Reseña, o algo así, de Esta ambición desmedida
Hay que ver cómo pasa el tiempo, Puchito. Parece que fue ayer cuando te escribí con motivo de la gira Sin cantar ni afinar. Por cierto, no hubiera estado mal que me contestaras; pero bueno. No te creas que me he olvidado de aquel concierto. Todavía hoy, cuando pongo alguna canción tuya -sí, lo reconozco, ahora de vez en cuando pincho temas tuyos- me vienen a la cabeza recuerdos e imágenes de aquel show. Hoy, por supuesto, me he vuelto a acordar al ver el documental Esta ambición desmedida. Así que aquí estoy de nuevo.
Te voy a ser sincero: el documental me ha gustado, pero no me ha fascinado como lo hizo el concierto. Aquella noche en Bilbao, sentí que estaba presenciando algo completamente nuevo que no había visto antes. Lo definí como “una especie de mezcla entre un musical de Broadway, un espectáculo de la Super Bowl y una producción de Hollywood”, ¿recuerdas? Hoy te he escuchado en el documental explicar que querías hacer una película en directo y sí, lo lograste. El documental, en cambio, me ha parecido un tanto convencional, especialmente viniendo de vosotros, la gente de Little Spain. Esperaba algo más arriesgado, algo que rompiera moldes como soléis hacer. ¿Quizás es porque, como dices en el documental, no te puedes permitir que el documental tampoco sea rentable? ¿Quizá si la gira hubiera ido mejor en lo económico os hubierais arriesgado más? Santos Bacana, el director, nos ha mostrado trabajos más audaces en el pasado. Sobre el concierto dije: “hay un concepto visual, una puesta en escena, unas transiciones, unos movimientos de cámara y unos juegos de iluminación que no acostumbran a verse ni siquiera en el cine”. He echado de menos algo de eso hoy. De hecho, lo mejor visualmente son las imágenes de los conciertos (¿vais a sacar una edición de los conciertos? Por favor, dime que sí). Me pregunto si la necesidad de recuperar la inversión influyó en la decisión de hacer un documental más «seguro».
Hablando de pasta, ¿recuerdas que te pregunté si habías hecho bien los cálculos? Te dije: “Que a mí no me salen los números. Viendo el despliegue de personal, medios y talento, ese concierto te ha salido por un ojo de la cara. Los 50 pavos que me gasté, más o menos, me parecen una ganga. ¿Tú estás seguro del precio?” y ahora veo que no fui el único que te lo dijo. Pucho, vaya locura. De todas formas, te diré que, ya que dedicas un bloque entero a hablar del tema, hubiera estado bien que explicaras cómo se llega a la parte en que deja de ser deficitario. Hay un momento en el que dices: “ahora que estamos ganando dinero lo dejo”, pero no explicas qué cambios ha habido.
Me ha encantado la defensa que haces de ti mismo en el documental. Cuando dices algo así como «la gente dice que soy listo; pero no dicen que soy un creador, que tengo unas ideas de la hostia», tienes razón. Yo mismo he caído en eso, en atribuir tu éxito más a tu inteligencia y lo bien que te rodeas que a tu propio talento, y es un error. Pero es que te rodeas de maravilla y me alegra que hayas dedicado una parte del documental a hablar de tu equipo, de tu gente. Tú mismo te has encargado de promocionar esa virtud tuya de saberte rodear bien. Ojalá hubiéramos visto más de la parte creativa, los ensayos, la planificación, cómo nacen las ideas, cómo se pulen los errores… Si quieres que alabemos esa parte, igual deberías mostrarla.
La estructura del documental, dividida en tres capítulos, es claramente televisiva. Pero ahora leo que se va a estrenar en cines. ¿No crees que sería interesante considerar un montaje diferente? Algo más fluido, más cronológico, sin las repeticiones que en capítulos separados no molestan, y sin esos puntos álgidos, a modo de cliffhanger, al final de cada bloque. Para televisión lo veo bien, para cine no tanto. Dale una vuelta, en serio.
A pesar de todo, el documental me ha parecido sincero. Es cierto que está muy construido y recreado, no me lo niegues, pero me resulta sincero. Me lo creo y me interesa. Pero sobre todo me lo creo, que es lo más importante en toda disciplina artística, pero sobre todo en un documental. Me he divertido, me he emocionado, me ha entrado curiosidad, y ahora admiro aún más lo que estaba detrás de aquel show que tanto me hizo disfrutar. Así que perdona si he sonado muy duro, quizá más de lo que realmente merece el documental; pero ya sabes que pasa con los conversos, que nos volvemos muy integristas. Y te he puesto el listón muy muy alto. Bueno, no. Tu ambición desmedida te ha puesto el listón muy alto. Y que siga ahí.