Festival de cine de San Sebastián
Es curiosa la dinámica de los Festivales de Cine, una especie de buffet en el que los participantes pueden ir comiendo de cosas de lo más variopintas y ejecutando mezclas imposibles que no cuadrarían en ningún menú coherente. Nosotros, por ejemplo, hemos empezado el día viendo Scattered Night de Kim Sol y Lee Jihyoung, una película de Nuev@s Director@s para pasar a Ema de Pablo Larraín en Perlak. La primera era una película de corte naturalista, previsible, rodada con un estilo conocido que respondía a una historia conocida también en un entorno clásico. Una especie de Kore Eda de marca blanca. La de Larraín, en cambio, es una película imprevisible, alocada, sorprendente que trata de una ruptura generacional, de un nuevo mundo, de nuevas relaciones afectivas, sexuales y sociales. Dos películas totalmente opuestas, estilística y argumentalmente, incluso ideológicamente. Y todo eso antes de desayunar.
Venecia 79: Contra el poderío del Joker, el fuego de Ema
02/09/2019 - Carlos ElorzaEl Joker llegó, tomó el Lido y convenció a casi todos. Por esta vez las expectativas previas de los cinéfilos han sido satisfechas. Pero además, Larrain ha vuelto a Valparaiso tras su aventura USA y vuelve a demostrar con la excelente Ema que es un cineasta arriesgado, sorprendente y con personalidad. Leer más
Ahora repasemos que ha dado de si hoy la Sección Oficial y, al final, el videoblog de Iñaki.
Mano de obra
El Festival de Cine de San Sebastián siempre presume de su apuesta por nuevos talentos y no duda en seleccionar primeras o segundas películas para que luchen por la Concha de Oro dentro de la Sección Oficial. Mano de obra, el debut del mexicano David Zonana en la dirección de largometrajes, es un ejemplo de esta política y no es el único de este año, Belen Funes y Gonçalo Waddington también presentarán su ópera prima.
Zonana no solo dirige, también escribe el guion de esta película que cuenta la historia de Francisco, un obrero mexicano que está trabajando en la construcción de una casa de lujo cuando su hermano sufre un accidente y muere. A pesar de que el fallecido no bebía los peritos dicen que no es un accidente laboral porque los análisis dicen que estaba borracho y se niegan a pagar la indemnización a su viuda embarazada. Francisco lucha para evitar esa injusticia pero se topa de frente con la desidia, la indiferencia y la burocracia.
Esa muerte y omisión de responsabilidades es la más grande de las injusticias y las miserias de Francisco y sus compañeros, pero no es la única que veremos porque Zonana nos muestra los diferentes abusos a los que se ven sometidos los trabajadores, así como las desigualdades entre los dos mundos: los que construyen las casas de lujo y los que las habitan. Más allá del estilo de dirección, largos planos generales estáticos con una composición muy cuidada,y un cierto toque de sutil humor algo negro, la primera mitad apunta a que Mano de obra va a ser una de esas películas que se va a dedicar a denunciar las injusticias del sistema centrándose en los problemas más que en las causas -¡hola Ken Loach!-; pero entonces la película empieza girar y a enfocar hacia otro lado. Tampoco es que el giro sea demasiado sorprendente, ni la tesis demasiado novedosa, pero Zonana la cuenta con estilo, de una manera sencilla y convincente. En varios momentos Zonana se salta su propio libro de estilo, rompe sus propias reglas y mueve la cámara sutilmente o ejecuta un lento zoom, normalmente antes de que el protagonista también rompa con sus propias reglas y se traicione a si mismo.
Michel Franco –Después de Lucía, Chronic, Las hijas de abril– ejerce de productor de la película y se puede observar, también, cierta influencia en el tono y el estilo de la película. Sobre todo en los momentos en la segunda mitad y en los momentos en que Mano de obra se vuelve más turbia e incómoda, es decir, en sus mejores momentos. En otros quizá peca de simplista e incluso previsible, pero la película no deja de ser un cuento y como todos los cuentos su mensaje es sencillo y con moraleja. En cualquier caso, David Zonana ha firmado una notable ópera prima que le pone en nuestro radar.
Mientras dure la guerra
La primera decepción de esta edición viene de la mano de Alejandro Amenábar. Me extiendo más en la crítica.
‘Mientras dure la guerra’. Caricaturas cursis.
21/09/2019 - Ricardo Fernández'Mientras dure la guerra' es la nueva película de Alenjandro Amenabar con Karra Elejalde. Un relato fallido del alzamiento nacional y la postura de Unamuno. Leer más
Blackbird (La decisión)
Hay un tipo de películas, casi se podría decir que un género, que consiste en reunir a un grupo de amigos o familiares durante unos días con motivo de una celebración o aniversario para que, poco a poco, empiecen a aflorar las tensiones, salgan a la luz viejas rencillas, antiguos amores y algún que otro secreto. Muchas veces el motivo de la reunión es la muerte de un antiguo miembro del grupo, en este caso es la decisión de una mujer enferma de poner fin a su vida al acabar el fin de semana lo que reúne a una familia.
El esquema y el tipo de personajes son los habituales en estas películas. Por un lado tenemos a Lily (Susan Sarandon), la mujer enferma que ha decidido quitarse la vida y su marido Paul (Sam Neill) que le apoya totalmente y forman un matrimonio perfecto. Tienen dos hijas, Jennifer (Kate Winslet) quien tiene una vida aparentemente perfecta pero no está feliz y es muy controladora y su hermana Anna (Mia Wasikowska), una joven rebelde que ha tenido problemas con las drogas. Jennifer tiene un hijo adolescente que quiere romper cadenas con sus padres y las dos llevan a sus parejas Michael (Rainn Wilson) y Chris (Bex Taylor-Klaus) que tratan de ser útiles en un momento difícil para la familia. El grupo lo completa Liz (Lindsay Duncan) una vieja amiga de la familia que pronto nos dejan entrever que guarda un secreto.
Así, Blackbird avanza hacia su esperado clímax final desplegando todo el catálogo de discusiones, confidencias, momentos emotivos, lágrimas y risas. La película no sólo se parece a muchas otras, sino que además es un remake de Silent Heart, dirigida por Bille August y que se presentó en el Zinemaldia en 2014. A pesar de todo esto, de lo previsible y ya conocido, Roger Mitchell (Nothing Hill, Le Week-End) tiene a sus órdenes a un reparto extraordinario y juntos saben hacer las situaciones creíbles y emocionantes, elevando un guión que, casi siempre, sabe no recrearse demasiado en los momentos escabrosos. El resultado es una película correcta y por momentos emocionante que podrá gustar a quienes disfruten de los dramas en pantalla grande y no busquen que el cine les sorprenda.