Esta semana se estrenan cinco películas que en El Contraplano ya hemos podido ver en festivales, por lo que aprovecho para hacer un breve resumen de ellas, recuperando notas dispersas por videoblogs y crónicas. Vamos allá.
La rumana Pororoca, de Constantin Popescu, fue la ganadora de nuestro premio Flipesci en la sección oficial del pasado Festival de San Sebastián. Personalmente, soy de los menos entusiastas del jurado, pero me parece una película con valores interesantes. Consigue generar una tensión desesperante gracias a la historia de un secuestro infantil. El secuestro en sí se produce dentro de un plano secuencia de esos que quedan para el recuerdo. Creo que la película pierde un poco los papeles hacia el final, donde se va volviendo más esclava de su necesidad dramática, pero aguanta el tipo. El protagonista, Bogdan Dumitrache hace una interpretación estupenda, transmitiendo toda la desesperación de un padre y su descenso a los infiernos.
Es el primer largometraje de un bilbaíno al que ya conocíamos por sus cortos, Haritz Zubillaga. La atmósfera densa y enfermiza de esos cortos están presente en su ópera prima. La historia se desarrolla por entero en una limusina, con un chófer que tiene mala gaita. El chófer del infierno, le llamaba él. Terror con tintes de giallo. Como la mayoría de estas propuestas, a veces se le ve un poco forzada para ser fiel a su propia premisa, pero no está mal para ser una primera película y de bajo presupuesto -es más barata de lo que parece, lo cual es un piropo.
Durante la fiesta de clausura de la Semana de Terror pudimos tener una atípica conversación con él, en la línea etílica del evento. Después lo aderecé con algo de texto de lo que hablamos fuera de vídeo. Aquí lo podéis ver y leer.
Haritz Zubillaga, director de “El ataúd de cristal”
06/11/2016 - Iñaki Ortiz GascónEntrevista a Haritz Zubillaga Durante la fiesta de clausura de la Semana de Terror, secuestramos al director Haritz Zubillaga para que participase en nuestra tertulia de cierre de esta edición. En este primer vídeo, hablamos de la película que ha presentado a concurso, El ataúd de cristal. Junto a él, el director de la Semana, […] Leer más
Pudimos verla en la sección Perlas del festival de San Sebastián. Quizá no era el mejor lugar. Es, como dice el tópico crítico “un biopic al uso”. En definitiva, una película más o menos comercial que entra mejor fuera de festival. Lo mejor, sin duda, la interpretación el siempre genial Shia Labeouf, en un papel que parece hecho a su medida pues McEnroe es, como él, un niño travieso que atrae las miradas. Lo cierto es que la película, que es una coproducción nórdica, está más inspirada en el otro tenista, Björn Borg. Dos personalidades opuestas que en el fondo no son tan diferentes.
Las escenas de tenis no son una maravilla. Se solucionan con mucho corte para evitar dejar en evidencia a los actores que, evidentemente, no son unos genios del deporte. Hasta hace poco le perdonaba esta cuestión porque realmente es difícil. Después de ver las virguerías con de Craig Gillespie en Yo, Tonya, sobre el hielo, tengo que ser más duro. En cualquier caso, creo que la película tiene un pase y se ve a gusto. De las que comento aquí, la ideal para plan ligero y palomitas.
La última película de Laurent Cantet, que se pudo ver en Donosti en el festival de Derechos Humanos, aunque mis compañeros la vieron ya en Cannes. Os dejo directamente las palabras de Ricardo en una de sus crónicas:
Tras debutar en cine (antes había dirigido un telefilm) con una serie de películas realmente espectacular –Recursos humanos, El empleo del tiempo, Hacia el sur y La clase– el director francés no ha conseguido volver a aquellos niveles. Dicen que este es el mejor Cantet en años y quizá sea cierto, pero el listón no estaba demasiado alto. L’atelier juega a ser La clase y plantea unos debates muy interesantes y muy actuales, pero lo hace de manera forzada, acartonada y anticuada. No hay nada de la fluidez y naturalidad de la película que le valió la Palma de Oro.
Carlos pudo ver en Venecia esta película. Os dejo sus palabras:
Hannah es la segunda película del italiano Andrea Pallaoro y la última presentada en el concurso de esta edición. Está protagonizada por una soberbia Charlotte Rampling que aparece en todas las secuencias del film. Su rostro, su cuerpo y sus movimientos nos transmitirán todo lo que necesitamos conocer. Con ella, menos es más.
Hannah arranca con un primer plano de la actriz. Y a lo largo de sus 95 minutos no nos despegaremos de Hannah. Al principio sorprendidos y escamados. Hay algo en la forma de actuar de Hannah, en su forma de relacionarse con su entorno y en la forma en la que éste se relaciona con ella que resulta extraño. Poco a poco y con sordina, como de pasada, Pallaoro irá insinuando el pasado para que el espectador construya el resto. Unos apuntes sobre los hechos pasados que justifican el presente y el futuro de Hannah.
Sin embargo, la forma de revelar (o de no revelar) la información en algunas secuencias resulta forzado y se sacrifica la naturalidad por el estilo. Hannah habla de cosas de las que los personajes han decidido no hablar. Bien porque ya está todo dicho o porque es mejor no abrir heridas.