Solo un año después del éxito de Elvis de Baz Luhrmann, se ha presentado en la Mostra de Venecia, Priscilla de Sofia Coppola, sobre la complicada relación entre Elvis Presley y Priscilla Beaulieu, desde que se conocieron mientras él hacía el servicio militar en Alemania siendo ya la mayor estrella musical del momento y ella era una adolescente de catorce años hasta que sus vidas se separaron diez años más tarde. Y más allá de su cercanía en el tiempo, como era de esperar poco tienen en común ambas películas. Lo que en la peli de Luhrmann era grandiosidad, espectáculo y brillantina, en la de Coppola es intimidad, sensibilidad y languidez. Coppola, que ya ganó el León de Oro en 2010 con Somewhere y triunfó en este festival en 2003 con Lost in Translation, adapta el libro Elvis and Me escrito por la propia Priscilla Presley en 1985 que ejerce como una de las productoras ejecutivas del film.
Priscilla es un coming-of-age. Subjetivo e íntimo. Un coming-of-age atípico y especial. El de una adolescente que tras conocer a Elvis y siendo menor de edad, acaba viviendo con él bajo la custodia del padre de Elvis, mientras su familia vive a miles de kilómetros y al otro lado del océano. El de una joven que por el día acude a clases en un colegio católico conservador rodeada de compañeras que sueñan con conocer a Elvis y por la noche comparte vida, habitación, cama y casta relación con él, mientras él no se reprimía en otras relaciones, y vive casi encerrada en una torre de marfil llamada Graceland.
Priscilla es un cuento de hadas moderno. Que se acaba convirtiendo en pesadilla. En la que el palacio se convierte en una cárcel y el príncipe azul en ogro. Y en la que la búsqueda de la libertad de su protagonista acaba derivando en la pérdida de ella.
Con una fotografía de colores desaturados, en especial en la época ambientada en Alemania, y el tempo cadencioso y a la vez fluido característico del cine de Sofia Coppola, salvo en su parte final en la que se vuelve más episódica, Priscilla pasa de la admiración por el ídolo y la excitación y la ilusión del amor adolescente, a la soledad y el aburrimiento de un encierro no deseado y a la toxicidad de una relación que se construye sobre las bases de una posesión material en lugar de sobre el vínculo entre marido y esposa. Pasa de ser una niña guapa, tierna e inocente con aspecto de muñeca a una mujer atractiva e independiente que toma conciencia de su condición.
La principal debilidad de Priscilla es la escasa química entre sus dos intérpretes protagonistas. Ni Cailee Spaeny en el papel de Priscilla, ni sobre todo Jacob Elordi en el de Elvis consiguen que se transmita la admiración, la pasión, el amor o la indiferencia que a lo largo del tiempo sintieron sus personajes, aunque parece claro que la elección del protagonista de la exitosa serie Euphoria, tendrá su fruto en la recaudación en las taquillas de los cines vista la estrenduosa reacción del público que llenaba la alfombra roja en la presentación de su estreno en este festival.
Una de las incógnitas de Priscilla era cómo resolvería la directora estadounidense, que se ha caracterizado por el exquisito gusto y sorprendente eclecticismo con el que siempre ha elegido los temas que suenan en sus films, la imposibilidad de contar con los temas musicales de Elvis Presley para la película. Y el resultado vuelve a ser sobresaliente: desde los temas especialmente compuestos o adaptados para la película por Phoenix, la banda de su marido Thomas Mars, al Baby I Love You de The Ramones con el que se abre la película, el Venus de Frankie Avalon y sobre todo, la versión original de Dolly Parton de su archipopular I Will Always Love You que tan popular hiciera Whitney Houston, que cierra la película de forma perfecta. No sólo por lo bien que se adecua su letra al momento y los sentimientos de su protagonista. Se sabe que a pesar de sus numerosos intentos, Elvis Presley nunca pudo grabar esta canción porque Dolly Parton se negó a venderle los derechos de la misma y cuentan que esa fue la canción que Elvis le cantó a la propia Priscilla tras firmar los papeles del divorcio.