Reseña de Ventajas de viajar en tren
Ventajas de viajar en tren es el primer largometraje que dirige Aritz Moreno, un proyecto que lleva preparando años y que es una adaptación de la novela homónima de Antonio Orejudo. Una novela que yo no he leído pero que quienes si lo han hecho acostumbran a decir que parece muy difícil de adaptar a la gran pantalla. Claro que si al cargo del guion tienes a Javier Gullón que ya se había atrevido a adaptar El hombre duplicado de José Saramago para la película Enemy de Denis Villeneuve, otra novela inadaptable, las cosas son menos imposibles de lo que parecen.
Es totalmente imposible resumir el argumento de la película y, además, es mejor no tener demasiada información sobre el mismo, es mejor dejar que la película te vaya sorprendiendo, que lo hará. Basta con saber el punto de partida -una mujer que vuelve a casa en tren comienza a hablar con un psiquiatra de la clínica mental en la que acaba de ingresar a su marido- que da lugar a una serie de relatos a veces encadenados, a veces incluidos uno dentro del otro como si fueran una matrioshka. Relatos que a través del absurdo y del humor, un humor a veces muy negro, incurren a menudo en historias realmente trágicas sobre las miserias de nuestra sociedad. Una especie de Relatos Salvajes pero mucho más salvajes que los de Damián Szifrón. A pesar de que las historias van descendiendo por una espiral de giros imposibles, absurdos y mentiras, el guion está lo suficientemente bien estructurado para mantener el interés a lo largo del metraje, cambiando de registro o de foco narrativo sin estirar demasiado las historias, pero manteniendo a la vez un hilo narrativo que cohesiona la mezcla de relatos.
Ventajas de viajar en tren muestra una solidez impropia para una ópera prima. Un gran control del ritmo, visualmente muy trabajada y con un planteamiento muy ambicioso. Tiene, además, momentos realmente brillantes como ese al que pone banda sonora Massiel. Por supuesto, contar con un reparto sencillamente espectacular: Luis Tosar, Pilar Castro, Ernesto Alterio, Quim Gutiérrez, Belén Cuesta, Macarena García, Ramón Barea… interpretes que ayudan a que las transiciones entre los momentos de humor y los de horror -se pasa de la risa a la repugnancia en un parpadeo- discurran perfectamente engrasados.
El tren que dirige Aritz Moreno viaja todo el rato por la frontera entre la ficción y la realidad. Alguien me podrá argumentar que, para ser sinceros, es una película que se introduce de lleno en el mundo de las mentiras y eso será absolutamente cierto; pero ¿acaso nuestra realidad no está llena de mentiras? Por eso resulta tan interesante la película de Aritz Moreno, porque a través de las mentiras plantea un juego en el que el espectador tiene que decidir qué hay de verdad en esas historias, de dónde surgen las mentiras, quién es el que realmente las cuenta y por qué está lo haciendo o cuáles son puro divertimento y cuáles esconden un oscuro propósito. Vamos, lo que cualquier persona sensata debería hacer para interpretar la realidad y la información en estos días. Un personaje de la película le dice a otro algo parecido a “si te lo has creído es culpa tuya, ¿acaso había un pacto sagrado de ser siempre sincero?”. Pues eso.
Ventajas de viajar en tren es una película inteligente y honesta con sus mentiras. Plantea abiertamente las reglas del juego -las llega a verbalizar varias veces-, confía en el espectador y le invita a participar. Yo, desde aquí, animo a todos a que lo hagan también, porque como dicen en Italia: se non è vero, è ben trovato.