Reseña de The Royal Hotel, de Kitty Green
Tras varios largometrajes de no ficción siempre con una visión muy feminista, Kitty Green encontró inspiración en el escándalo de Harvey Weinstein para rodar The Assistant, su primer largo de ficción. Una ficción empapada de realismo y realidad, por otra parte. Con The Royal Hotel da un paso más allá y coquetea con el género de terror. Por momento las película parece una versión feminista de ese subgénero de jovenes y guapos turistas que terminan en un destino inapropiado y peligroso. Pero Kitty Green no se despega demasiado de la realidad. Lo que nos asusta de ese sitio es real, no una amenaza extraña sacada de una película de serie B, sino el machismo y la indefensión de unas mujeres en un entorno masculino.
‘The Assistant’, una película sobre el #MeToo
08/03/2021 - Ricardo FernándezLa película de Kitty Green realza la cotidianeidad de esos comportamientos abusivos, la banalidad del mal y la dificultad de una mujer normal para levantar la voz en un entorno tan reconocible como el de una oficina. Por eso, cuando se dan las condiciones surgen tantas que dicen #MeToo, porque llevan mucho tiempo queriendo decirlo. Leer más
Julia Garner, protagonista de The Assistant, vuelve a trabajar con Green y es la encargada de dar vida a Hanna. Su actuación es, sin duda, uno de los puntos más destacados de la película. Garner, una vez más, logra capturar con maestría cada matiz de su personaje, una mujer que, a pesar de las adversidades, mantiene una postura firme y no se disculpa por sus decisiones. A su lado, Jessica Henwick interpreta a Liv, la amiga de Hannah que, aunque comparte gran parte del tiempo en pantalla con Garner, no logra alcanzar la misma profundidad en su personaje, quedando en ocasiones eclipsada por la brillantez de su co-protagonista.
La trama se desarrolla en Australia, donde las dos protagonistas están de vacaciones. Cuando Liv se da cuenta de que se ha quedado sin blanca y que Hannah no puede mantener a ambas, buscan una fuente de ingresos que les permita seguir de vacaciones y terminan trabajando en un pub situado en una comunidad minera alejada de cualquier población. Desde el momento en que llegan todo es amenazante: el paraje, la casa vieja aislada en mitad de la nada, las personas malencaradas que les reciben con gruñidos… todos los elementos de una película de terror.
Ese entorno se convierte en un caldo de cultivo para una serie de microagresiones misóginas que las protagonistas deben enfrentar. La tensión se construye meticulosamente, y el espectador puede sentir la incomodidad y el peligro que las rodea. Los elementos de terror para rodear un miedo real que cualquier mujer puede sufrir cualquier sábado a la noche detrás de muchas barras, mostradores o cualquier lugar donde haya hombres que se sientan amparados para actuar así. Y no son pocos. Es un acierto usar el género para remarcar que esas cosas pueden ser terroríficas en la vida real. La fotografía, y el diseño de producción, juegan un papel crucial para crear una atmósfera de thriller que no deja de ser realista.
Sin embargo, a pesar de sus numerosos puntos fuertes, The Royal Hotel no termina de rematar la faena.. El guion, que construye cuidadosamente la tensión a lo largo de la película, falla en el desarrollo de los personajes y sus motivaciones internas y, en el final de la película comienza a perder presión sin lograr una auténtica explosión. Mientras que en The Assistant lo que pasaba fuera de campo era temible porque todos lo conocíamos al dedillo -los terribles abusos de Harvey Weinstein y los poderosos de su calaña-, aquí quedan un poco difusos. ¿Qué pasó con las anteriores chicas que trabajaban allí? ¿Qué quiere decir cierta llamada de teléfono? A pesar de ese final insatisfactorio, Green y Garner se afianzan como dos nombres a seguir muy de cerca en sus futuros proyectos.