Entrevista con el equipo de El Hoyo

 

Comienza la 30 edición de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia y lo hacemos de la mano de uno de los títulos más destacados del cine de género este año en España: El hoyo. Tras ganar el premio a Mejor Película, Mejor Dirección y Mejores Efectos Especiales en Sitges y el premio del Público tanto en Toronto como en Sitges, la producción vasca, de la productora bilbaína Basque Films, inaugura esta edición aniversario del festival donostiarra y tenemos la oportunidad de hablar con el equipo de la película, tanto con Carlos Juárez y Pedro Rivero, productor y guionista respectivamente, en rueda de prensa y charla posterior, así como con Galder Gaztelu-Urrutia, director de la película, en entrevista posterior. Hablemos de El Hoyo

Origen de El Hoyo: «Finalmente la película, tiene su esencia, pero no es una adaptación de la obra de teatro.»

 

¿Cómo surge el proyecto de El Hoyo?

Carlos Juárez: Estábamos haciendo la película Psiconautas y Pedro Rivero me habla de una idea, de otro proyecto. Es una obra de teatro que creía que podía ser muy interesante. Me estuvo insistiendo muchos días, meses, hasta que por fin lo leo y me quedé fascinado. Me interesó mucho, tenía un planteamiento muy kafkiano, a mi Kafka es un autor que me fascina, y a partir de ahí quería hacer la película. Hablé con Galder y le dije que creía que la película podía ser muy potente, que deberíamos plantearnos hacerla y que la tenía que dirigir él. Galder también la leyó, también se quedó fascinado y a partir de ahí, todos a una. Nos ha llevado bastante tiempo poder producirla porque es compleja de hacer aquí, de alguna manera no es el tipo de cine que se está haciendo y que las televisiones demandan. 

Galder Gaztelu-Urrutia: Fueron dos años de trabajo en los que hubo alguna guerra estúpida de egos, sobre todo en cuanto a convicciones relativas a la forma. David Desola -guionista- lo veía desde un punto de vista de comedia alocada, sobredimensionando los gags cómicos con la imagen, pero Pedro Rivero -guionista- y yo creíamos que el humor, la ironía y el sarcasmo tenían que estar presentes pero que a medida que los acontecimientos fueran afectando al protagonista el humor tenía que quedarse en segundo plano para facilitar que el espectador empatizara con el arco dramático del personaje, es decir, que el humor fuera dejando sitio a la oscuridad a la que poco a poco queríamos ir llegando. 

Pedro Rivero:  La obra de teatro que escribimos a partir de la gran idea de David nunca llegó a representarse. Planteamos un par de posibles presentaciones y nos respondieron “¿pero esto qué es?, esto ni es teatro ni es nada”, pero teníamos el texto ahí. Somos amigos , y nos reunimos un día y decidimos que el texto era bueno y valía la pena intentar llevarlo a cabo como guión cinematográfico. Convertir lo que es un texto teatral en un guión cinematográfico requiere un trabajo, sobre todo porque en el teatro generalmente importa mucho más el texto que la acción escénica, y en el cine casi sucede lo contrario, o por lo menos tienes que buscar un equilibrio. Finalmente la película, tiene su esencia, pero no es una adaptación de la obra de teatro. 

Habéis comentado que el proyecto tenía que ser dirigido por Galder, ¿por qué? ¿Qué cualidades como director lo hacían el adecuado para este proyecto?

Carlos Juárez: Independientemente de que Galder tenga un recorrido en publicidad muy potente y es un director muy consagrado en ese ámbito, creía que tenía que hacerla él porque creía que tenía que hacerse en casa. Queríamos controlarlo todo en la película y al ser Galder y yo socios, resultó ser una decisión natural. No fue un concepto empresarial, sino más personal. Hay gente que construye guiones como churros, en Basque Films queremos cuidar las cosas y nos lleva tiempo. Es nuestra vocación.

Pedro Rivero: Galder tiene varias capacidades importantes, algunas que no puedo contar aquí – risas-, pero una de sus habilidades máximas es sacar partido dentro de la producción a todos los elementos que tiene. Cuando vi su primer cortometraje quedé bastante deslumbrado por cómo con pocos medios hacía parecer que algo mínimo pareciese la hostia. Yo creo que era la persona adecuada para coger este texto con un carácter minimalista y poder sacar tanto de un espacio tan reducido, pues creo que es un producto audiovisual realmente potente. 

 

Proceso creativo: Consecución de decisiones colectivas.

Decís que el proceso creativo ha sido el resultado de una consecución de decisiones colectivas, en este sentido, los guionistas ¿cómo afrontabais las modificaciones sobrevenidas de vuestro texto inicial?

Pedro Rivero: Tanto David como yo somos diferentes en muchas cosas, en otras somos igual de idiotas. La premisa fue una idea de David que, en ese sentido, quizás planteaba un desarrollo de la idea más predicativo, más como un cruce casi exclusivo de diálogo. El texto lo sometimos a una evolución, teniendo en cuenta a Galder y al resto del equipo, contrastando, más allá de cuáles sean tus escenas o diálogos favoritos, si realmente el texto transmite correctamente lo que quieres contar. Ese es un proceso en el cual, como guionista, tienes que ser lo suficientemente humilde como para saber que hay aportaciones más allá de lo que tú propones. De hecho, yo creo que una de las cosas que quizás podría explicar la buena acogida que está teniendo entre el público es que podemos pensar que hay una horizontalidad en todo el trabajo del proceso creativo del guion porque las aportaciones no sólo son de los guionistas. Es evidente que está el director, el productor y también la intervención de los actores en el debate de cómo enfocar los personajes.

 

Es un proyecto que en origen se gestó como obra de teatro, ¿qué razones os llevaron a pensar que no iba a funcionar como obra de teatro y sí, sin embargo, finalmente como película?

Pedro Rivero: Como obra de teatro requería un montaje muy específico. La plataforma ya requería de una maquinaria que no se puede hacer fácilmente. Tampoco insistimos mucho porque pensábamos que teníamos la idea de que ahí también podría haber el germen de una película. Nos permitía, además, explorar partes de la historia que quizás podrían quedar demasiado enunciadas en un modo únicamente verbal si fuera una representación teatral. 

 

«Veo el cine de género como herramienta para llegar a muchísima más gente.»

Optásteis por dejar el humor en un segundo plano, ¿el uso de la comedia podría hacer que se infravalorara el mensaje que queríais transmitir?

Galder Gaztelu-Urrutia: Creo que la comedia es fundamental en esta película, pero hablamos de cosas tan serias con unos referentes tan serios pero siempre sin querer adoctrinar que el tono cómico nos permite transmitir al espectador que tampoco nos estamos tomando muy en serio a nosotros mismos. Hacemos una serie de reflexiones y queremos compartirlas con el público, pero sin dar una respuesta concreta. En este sentido, el humor nos ayuda a desengrasar, a acercar la película al público. 

 

En este sentido, ¿crees que la utilización del género lo ha facilitado? 

Galder Gaztelu-Urrutia: Envolviendo el mensaje en entretenimiento llegas a mucha más gente. Me gusta decir que es un thriller de ciencia ficción que tiene elementos sociales. No me gusta decir que es una película social porque entiendo como tál películas pesadas de ver. Veo el cine de género como herramienta para llegar a muchísima más gente. Yo mismo voy al cine a entretenerme, si encima la película tiene una serie de elementos que me suscitan preguntas sobre el mundo en el que vivimos pues muchísimo mejor. 

 

 

No firmas el guión, ¿cuesta hacer tuya una historia que no has escrito?

Galder Gaztelu-Urrutia: Ahí han entrado en juego esos dos años de reescritura. Pedro y David escribieron el guión, pero estuve muy implicado en la reescritura. Mi preocupación como director era hacer llegar la película al público, pensándola en su conjunto: Puesta en escena, actores, propuesta visual. La película ha sido un trabajo colectivo, hemos contado con el talento de mucha gente. 

Publicidad Vs. Cine: «Haber trabajado en publicidad me ha ayudado a pulir todo el aspecto visual». 

Vienes del mundo de la publicidad y la película tiene mucha carga visual, ¿cómo ha sido el tránsito de la publicidad al cine? ¿Tiene algo que ver esa especial atención por lo visual tu trayectoria anterior en publicidad?

Galder Gaztelu-Urrutia: Realmente no lo he vivido como un tránsito porque estoy involucrado en la industria del cine como socio de Basque Films desde el año 2002, y previamente a El Hoyo y de forma paralela he dirigido y producido publicidad para televisión.

Efectivamente, haber trabajado en publicidad me ha ayudado a pulir todo el aspecto visual que creo que es esencial a la hora de contar una historia, y muy compenetrada con la música y el trabajo de post producción del sonido. Creo que para hacer llegar una historia distópica, que no existe, la película tiene que tener unos valores visuales muy elevados para que el espectador sea partícipe de la misma. El trabajo de imagen hace que el mensaje que se quiera transmitir sea asumido mucho más fácil por el espectador. 

 

Película para el público: «La película tiene un final esperanzador y la idea original no era esa. Fue una concesión al público.»

Continuamente haces referencia al público, como elemento constante en la concepción de la película, ¿dirías que es una película hecha para el público? 

Galder Gaztelu-Urrutia: Lo és. No hemos hecho todo pensando en el público, pero sí teníamos muy presente que era una obra que tenía que digerirla un espectador que no cuenta con nuestra información sobre por qué adoptamos cada decisión en el proceso creativo, por lo que hemos intentado buscar el equilibrio entre todas las disciplinas artísticas que intervienen en un rodaje y agruparlas en una pieza que tiene que ser entendida por el espectador. 

 

¿Qué decisiones concretas habéis adoptado en la configuración de la película pensando en el público?

Galder Gaztelu-Urrutia: No hemos hecho nada que no quisiéramos hacer para que le guste al público, pero cuando teníamos dudas concretas, y ambas opciones tenían el mismo peso, nos decantamos por aquella que fuera a entenderse mejor por el público. Una de las más importantes es el final. La película tiene un final esperanzador y la idea original no era esa. Había otro final, mucho más devastador. La película empieza con humor sarcástico pero poco a poco, con la guardia bajada, te va metiendo en un infierno y el final, sin dar respuestas ni adoctrinar, tenía que tener un punto esperanzador. Y eso sí que fue una concesión al público.

 

 

 

Todo el mundo alaba la factura de la película, diciendo incluso que puede competir internacionalmente, creyendo que la película hubiera podido contar con un gran presupuesto, pero en realidad éste ha sido muy limitado.

Galder Gaztelu-Urrutia: La película empezó como algo muy pequeño y la hemos hecho de una forma muy artesanal, entre muy pocos. No es una película pequeña si se ve desde la perspectiva de ópera prima de un director de Bilbao, pero sí para competir en Toronto.

 

A Vincenzo Natali le encantó la película y se puede decir que tiene puntos en común con Cube, ¿la teníais en mente? ¿Qué otras referencias trabajáis? ¿Quizá Next Floor de Denis Villeneuve o incluso High rise?

Galder Gaztelu-Urrutia: Cube es  una película que me fascinó la primera vez que la vi, hace veinte años, y la he vuelto a ver ahora en el proceso de creación de El hoyo. Así como aquellas películas que ocurren en sitios cerrados con pocos personajes, como Saw o Snowpiercer. En cuanto a las referencias que comentas, High rise la vi en su momento, y Next floor la vimos en el proceso de preparación de la película, en concreto propuesta por Jon D. Dominguez, el director de fotografía.  Pero no consideraría que son los referentes espirituales auténticos, creo que El Hoyo tiene un componente social y metafórico que creo que se asemeja más al El ángel exterminador o Taxi driver, en cuanto a los silencios y los dobles sentidos o los subrayados con la música. 

 

Nuevos directores: «Veo el horizonte mejor que nunca». 

Eres un director novel, ¿cómo ves a las nuevas generaciones de cineastas? ¿Hay futuro en la industria para una nueva generación de creadores? 

Galder Gaztelu-Urrutia: Veo el horizonte mejor que nunca. La irrupción de las plataformas ha hecho que se abran puertas a películas que antes eran minoritarias, es decir, en vez de llegar a minorías de muchos sitios llegas a una mayoría casi universal. Soy defensor de las salas de cine, pero también creo que tiene que haber un cine accesible para aquellos que no pueden ir a las salas. 

 

Dada la importancia de la carga visual en la película, diría que es importante verla en pantalla grande. Por otro lado, predominan los planos cerrados, una propuesta más habitual en televisión. 

Galder Gaztelu-Urrutia: La película está hecha para ver en cine pero también en casa. La postproducción de sonido está bien equilibrada para casa y los planos son predominantemente de primeros planos, un lenguaje muy asumible en pantallas pequeñas, y es que desde un primer momento la realización la plantee como película que se iba a ver fundamentalmente en televisión. Creíamos que al ser una película “rara” no iba a tener casi distribución en cines e iba a ir directamente a televisión o plataforma. Aunque tampoco creo que sea muy diferente el planteamiento de la puesta en escena de una película que se sepa que va a ser proyectada en pantalla grande de otra que no. 

 

«Nos planteamos transformarla en serie. Netflix está muy loco con este proyecto, lo tiene como un elemento prioritario dentro de la parrilla.»

¿Os habéis planteado adaptarla a teatro?

Carlos Juárez: Creo que tendría más sentido transformarla en serie.

 

¿Qué le aportaría el formato serie a la historia?

Carlos Juárez: Hay personajes que no están muy desarrollados, pero a mí me interesa mucho saber, por ejemplo, qué hacían antes de conocerse. Hay muchas posibilidades de desarrollar nuevas tramas. 

 

¿Y tenéis algo avanzado en este sentido, quizá con el propio Netflix que ya conoce proyecto?

Carlos Juárez: Netflix está muy loco con este proyecto, lo tiene como un elemento prioritario dentro de la parrilla.

 

Ese entusiasmo de Netflix, ¿es previo o posterior al encuentro de El hoyo con el público? 

Carlos Juárez: Previo. La selección de Toronto fue capital. En Toronto es muy difícil colarse. A partir de ahí hay interés por parte de Netflix, descubren la película, les encanta y la quieren catapultar en su plataforma.

 

 

Entonces, ¿qué supone para la película haber pasado Toronto y Sitges?

Carlos Juárez: Creo que a nivel de fantástico Sitges es lo más alto. Triunfar en Toronto es hacerlo en la cuna de la industria americana. 

La industria cinematográfica hoy: «Ya ha cambiado todo». 

Galder ha comentado en otras ocasiones que Hollywood ya no es el epicentro de la industria cinematográfica, ¿compartes ese análisis?

Carlos Juárez: Totalmente. En el momento que llegan las plataformas, tienen contenidos y dejan de tener interés en rodar sólo historias de un lugar. Su distribución es mundial y les gusta mucho tener una historia coreana, otra española, etc. Igual con los idiomas, ya no suponen un problema. Se ha abierto mucho el abanico de posibilidades. Van buscando ideas nuevas, ya ha cambiado todo.

 

A vosotros, como productores, ¿este nuevo escenario de la industria del cine os ha cambiado vuestro propio modus operandi?

Carlos Juárez: Totalmente, nosotros ya no pensamos solo en lo local. Tenemos producciones que podemos pensarlas a nivel local, pero ya estamos pensando en el mundo. Las plataformas han hecho que el espacio no sea un monopolio y eso es muy bueno para los creadores, para los productores y para todos.

 

¿No tenéis miedo, como productores más pequeños, a qué semejantes empresas os coman? 

Carlos Juárez: Todo el mundo tiene el miedo a terminar siendo un empleado de estas sociedades. Todo tiene su lado bueno y su lado malo malo. En este caso tenemos ese miedo, aunque ahora parece que pueden ser amigos. Pero somos conscientes de que dentro de cuatro días pueden ser nuestros peores enemigos.

 

 

En ese sentido, a la hora de elegir proyectos, ¿pensáis en si pueden ser potencialmente o adquiridos o coproducidos por este tipo de plataformas?

Carlos Juárez: Ahora sí, claro. Ha cambiado el sistema. Hay un planteamiento completamente diferente a lo que existía antes. Ahora tú puedes pensar en desarrollar proyectos iniciales, con televisiones estatales, pero cuando tienes una dimensión global ya no puedes pensar en ese tipo de ligas, tienes que pensar en otras. Ese es el cambio sustancial que ha sucedido ahora.

 

Como productores locales, pero teniendo a la vez esa perspectiva internacional, el monopolio que está adquiriendo, por ejemplo, Disney en la actualidad en la cartelera mundial, ¿cómo lo afrontáis?

Carlos Juárez: El problema está en que el monopolio puede hacer que no tengas espacio en salas, pero con las plataformas eso no sucede. El problema está en los cines. Viene Disney o viene Warner y coloca Joker en todos los cines y de repente, tú tienes una buena película pero que no tiene espacio para poder explotarse. Ahí entra ahora el concepto de hacer una buena película. 

Antiguamente podíamos plantearnos que el objetivo era hacer la película. Ahora no, lo importante es hacerla y que guste. Ahora ya no es tan importante el hecho simplemente de existir, “me ha comprado Telecinco o no me ha comprado Telecinco”, tienes que, además, gustar a nivel mundial. 

 

Antes cuando vendíais un producto a Telecinco sabíais que estaba destinado al público de Telecinco, ¿ahora os planteáis lo mismo con el público de Netflix?

Carlos Juárez: Antiguamente había un concepto que se llamaba cine de nicho y lo ponían como algo muy negativo. Las televisiones no lo querían. Ahora, con las plataformas, ese nicho puede ser gigantesco. Ya no es el concepto de que la minoría se queda atrapada por una mayoría. Es que ahora esa minoría puede ser tremenda y esa es la gran ventaja de las plataformas.

 

Este año hay varias películas como Érase una vez en Hollywood o Zeroville que están ambientadas en la época del nacimiento del Nuevo Hollywood. El Joker está claramente influido por aquel cine que supuso un cambio en la industria. ¿Estamos en un momento clave, de punto de inflexión, como aquel?

Carlos Juárez: Estamos en un punto de inflexión tremendo, en breve vamos a tener a Disney y a Warner con plataformas. Yo no quiero ser pesimista, pero hay un cambio sustancial y hay una parte de este negocio que tiene que cambiar.