final han sido seis años, entre otras cosas porque no lo hemos modificado aunque fue exitoso muy pronto en realidad. Fundamentalmente tenía un objetivo que era la industria; pero también tenía muchos otros más.

Por ejemplo, nos preguntábamos por qué en aquel momento San Sebastián tenía un acuerdo con Toulousse y Friburgo, dos festivales estupendos, pero un festival como el nuestro no tenía acuerdos con los grandes festivales del mundo. ¿Por qué no trabajamos con Cannes? ¿Por qué no trabajamos con Berlín? Bueno, pues hoy en día trabajamos con Berlín en el Culinary, trabajamos con el mercado de Cannes en nuestro foro de coproducción y trabajamos con Ventana Sur, de Buenos Aires, que es el mayor mercado que hay en latinoamérica. Otro objetivo, en plena crisis, era no bajar en público. Bueno, pues hemos subido de 150.000 a 175.000 porque hicimos cosas para lograrlo. Trabajamos el velódromo, pusimos una entrada al 50% para la gente joven y de esa manera no perderla, intentamos rejuvenecer la programación y que fuera mucho más variada, que hubiera mucho más para todo el mundo… También apostamos por la gente joven en el encuentro de estudiantes… vamos, que había una serie de objetivos, pero fundamentalmente fue el de la industria.

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¿Se ha conseguido?

Se ha conseguido ese objetivo y yo creo que es el que ha puesto al Festival de San Sebastián en el mundo. En este momento gracias al foro de coproducción, al cine en construcción y el año que viene al Glocal in Progress, a la gente de industria le interesa estar en San Sebastián, le interesa invertir y gastar un dinero por estar en San Sebastián porque aquí hace una serie de citas.

Como ejemplo, te diré que un gran productor, distribuidor y agente de ventas, uno de los más grandes de Europa y con mucha presencia en Estados Unidos, que además es amigo personal, al poco tiempo de que llegásemos a la dirección festival me dijo “vengo a San Sebastián porque adoro la ciudad; pero voy a San Sebastián tres o cuatro días y tengo tres citas… así que voy porque personalmente me gusta, pero como empresa me interesará el día que tenga dieciocho citas”. Hace dos años esa misma persona me dijo “he tenido diecisiete citas”. Ese trabajo se ha hecho. Durante los días del foro aquí hay fondos de inversión, hay televisiones, hay productores, hay agentes de ventas internacionales… y eso hace que esa gente se relacione y que se estén cerrando un montón de acuerdos aquí. Película vasca que encuentra aquí una coproducción nórdica y de Madrid, Película argentina que encuentra distribución en Europa… todo eso está pasando y no pasaba antes. Se han creado unas circunstancias y unas condiciones para que la industria se mueva. Obviamente no somos Cannes ni Berlín, no tenemos un mercado como tal, pero hemos generado unas actividades de industria y un espacio de encuentro que nos está permitiendo generar negocio. No sólo ha sido industria, han sido más cosas. Ahora ha llegado un momento en el que vemos que la industria está perfectamente asentada.

El plan de futuro

¿Y ahora qué toca?

Ahora quiero presentar un nuevo plan a cuatro años y comprometerme, si al consejo de administración le parece bien que yo siga, a estar cuatro años más. Luego ya veremos. Yo, que trabajé en la empresa privada durante diez años antes de pasar a Donostia Kultura, pienso en nosotros como una empresa que tiene que trabajar por objetivos. Tiene que haber un análisis de dónde estamos, qué necesitamos y qué tenemos que hacer cada año.

Estos seis años han pasado muy rápido. Si me hubieras dicho entonces “diez años”, te hubiera dicho “no creo que llegue”. Hoy en día me siento con fuerzas para seguir si mi consejo de administración quiere.

¿En que consiste el nuevo plan?

Bueno, no tiene grandes sorpresas; pero de ese plan sólo podré hablar en detalle una vez que lo presente a mi consejo de administración y lo aprueben. Eso va a llevar unos meses. Todavía es un boceto que tenemos que presentar al consejo. Durante estos meses espero poder discutirlo con ellos. Sabiendo que la relación del festival con las cuatro instituciones es muy buena y de confianza por ambas partes, con las aportaciones enriquecedoras de todos y estudiando cómo se pueden solucionar las necesidades económicas que plantean, espero poder sacar adelante este proyecto.

Aunque no sea en detalle, a grandes rasgos ¿en qué consiste este proyecto?

Fundamentalmente, y sin entrar en detalle porque no puedo, digamos que tiene dos partes muy importantes. Una tiene que ver con toda la reconversión interna, que igual interesa menos de puertas afuera. Vamos a presentar, por fin, un catálogo de puestos de trabajo que hasta ahora no teníamos. También un nuevo organigrama que tiene que ser discutido y aprobado por el consejo y luego implementado económicamente. Ya hemos ido haciendo algunos cambios, pero me gustaría dejar una estructura organizativa empresarial sólida y competente. La otra parte importante para mi es el tema de la prensa internacional y estamos trabajando un proyecto que tiene que ver con eso.


Pero más prensa choca con los problemas de escasez de salas y la necesidad de más pases para profesionales de la que nos hablabas antes.

Que tengas más prensa internacional no supone que crezcas mucho más, no va por ahí. En el Zinemaldi ya tenemos los grandes trend magazines americanos, las revistas especializadas, las agencias que suponen una repercusión muy fuerte… ¿Qué nos falta a veces? la presencia de medios muy grandes como la BBC, el Herald Tribune, el New York Times, ese tipo de medios, Pues bien, estamos trabajando para ver cómo podemos hacer para que eso tipo de medios estén en San Sebastián. No estamos hablando de aumentar 200 personas de la prensa, es que igual hay que aumentar diez, porque el bloque gordo lo tenemos. Lo mismo nos pasa en industria, que estamos tocando tope. Tenemos 1.500 acreditados de industria pero no podemos tener 2.500 porque no tendríamos infraestructuras para juntarlos. El museo es perfecto para eso, y ya está al límite. ¿Entonces que hay que hacer? Estudiar trabajar, para mejorar en calidad. Si tenemos 1.500, hagamos que entre esos no falten los cien que tienen que estar si o si. Igual ahora tenemos setenta, pues hay que trabajar para que eso treinta que faltan estén. Estamos en un momento más cualitativo que cuantitativo, creo que lo que podíamos hacer cuantitativamente ya lo hemos hecho. No nos tenemos que volver locos.

¿Para atraer a ese tipo de profesionales será necesario intentar traer más estrenos mundiales?

Están cambiando los tiempos y cada vez lo de la premier mundial va a importar menos. Que la prensa se quite eso de la cabeza. No te digo nada cuando Netflix y Amazon se metan a tope con esto. Va a llegar el momento en que los festivales vamos a estrenar películas que van a estar casi a la vez en sus canales y solo dos o tres, como Cannes o Berlín, podrán mantener la premier mundial. De lo que se trata es de que el grado de novedad de las películas y de interés de la programación que consigamos montar haga que a la gente le interese venir. Como decía antes, para una película es bueno tener un pase en Teluride y otro en Venecia, o tenrlo en Toronto y en San Sebastián, ¿cómo no va a ser bueno? mucho mejor que tener pase sólo en uno de ellos. Cada vez las películas van a tener que rentabilizarse mejor en términos de producción y eso está haciendo que se creen circuitos. Para San Sebastián no es grave que una película se presente en Toronto. El 90% de nuestra prensa no ha estado allí.

Cine en construcción en el claustro de San Telmo (Foto: Iñigo Ibáñez)

Cine en construcción en el claustro de San Telmo (Foto: Iñigo Ibáñez)

Entonces, ¿cómo se atrae a esa gente?

Tenemos que conseguir que San Sebastián sea un festival muy especial y que para cierto tipo de gente sea mejor venir aquí, como para otros será mejor ir a Venecia o a otro festival, no necesariamente más grande que nosotros. Venecia es más importante que San Sebastián, pues claro que si, y no pasa nada. También hay películas a las que les interesa ir a Karlovy Vary, que es un festival más pequeño que San Sebastián con una personalidad definida que yo adoro. Lo mismo pasa con Locarno, tiene su tipo de películas. De eso es de lo que se trata, de de dar a un Festival una personalidad muy concreta que te permita apostar por un tipo de cine y que haya un tipo de gente que quiera estar, que todos sepan que es lo que estás ofreciendo y cómo.

La personalidad del Zinemaldia

¿Y cuál queréis que sea la personalidad de San Sebastián?

Un festival como el nuestro tiene que ofrecer, sobre todo en la sección oficial, lo mejor del año que pueda conseguir en premier europea; pero también pensamos que tiene que apostar por los nuevos talentos. Sobre todo porque este es un Festival que tiene un Encuentro de estudiantes de cine, que durante el año hacemos Ikusmira berriak junto con varias instituciones o que tiene una competición de nuevos directores que es muy importante para nosotros. Esa va a ser la línea editorial de festival, que ya se inició el año pasado con 6 óperas primas. Vamos a intentar que cada año haya tres o cuatro películas, mínimo, que sean primera o segunda película.

El año pasado vimos una película como Lady MacBeth, que nos pareció fascinante un peliculón. El primer pensamiento fue “es una ópera prima vamos a ofrecerle Nuevos Directores”; pero no, decidimos ponerla en foco de atención más importante, en la competición de Sección Oficial. Luego Lady MacBeth ganó el premio Fipresci y el Flipesci. O películas como El Gigante, que puede ser una película pequeña, pero que apunta a un director muy importante, el tiempo lo dirá. Lo mismo que El invierno. Películas pequeñas porque son óperas primas, pero que te hacen pensar hacia dónde irán esos directores cuando tengan algo más de producción, porque se les ve talento. Defender los nuevos talentos va a ser uno de los puntos importantes de la línea editorial del Festival y no sólo en competición.

Antes hablabas de Glocal in progress ¿en qué consiste?

Seguimos peleando por todo el tema de pensar que nos une a otros. Lo primero es llo que tenemos en común, por ejempo el castellano con toda la vertiente de América Latina, que sirve para el foro de coproducción, cine en construcción, Horizontes Latinos, etc. Pero también nos une a otros lo que tenemos de diferente: el euskera. Eso que nos diferencia respecto a algunos, nos une a otros. Por ejemplo los Islandeses que son 300.000 y tienen el mismo problema que el euskera de mercado. Ojo, de mercado, no de producción, porque olvidémonos de viejos discursos anticuados, que la producción de cine en euskera no está oprimida. Se produce en euskera, como se produce en castellano, y para el número de personas que habla euskera, que es aproximadamente un millón, producimos más de lo que se produce normalmente en una lengua respecto al número de habitantes. El problema que tiene el cine en euskera no es producir, O por lo menos no es mayor que el problema de producir en castellano, porque obviamente no es el mejor momento para hacer películas.

La cuestión es que el castellano tiene un mercado de millones de personas y el euskera se acerca al millón. Entonces, unámonos y hagámonos fuertes e investiguemos. Estudiemos qué podemos hacer con los que tienen los mismos problemas que nosotros que son todas las lenguas no hegemónicas de Europa, todos los países nórdicos, bálticos, Irlanda, el catalán, el gallego… Por eso hemos creado Glocal in progress, que es como un cine en construcción, pero de países europeos con lenguas no hegemónicas. Ese tipo de cosas son las que nos van confiriendo una personalidad especial.

Está claro que el Zinemaldia es mucho más que una semana de proyección de películas.

Cada vez los festivales están más vinculados a todo el año, sobre todo los que no son los más grandes. Nosotros estamos, como decía antes, en Ikusmira Berriak, estamos trabajando en la escuela de cine junto a Tabakalera, la Filmoteca y Diputación, una persona de nuestro equipo está en la Diputación en un grupo de debate sobre la producción en euskera… cada vez estamos en más temas que nos implican no sólo durante lo diez días del Festival. Eso nos hace más grandes, eso nos crea relaciones. Ya no se puede entender el Festival como una cosa aislada donde sólo se proyectan películas. Es mucho más. Yo suelo decir lo del iceberg, que lo que se ve es la parte más pequeña y es verdad, porque las películas y la alfombra roja es la parte más pequeña, no es la que más trabajo nos lleva.

La escuela de cine

Háblanos de la escuela de cine.

La escuela de cine surge de una idea de Denis Itxaso que nos llama porque quiere hacer una escuela de cine. Se pone en contacto con nosotros, con Filmoteca y con Tabakalera. Hay muchas escuelas de cine y tenemos la intuición, que se va convirtiendo en realidad, de que si queremos que haya una escuela de cine en Tabakalera sólo tiene sentido si esta es orgánica con lo que tiene Tabakalera: aquí está el Festival de Cine de San Sebastián que es uno de los más importantes de Europa, al lado está el archivo vasco y está Tabakalera como punto de creación y programación.

A partir de aquí se crea un equipo de trabajo formado por todas estas instituciones que trabajan por ver que se está haciendo en el mundo, en Madrid, Barcelona, en el resto de Europa o en Estados Unidos. También hablamos con especialistas en la docencia… La persona más implicada en el proyecto por parte del Festival es Maialen Beloki.

Encuentro internacional de estudiantes de cine (Foto: Montse Castillo)

Encuentro internacional de estudiantes de cine (Foto: Montse Castillo)

¿Y a qué conclusiones se llega?

Que que esta escuela puede ser muy potente si se llega a tres áreas de trabajo. Por un lado la que tiene que ver con documentación, restauración, archivo incluso parte técnica de aprender a proyectar, vinculada a Filmoteca Vasca. Otra dedicada a curaduría, programación, crítica internacional, publicaciones, que son cosas que nos interesan mucho, vinculada al Festival de Cine. Otra parte dedicada a creación, pero no desde el punto de vista clásico de dirección, guión, etc…. Creación desde un punto de vista mucho más especial, de generar contenido desde la creatividad, vinculado a Tabakalera.Esas especialidades son vasos comunicantes, por lo menos tal y como las estamos planteando. Ahora ha salido a concurso el proyecto y ahora habrá que cuál sale, pero en cualquier caso tenemos una serie de ideas que iremos incorporando al proyecto que salga

La verdad es que suena atractivo…

Es algo muy bonito porque es una escuela en la que no les van a dar un rollo patatero cada día. Es que están aquí, imagínate que las prácticas de la parte de curaduría las hagan aquí. Imagínate que yo me pueda juntar con ellos durante todo el año, con otra serie de gente, para que conozcan de primera mano el proceso en tiempo real de como va la programación, los problemas que tenemos, por qué tomamos una decisión, nuestras dudas, cuando nos equivocamos, cuando perdemos una película, cuando acertamos… no puede haber una práctica mejor para alguien que quiere hacer curaduría. O imagínate en Filmoteca, que esos alumnos se pueden incorporar a procesos de restauración, o trabajar con Nuria y con Víctor viendo como se programa en Tabakalera. Esta escuela es muy orgánica, muy unida a Tabakalera, que nos hace mucha ilusión.

La prensa, las redes sociales… y Nico

Vamos a cambiar de tercio, vamos a hablar de la relación de la prensa con el festival.

San Sebastián tiene una situación curiosa que no tienen otros Festivales. Cannes, por ejemplo, responde ante la prensa internacional y la prensa francesa; pero nosotros a eso le añadimos otros dos elementos: la prensa local y el público. Donde otros tienen dos frentes, nosotros tenemos cuatro que son muy diferentes entre si. A veces hay películas que se llevan la mayor ovación del público y sabemos que la prensa la va a recibir de forma tibia e incluso un sector la va a machacar. También al revés, sabemos que si ponemos Nocturama de Bonello, que a mi personalmente me parece una película magnífica, sabemos que no va a ser de las favoritas de gran parte del público, porque es una película difícil, es una película que exige haber visto mucho cine para entender ciertos códigos de la puesta en escena. Sabemos que hay películas que la prensa internacional las va a recibir muy bien, pero el público no, sabemos que los gustos de la prensa nacional no son los mismos que los de la prensa internacional… Es complicado porque sabemos de antemano que vamos a programar algunas películas que un cierto sector las va a rechazar. Es rara la película que es recibida igual por todo el mundo.

Notamos mucha diferencia entre la prensa local y nacional con la internacional. Es complicado porque la prensa local es importantísima para nosotros. Cuando hablo con amigos periodistas de aquí se ríen y dicen que exagero, pero la prensa local tiene mucha repercusión en la ciudad y pueden cargarse una edición.

La prensa nacional e internacional nos juzga de diferente manera. La prensa internacional nos trata con más normalidad, como a cualquier Festival y la nacional con más condescendencia. Si una película está aquí suele ser porque «no la habrá querido nadie», y no es así. «Uy, si tienen a Bonello es porque no lo habrá querido nadie», «Uy si tienen a Hong Sang-soo es porque no lo habrá querido nadie», «Uy, si tienen….» que no es así, de verdad que no es así. Yo no puedo, no debo, contar como son las negociaciones; pero cada película es un mundo y es mucho más complicado de eso.

Imagino que será curioso ver ciertas cosas que se dicen, cuando tienes información de primera mano.

A mi me asombra la ligereza con la que se dan ciertas informaciones. Porque una cosa es la opinión, que puedes discrepar en las formas; pero otra es la información.

La democratización de la crítica me parece estupendo, aunque es cierto que antes para ser crítico había un proceso y ahora  tiene la capacidad de crear opinión sin tener demasiado conocimiento. Hoy se pontifica demasiado desde las redes, cualquiera puede decir cualquier cosa y se siente importante. Y la verdad es que puede llegar a generar opinión. Es como si yo me pongo a opinar de teatro con toda la seguridad. Sé, que si me lo propongo, la mía puede parecer una opinión con mucha autoridad y yo no tengo ni idea. Me gusta el teatro como a cualquiera, pero no he visto lo suficiente, no tengo referencias, no tengo conocimientos… Pero insisto, esto es el terreno de la opinión que, aunque a veces de la impresión de que no hay mucho fundamento detrás, no deja de ser una opinión y por suerte hay casi tantas como personas. Aunque a veces esas opiniones crean opinión. Me llama más la atención en el terreno de la información, que se dicen cosas disparatadas.

Se dan datos de una película que va a estar en un Festival y luego cuando no está, el mismo que decía eso, ahora dice que es porque la han rechazado y, claro, nosotros que estamos en contacto con los productores sabemos que lo que pasa es que la película está sin terminar y no tienen previsto acabarla hasta noviembre, porque estamos hablado con los productores y sabemos como va el proceso. Así que cuando lees cosas de esas desde aquí se sufre y no puedes contestar «oye tío, no digas estupideces y no hables de lo que no conoces». Ahora con las redes sociales se hace altavoz de cosas realmente disparatadas. Sobre todo me asombra en el terreno de la información, más allá de la opinión.


Ya, incluso había quien decía que Nico Cage iba a ser Premio Donostia…

Eso es cuestión de tiempo, estamos en ello… lo de Nico Cage se acerca, más pronto que tarde tendremos a Nico Cage.

Eso va a ser el titular

Es que os lo he puesto a huevo ¿eh? jajaja.