Atlantide, de Yuri Ancarani

Se estrenó en la sección Orizzonti de la Mostra de Venecia y también hizo su pequeño paso por el Festival de Sevilla. Es el primer largometraje de ficción de su director y guionista . El cineasta italiano proviene más bien del documental, y ha pasado por festivales como el de Venecia, SXSW, Clermont Ferrand, o Locarno. Su productora, Luxbox, describe el largometraje como un naufragio psicodélico. Estas dos palabras dan en el clavo de la película. Naufragio, porque la historia se revuelve alrededor de un récord en una lancha de carreras en la laguna de Venecia. Psicodélico, por absolutamente todo lo restante.

Lo más psicodélico es la iluminación. Muy exagerada, pero con su porqué. Se muestran varias escenas nocturnas, las lanchas de carreras parecen más que flotar en el agua, cada una tuneada por chavales venecianos con, debo subrayar, un terrible sentido lumínico de la estética. La mayoría de la iluminación es el reflejo de estas luces en las calles inundadas de la isla.

El sonido tampoco anda lejos de la psicodelia de la iluminación. Si odias la música tecno, te recomiendo no ver esta película. Ya me lo agradecerás. Nada más que decir.

Revisitando la iluminación. Una de las escenas nocturnas más particulares, es una escena de sexo rodada en una lancha. Rodada casi a cámara lenta, parece iluminada como si estuviéramos drogados. Ni en una escena de sexo para la lancha de recorrer las calles venecianas. La lancha es casi la tercera parte del encuentro, toma una identidad propia, una personalidad.

¿Entramos en un tema polémico? Rodar con drones, ¿a favor o en contra? Seguramente en contra. Pero en este largometraje, las secuencias de drones tienen sentido. Primero, porque la película está rodada en Venecia y trata sobre carreras en lanchas. Por razones puramente técnicas, rodar sobre agua no debe ser muy sencillo. Dónde, sino en Venecia, toma cierto sentido rodar con drones. Y subrayo que esta película tiene un aire Tarantino, con sus persecuciones y sus peleas que, sobre agua, son realmente exquisitas. Que no se te olvide llevar palomitas.
Pero el momento donde el señor Ancarani se desvirga y muestra su estilo más personal es la última secuencia. Un dron despega de una lancha y recorre las calles venecianas. Es una escena nocturna, de nuevo, iluminada por las luces de las lanchas, y de la más psicodélica. Parece que el director quiera hipnotizarte, paseándote por debajo y por encima de los puentes, el dron girando 360 grados, siempre por encima del agua, un agua cubierta de reflejos y luces.

 

Los donostiarras tendremos una única oportunidad de verla en pantalla grande. En el festival de cine documental musical, Dock Of The Bay, el 4 de mayo.

 

Atlantide

Media Flipesci:
6.9
Título original:
Director:
Yuri Ancarani
Actores:
Daniele Barison, Bianka Berényi, Maila Dabalà, Alberto Tedesco, Jacopo Torcellan