6

Vuelve Bradley Cooper al Lido cinco años después del estreno de su ópera prima Ha nacido una estrella a mayor gloria de Lady Gaga. Maestro, su segunda película como director, en la que también ejerce como intérprete, coguionista y coproductor gira en torno a la compleja relación entre Leonard Bernstein, el director de orquesta y compositor de música clásica estadounidense de referencia, y su esposa durante más de 25 años y madre de sus tres hijos, Felicia Montealegre. Un producto con todo el apoyo de Netflix y con todas las ambiciones para la próxima campaña de los Oscar, en el que en la larga lista de productores se incluyen Steven Spielberg y Martin Scorsese. De hecho, en el origen de este proyecto hubo un momento en el que se barajó la posibilidad de que fuera Spielberg quien dirigiera un biopic de Leonard Bernstein con Bradley Cooper como protagonista.

Maestro no es un biopic al uso. Y se empeña en demostrarlo. Maestro no es una crónica de la vida de Leonard Bernstein. El guion, escrito por el propio Cooper junto a Josh Singer, ganador del Oscar por el guion de Spotlight (2016) y responsable de los libretos de First Man (2018) de Damien Chazelle y Los archivos del Pentágono (2017) de Steven Spielberg, deja en segundo plano los hitos que marcaron el éxito profesional de Bernstein y los acontecimientos concretos que marcaron su vida. Se escucha algo de West Side Story. Hasta se ve algo de la versión de Broadway de Un día en Nueva York. Pero la música de Leonard Bernstein que se escucha en Maestro se debe a que en lugar de encargar una banda sonora específica para el film, se realizó una selección de composiciones del propio Bernstein para tal fin. Maestro prefiere centrarse en la forma en la que evolucionó la relación de la pareja, la forma en la que el ego, la bisexualidad, las infidelidades y el recorrido profesional de Bernstein condicionaron la relación familiar y de pareja, sin entrar a valorar qué parte de su convivencia y de su vida en común se debió al amor entre ambos y qué parte se debió a la tapadera para ser aceptado sin problemas en una sociedad que aún miraba con mucho recelo a la homosexualidad. Y sin entrar a juzgar a los personajes, ni tomar parte por ninguno de ellos.

Tras una introducción en color en el que un Bernstein ya anciano manifiesta lo mucho que echa de menos a Felicia (magnífico el trabajo del equipo de maquillaje con Cooper que funciona incluso en primerísimo plano, más allá de la absurda polémica sobre la prótesis de nariz judía que lleva durante todo el film para acentuar su parecido con Bernstein), arranca la primera parte de Maestro. Una primera parte en blanco y negro, con un estilo ágil y vitalista y una hábil utilización de las elipsis narrativas que se corresponde con los años de ascenso profesional de Bernstein. Para muestra, la primera secuencia, un plano secuencia que lleva al espectador desde un telón de un escenario que se convierte en las cortinas de una habitación a la cama en la que Bernstein duerme con su amante masculino y de ahí al podio de director de orquesta de la que supuso su primera oportunidad profesional importante. Y una segunda parte en color, serena y calmada, en la que el uso de las elipsis pierde parte de su efectividad y el resultado es más convencional, en la que se muestran la madurez y el éxito artístico junto a la crisis de la pareja, la problemática relación con los hijos y los efectos de la enfermedad y de la proximidad de la muerte.

Cooper busca tanto en su puesta en escena, como en su guion, no caer en los convencionalismos de los biopics de estrellas. Ofrecer un film sofisticado, con clase y distinción. Algunas de sus ideas de puesta en escena y el comentado uso de las elipsis lo consiguen. Hay mucha inteligencia, mucho talento y mucho trabajo en Maestro. Pero también da la impresión de que Cooper está demasiado centrado en mostrarlo, en hacer visibles esos refinados aspectos formales de la puesta en escena, por encima a veces del sentido y la emoción de la historia. Maestro transmite a veces la sensación de ser un film demasiado calculado, demasiado estudiado y demasiado preocupado por sus aspectos formales.

A pesar de eso, la química entre Bradley Cooper y Carey Mulligan es innegable. Sus secuencias funcionan. Sus conversaciones, su apoyo mutuo, su amor y también sus reproches y recriminaciones resultan vivas. Y si bien Cooper consigue transmitir con su interpretación la personalidad arrolladora, el ego desmedido y la genialidad de su personaje, Carey Mulligan aprovecha el personaje bombón que le ofrece el guion y se convierte en el núcleo emocional de Maestro a base de dignidad, templanza y clase.

Maestro

Media Flipesci:
6.1
Título original:
Director:
Bradley Cooper
Actores:
Bradley Cooper, Miriam Shor, Carey Mulligan, Maya Hawke, Matt Bomer, Michael Urie, Sarah Silverman
Fecha de estreno:
06/12/2023