Esta entrevista forma parte de una serie. Hemos querido profundizar en las diferentes labores de un corto. Asistimos al rodaje de ‘Mosquito’ de David R. Losada y hablamos con su equipo:
Entrevista a Pablo Castillo, técnico de sonido y productor de Mosquito
Pablo Castillo tiene formación com Productor y como Técnico de sonido de audiovisuales y espectáculos. Curtido en publicidad, documentales o trabajos de animación, ha trabajado en largometrajes como Libélulas de Luc Knowles o Lady Off de David R. Losada. Precisamente junto a David acaba de fundar la productora Gachiro, responsable del corto Mosquito.
Cuéntanos, ¿quién eres y qué haces en Mosquito?
Soy Pablo, el productor del cortometraje de Gachiro Films, y también estoy a cargo del sonido directo. Si quieres, puedo detallar más acerca de mis funciones.
Vamos a empezar por tu faceta como productor ¿Cómo se inicia el proyecto? ¿Cómo llega a ti y cómo comienza desde tu punto de vista como productor?
El proyecto comenzó hace unos meses cuando David, Rubén (Ávila) y yo fundamos Gachiro Films. Ellos están más centrados en el guión y la dirección, mientras que mi enfoque principal es la producción. Tenemos varios proyectos en proceso de financiación, pero son largos y por tanto, lentos. Queríamos tener un proyecto propio para empezar a promover nuestra marca tanto a nivel nacional como internacional, y no sólo a nivel local.
Pensamos que lo más interesante y fácil sería producir un cortometraje de pequeña escala, en términos de la infraestructura financiera que debemos aportar. Buscábamos algo asequible y que pudiera ser grabado rápidamente, que no requiriera demasiada complejidad en términos de producción, para que pudiéramos lanzar contenido con nuestra marca lo antes posible.
Para lograrlo, sabíamos que necesitaríamos ayuda, por lo que buscamos coproducciones o entidades interesadas en formar parte del proyecto. Logramos una coproducción con Culturar-t, de Vizcaya, quienes nos están apoyando con la producción en el lugar. Además, contamos con la coproducción de La Nave, un estudio de postproducción de sonido. Se encargarán de toda la mezcla de sonido, todas las grabaciones de diálogo automático necesarias y cualquier foley que el proyecto requiera.
Como productor con una inclinación hacia el sonido, me esfuerzo por producir contenido con un sonido realmente bien cuidado. Nuestro objetivo es conseguir un proyecto que suene bien acústicamente, algo que a menudo se pasa por alto en la ficción española.
¿Cómo se aborda la financiación? ¿Cómo se plantea en el caso de un corto?
Financiar una película es un desafío para nosotros. Es difícil encontrar inversores para un proyecto tan pequeño, cuyas aspiraciones son, al menos al principio, modestas. Nadie se hace rico con un cortometraje, así que es complicado encontrar personas o entidades dispuestas a invertir.
Hemos encontrado un enfoque que estamos intentando explotar: ofrecer servicios a los ayuntamientos relacionados con este cortometraje. De esta manera, recibimos un pago por el servicio que luego implementamos en el presupuesto del proyecto. Es un servicio que requiere nuestro tiempo y esfuerzo, pero nos permite cubrir los gastos que hemos adelantado.
El trabajo del sonidista
Y pasando a la faceta de sonidista, ¿qué significa que una película suene bien?
Depende en gran medida de las características específicas de la película. No obstante, considero que un sonido es bueno cuando se ha incorporado de manera efectiva en todas las etapas de producción, teniendo en cuenta su planeación desde el principio. El sonido puede variar: puede ser más sucio, más distante, más cercano, más claro, o incluso puede ser que las voces se solapen. Sin embargo, todas estas son decisiones que se deben tomar y analizar con anticipación.
¿Cuándo se empieza a trabajar en el sonido? ¿Desde el guión, en la búsqueda de localizaciones, en el comienzo del rodaje?
Lamentablemente, el sonido no suele ser una prioridad en muchas producciones. Los lugares se escogen por su atractivo visual, sin considerar su idoneidad en términos de sonido. Por ejemplo, un lugar visualmente impresionante pero ubicado junto a una carretera ruidosa no sería adecuado desde el punto de vista sonoro. En Gachiro Films, creemos en la importancia de un sonido cuidadosamente diseñado y bien producido. Por eso, colaboramos estrechamente con un estudio de sonido, algo que no es muy común.
Nuestra planificación sonora comienza incluso desde la etapa del guion, pero se consolida a medida que se desarrolla el storyboard, ya que esto nos permite anticipar las necesidades sonoras basándonos en la visión del director. También debemos considerar la configuración de las luces y la ubicación de la cámara, ya que estos factores afectarán la grabación del sonido.
¿Este proyecto en concreto presenta dificultades especiales?
Para Mosquito, decidimos utilizar una lente de 12mm, lo que es bastante inusual para un cortometraje. Esto crea un efecto visual interesante, pero también representa un desafío ya que casi todo aparece en el cuadro. Cualquier sombra, cualquier aparato. Requiere una planificación logística y espacial más detallada para identificar y prevenir problemas potenciales. Nosotros, como equipo, nos sumergimos profundamente en este proceso. Una vez que tenemos un esquema de luces y hemos visitado las localizaciones con la cámara, comenzamos a planificar y ajustar los planos del storyboard en función de las necesidades y complejidades que se presentan.
Además, en este proyecto en particular, tuvimos la oportunidad de realizar un ensayo técnico antes del rodaje. Esto es algo inusual en mi experiencia, ya que la mayoría de las veces, los ensayos se realizan en el lugar durante el rodaje. Sin embargo, decidimos dedicar un día completo a ensayar todos los movimientos de cámara para cada plano, un proceso que nos permitió familiarizarnos con los desafíos específicos de cada toma.
Nuestra decisión de planificar de esta manera se basa en la creencia de que un equipo que sabe a qué se enfrenta trabajará de manera más eficiente y estará más relajado. A pesar de que esto implica un costo adicional, como tener el set y el equipo disponibles durante dos días más y cubrir los gastos de comida y catering, creemos que vale la pena. Este enfoque más cuidadoso y considerado es una parte integral de nuestra filosofía de producción en Gachiro Films. Nos esforzamos por producir de una manera que consideramos merece el proyecto, y que permite a nuestro equipo trabajar en las mejores condiciones posibles.
Esto no se acaba después del rodaje, ¿verdad?
Después de finalizar el rodaje, comienza una fase crucial que abarca aspectos como la preproducción y la producción. En mi rol de productor y responsable del sonido, me encargo principalmente de gestionar los materiales brutos y los discos duros. Mi tarea es asegurar que el montador reciba todo correctamente, que no se pierda nada y que mantengamos varias copias. Además, establezco flujos de trabajo y tiempos.
En Mosquito, enfrentamos el desafío adicional de incorporar efectos visuales (VFX), ya que deseamos crear un mosquito en VFX. Esto agrega una dimensión extra al proceso de postproducción. Además del montaje, el color y el sonido, que suelen trabajar en paralelo y luego se combinan, ahora debemos considerar los VFX.
En el caso particular del mosquito, no podemos avanzar al sonido sin tener integrado el mosquito en VFX, ya que el sonido de este insecto es esencial para el proyecto. Todo está contado desde la perspectiva de la cámara, por lo que el sonido del mosquito solo se escuchará cuando esté cerca de la cámara. Por ejemplo, si el mosquito está lejos, los actores pueden reaccionar, pero no se escuchará su sonido.
Hemos planificado varios planos en los que el sonido del mosquito juega un papel crucial. Por ejemplo, en un plano abierto, el sonido del mosquito puede comenzar a escucharse por la derecha del cuadro sin que lo veamos en la pantalla, y luego pasa en primer plano y se va hacia el fondo. El sonido empieza a desvanecerse y el mosquito empieza a desaparecer, pero tres segundos después, el actor reacciona. El espectador sabe que es porque el mosquito se está yendo por allí, ya que el sonido y la animación lo indican, aunque ya no lo vean en pantalla. Este enfoque crea un universo sonoro interesante que juega con la presencia del mosquito, un elemento aparentemente simple, pero que aporta mucha profundidad a la historia.
Al trabajar con el director, en este caso y en general, ¿se les da libertad para expresar sus opiniones, como «esto no puede sonar así» o «debe ser así», o las directrices son muy claras y no admiten discusión?
He trabajado con David en su proyecto anterior, Lady Off, y tengo muy buenas experiencias tanto con él como con el proyecto. David es un director que te permite trabajar y hacer propuestas en tu ámbito, e incluso si no es tu ámbito, también está dispuesto a escucharte. De hecho, en Gachiro, no nos limitamos a roles específicos, tenemos guionistas, directores, un productor, y no decimos «este es mi terreno, no te metas». Al contrario, lo que nos enriquece y funciona es el debate interno sobre cómo va el proyecto. Al final, una propuesta de un guionista sobre un concepto sonoro puede ser más interesante que la del propio sonidista, o tal vez yo pueda aportar algo al guion sin ser guionista. En este sentido, David es muy flexible y personalmente lo agradezco mucho porque nos complementamos muy bien, no solo David y yo, sino también David, Rubén y yo a nivel creativo. Aunque asumo un rol más externo, la creatividad también forma parte del sonido, no se debe entender el sonido solo como algo técnico, sino entender qué puede aportar el sonido y cómo podemos hacerlo interesante.
Anteriormente mencionaste que el sonido no se cuida mucho en España ¿Por qué crees que esto sucede? ¿Falta de industria o los directores no le prestan atención?
He reflexionado mucho sobre esto durante mucho tiempo. Creo que estamos acostumbrados a valorar todo en un plano visual y hemos subestimado el sonido durante toda nuestra historia. Las señales, el tráfico, todo se plasma visualmente, mientras que el sonido está constantemente presente en 360 grados. Cuando cierras los ojos, sigues escuchando a menos que tengas una discapacidad auditiva. Como espectadores, somos mucho más críticos con el sonido, sin embargo, no entiendo por qué el sonido no se considera más en las decisiones que se toman para desarrollar un proyecto.
En España estamos muy mal acostumbrados porque todo se dobla. Cuando le presentas a un espectador que no está familiarizado con el cine proyectos donde se ha doblado toda la serie en su idioma, está escuchando a un actor de doblaje que está a un palmo de un micrófono interpretándolo todo. Así que todo suena increíble. Pero luego, cuando ves una película española en la que de repente entra el sonido directo y no se ha doblado, la calidad del sonido ya no te gusta porque estamos acostumbrados a que todo esté nítido y perfecto.
Creo que como espectadores, tenemos que permitirnos no entender todo, porque ahí puede estar la magia. Pero es cierto que si eso se hace con preproducción y contando con un sonidista, entonces sonará de una forma que se haya pensado.
Muchas veces llegamos al set sin saber a qué nos enfrentamos porque te han llamado una semana antes del rodaje. No tienes un plan de rodaje y no sabes qué te encontrarás. No conoces la localización, la iluminación, ni tu posición hasta que llegas al set. En esas circunstancias, es posible que el sonido no sea el ideal y que los espectadores piensen que es malo, pero no porque se haya concebido de esa manera, sino porque ha sido así debido a las circunstancias de la situación.
Sin embargo, si se piensa y se decide cómo debe ser el sonido y el espectador tiene la mente abierta para entender que el sonido es de esa manera porque se ha decidido que sea así, entonces mejoraremos como industria. Esa es también mi perspectiva.
Volviendo a la producción, has comentado antes que la apuesta de Gachiro era hacer un tipo de producción concreta. Invirtiendo en tiempo y facilidades para trabajar ¿esto es consecuencia de que habéis visto otro tipo de formas de producir y que veis la necesidad por lo tanto de intentar cambiar ese modus operandi?
Claro, siempre vemos la necesidad de cambiar el modus operandi, o al menos considerarlo en todos nuestros proyectos. No queremos ser demasiado rígidos, y es cierto que a veces no podemos hacerlo por cuestiones de presupuesto. Estamos hablando de un proyecto nuestro, con mucha ilusión, pero si viene una empresa que quiere hacer un anuncio y tiene un presupuesto limitado, no podemos gastarlo todo en iluminación y actores. Creo que es importante adaptarnos y entender en qué tipo de proyecto estamos, si es uno en el que podemos dedicar más recursos o si es uno en el que no podemos hacerlo.
Más allá de eso, sí me parece crucial tener siempre este debate. Una vez que recibimos un proyecto o decidimos hacer uno, tenemos que discutir cómo queremos manejarlo. ¿Queremos enfocarlo más hacia una experiencia en la que todo el mundo esté cómodo en su rol, donde todo esté revisado, donde todo el mundo sepa que el equipo funciona, cómo se va a escuchar, cómo se va a iluminar, y cuáles son los pasos a seguir? Sin embargo, también es cierto que hay proyectos en los que, por motivos económicos, seguramente no podamos hacerlo de esa manera.
Si tuviéramos recursos ilimitados, lo haríamos siempre así, porque creo que la gente trabaja mejor si se le permite descansar más, si se le trata bien, si se le da el tiempo necesario para pensar. Pero a menudo nos encontramos en un limbo entre lo que nos gustaría y lo que permite el presupuesto. En base a eso, evaluamos si es factible o no. La idea es que, siempre que sea posible, queremos trabajar de esta manera.