Se la esperaba para Cannes de 2016. Pero no pudo ser. Se la esperaba para Cannes 2017, pero tampoco. Y al final el estreno mundial de Zama, la nueva película de la argentina Lucrecia Martel, la directora de La Ciénaga, La niña santa y La mujer rubia ha sido en la sección fuera de concurso de la Mostra de Venecia. La sección a concurso empieza con buen pie gracias a Paul Schrader con First Reformed y Guillermo del Toro con The Shape of Water (La forma del agua).

Zama, de Lucrecia Martel

En Zama –protagonizada por Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas y Matheus Nachtergaele– Lucrecia Martel adapta la novela de Antonio di Benedetto del mismo título. En ella se cuenta la alienante espera de un alto oficial de la Corona Española de un traslado desde su puesto aislado en mitad de las colonias a un destino más apetecible a finales del siglo XVIII.

Zama
7.1

Zama, al menos en su primera hora y media, es la descripción de la espera angustiosa de esa carta que va a permitir a su protagonista escapar de su presente. Porque a Martel no parece interesarle tanto la crónica de los hechos. Su intención es transmitir al espectador el hastío, la desesperanza, la angustia, la decadencia personal y hasta la paranoia que genera en Don Diego de Zama esa espera. No importa el tiempo que pase, porque para Zama todo parece seguir igual. Zama no busca fluir, sino atrapar.

Para ello la directora argentina recurre continuamente a las repeticiones. Por un lado, repeticiones de situaciones con mínimas variaciones, como por ejemplo las conversaciones con los gobernadores y el efecto de paranoia que generan en su protagonista (todos pasan, menos Zama que permanece) o las kafkianas vueltas y revueltas en torno a un informe, un libro o lo que se tercie. Por otro, las repeticiones de partes de diálogos, sonidos e imágenes, las vueltas atrás de unos pocos segundos que transmiten el desenganche progresivo de Zama de la realidad que lo rodea, su encierro en su mundo particular y su propia degeneración personal. O como en esos planos que al estilo de los cuadros característicos de la época a mayor gloria del personaje representan a un Diego de Zama con cada vez menos porte y distinción.

Zama de Lucrecia MArtel

Sin embargo, en su parte final Zama cambia completamente registro en consonancia con el cambio de actitud de Don Diego de Zama. El paisaje pasa a ser idealmente bello, más una postal que un retrato realista, y Zama toma aires de película de acción que Martel resuelve con sorprendente pericia.

Vista Zama la polémica está servida. ¿Por qué no la quisieron en Cannes? ¿y en Locarno? ¿o en San Sebastián? ¿Por qué no concursa en Venecia? Lo que está claro es que dada la expectación preexistente por la película y la radicalidad y personalidad de la propuesta, Zama merece ser tratada con tino y una presentación fuera de concurso a la que sobre todo asistiremos los verdaderamente interesados en la obra de Martel parece adecuada.

First Reformed, Paul Schrader

Con First Reformed vuelve el mejor Paul Schrader en mucho tiempo. La película protagonizada por Ethan Hawke y Amanda Seyfried es su mejor obra desde ‘Aflicción’. En ella, un antiguo capellán militar, marcado por la culpabilidad por la muerte de su hijo en la guerra y que ejerce de párroco en una pequeña iglesia rural de los Estados Unidos, ve como su vida da un vuelco cuando debe ayudar a una joven embarazada y a su marido, un ecologista radical.

A través de un estilo austero y contenido en el abundan los planos fijos, espacios minimalistas y una paleta de colores en la que predominan los grises y los tonos apagados, Schrader plantea su película más directamente espiritual y en la que la fe y la religión se convierten en el núcleo de la misma.

Hay un momento en First Reformed en el que el ecologista radical cuestiona al protagonista si Dios nos perdonará por lo que le estamos haciendo a la tierra. Éste será el detonante de una combinación explosiva entre religión, ecología, capitalismo y paternidad. La eterna relación de la iglesia con los poderosos y el dinero a la que se le añade nuestra responsabilidad con las personas y el mundo que nos rodean.

First_Reformed__1_

Tras una primera parte más reflexiva en la que poco a poco Schrader va acumulando tensión y presión en su protagonista, toda su segunda mitad se convierte en una tensa cuenta atrás tan sencilla, como efectiva.

La forma del agua, de Guillermo del Toro

También ha gustado en el Lido The Shape of Water (La forma del agua) de Guillermo del Toro protagonizada por una espléndida Sally Hawkins y acompañada por Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer y Doug Jones en el papel del monstruo.

‘La forma del agua’ es un cuento con monstruo lleno de sensibilidad y humanidad ambientado en plena guerra fría. Una historia de amor sencilla y directa, casi naïf, entre una mujer muda que se dedica a limpiar unas instalaciones de alta seguridad del gobierno estadounidense y una criatura capturada en las profundidades del Amazonas con la que experimentan en las mismas.

Además de las referencias claras a La mujer y el monstruo de Jack Arnold, Del Toro homenajea a los clásicos de serie B: a los musicales de los años 30 (con sorpresa incluida), los clásicos de terror de la Universal o los thrillers sobre la guerra fría de unos años más tarde. Pero la película no se resiente por sus cambios de género y de registro porque en el mundo imaginado por Del Toro y su equipo todo eso parece posible. En La forma del agua hay aventuras, hay romance, hay buenos muy buenos y malos muy malos y hay hasta números musicales, pero todo fluye de forma tan armoniosa como la cámara siempre en movimiento que lo capta.

The Insult, de Ziad Doueiri

La tercera película presentada a concurso en el día ha sido The Insult del libanés Ziad Doueiri, que con El atentado se llevó una Mención Especial del Jurado del Festival de San Sebastián de 2012.

En The Insult lo que empieza como un pequeño incidente entre un cristiano libanés y un refugiado palestino, se convierte en un drama judicial convencional en el que como casi siempre los más malvados son los abogados y su habilidad para sacarse ases de la manga y finalmente acaba generando un circo mediático considerable y el enfrentamiento entre ambas comunidades.The Insult

A pesar de estar rodada con muy buen pulso y con un alarde de medios considerable, a The Insult le pesa demasiado que el guión en muchas ocasiones se deja llevar más por las motivaciones de sus guionistas que las de los propios personajes. Saben adónde quieren llegar, pero se les va de las manos en el cómo.