7

Smile es el primer largometraje de Parker Finn. Una adaptación de un corto, Laura Hasn’t Slept, que se llevó el premio especial del jurado en la selección de cortos de SXSW en 2020. Se ha estrenado el pasado fin de semana en todo el mundo y está funcionando muy bien en taquilla a pesar de ser una película pequeña. Parece una película de Blumhouse aunque sea de Paramount. Abajo os dejo un tweet del propio Jason Blum que dice estar celoso. Sin duda, una de las películas de terror más importantes del año, a nivel comercial, pero creo que también hay un director interesante que conoce muy bien los mecanismos cinematográficos del género. Controla muy bien los tiempos, tanto a nivel de escena como a nivel estructural, decidiendo lo que muestra y lo que no, lo que frena y lo que desencadena. Esta gestión de la información tanto a nivel estético como de guión, creo que resume bastante el arte del cine; en ese sentido el terror es uno de los géneros que más lo potencia, y en concreto, Finn parece ser bueno en ello.

El punto de partida es ese gesto tan extrañamente aterrador que funciona tan bien en el cine: la sonrisa psicópata. Desde el Why so serious del eterno Joker, hasta el payaso de It. La sonrisa fuera de lugar es desconcertante y temible. En esta película también funciona muy bien, visualmente. Quizá se eche en falta que conceptualmente estuviera más relacionada con el núcleo de la historia. Queda más como una utilidad estéticamente eficaz que como un símbolo con sentido completo. De algún modo parece que continúa la premisa de la sonrisa por otros derroteros, quizá como consecuencia de la adaptación del corto al largo.

Smile no es una película rompedora ni ha llegado para inventar nada. Su argumento puede recordarnos fácilmente a It follows o The Ring, o cualquier historia en la que una maldición vaya pasando de unos a otros. A Smile no se le puede poner esa etiqueta tan denostada que es el  terror elevado, aunque comparta algunos intereses. Hay un drama, no tan de fondo, sobre la salud mental y la manera en que la sociedad reacciona ante las personas que sufren, ya sea con miedo, evitando el problema, ayudando, huyendo… Es el tema central en la película como podría serlo el de cualquiera de esas denominadas como terror elevado, porque es un tema relevante en nuestro tiempo. Tanta importancia tiene el aspecto dramático que una de las influencias declaradas por Finn es Safe de Todd Haynes, sobre el drama psicológico que sufre una mujer, una película angustiosa casi rozando el terror. Son como dos acercamientos al sufrimiento de una mujer desde lados opuestos del límite entre géneros.

Julianne Moore en Safe sufre parecido a Sosie Bacon. Incluso ambas tienen un altercado muy similar en una fiesta de cumpleaños.

Entre esta película y otras de terror elevado que también toman el drama como núcleo, la diferencia es la forma. Finn tiene claro que lo que quiere hacer es una película de sustos, de género puro. Y aunque pueda robar sin pudor recursos atrevidos a otros como Ari Aster -las cámaras que se vuelven del revés- no parece pretender innovar demasiado en cuanto a estilo. Lo que hace es dominar el lenguaje ya conocido del género. Algo parecido a lo que hacía Ti West en X pero siendo aún menos ambicioso. Más conservador si se quiere. Bien, la propuesta está sobre la mesa para quien quiera aceptarla.

A lo largo de la película hay, como es lógico, momentos de acción y momentos en los que se desarrolla la trama de una manera más tranquila. Sin embargo, Finn decide generar la tensión constantemente, aunque sea de manera sutil. Muchas veces se basa simplemente en la composición del plano. Puede haber una estancia al fondo, fuera de campo, que vemos a través de una puerta abierta y que ocupa la mitad izquierda del plano, dándole una importancia que redefine un simple fondo como un lugar potencialmente peligroso. En la escena no está ocurriendo nada terrorífico, pero el terror está latente. Cuando llega la acción se vuelve menos sutil pero muy eficaz. Golpea con el sonido pero no se limita simplemente a hacer sustos de banda sonora. Muchas veces aprovecha el montaje para superponer el sonido de otro lugar, incluso a costa de acabar la escena. Una jugada elegante para potenciar el sustito con un sentido de continuidad. 

Juega muy bien con el blocking para que los propios elementos de la escena, incluidos los personajes, oculten y muestren lo que conviene a cada rato. Al estilo Shyamalan pero de manera más natural y menos atrevida. El ángulo siempre es el adecuado, el que no muestra lo que queremos ver. Todo esto es lo habitual en el género y por supuesto que Finn no inventa nada, pero llama la atención lo bien que lo utiliza, que desgraciadamente no es lo más habitual. No falta un guiño para aficionados, casi un meme: la puerta del frigorífico que oculta casi todo el fondo y al cerrarse, sorpresa, no ocurre nada. Se permite utilizar ese truquito en un momento en el que ni siquiera hay una situación de tensión, algo muy inusual. Y es que como digo, mantiene todo el tiempo un umbral de tensión del que decide no bajar y que explota en los momentos de acción.

A nivel de guión echa mano de todo lo que tiene cerca. El teléfono o el gato, cualquier cosa le viene bien para crear una situación que dé juego. La estructura está muy bien planteada, golpeando fuerte desde el principio, en un crescendo que después interrumpe sigilosamente con una trama de investigación, manteniendo la tensión generada sin necesitar incluir nuevos golpes durante toda la recta anterior al desenlace. Esto hace que la película se permita durar casi dos horas sin desfallecer. Donde sí creo que falla un poco es en la resolución -que obviamente no comentaré- que no termina de destacar en ningún sentido.

Parker Finn ha demostrado tener su propio lenguaje audiovisual para contar una historia de terror, aunque quizá demasiado apoyado en el de otros. Es un lenguaje caligrafiado que quizá necesitaría algo más de locura. Ha demostrado dominar los recursos del género pero no ha creado ni uno nuevo. Esta es su primera película y dado el éxito, supongo que le queda carrera por delante. Ahora podrá demostrar si va a aportar algo nuevo por lo que pueda ser recordado o se va a limitar a hacer buenas películas, que tampoco es mal plan. Con lo que nos gusta reivindicar a los artesanos. Lo que está claro es que estaremos atentos.

Smile

Media Flipesci:
6.1
Título original:
Director:
Parker Finn
Actores:
Sosie Bacon, Kyle Gallner, Caitlin Stasey, Robin Weigert, Jessie T. Usher, Kal Penn, Judy Reyes
Fecha de estreno:
30/09/2022