En El Contraplano somos grandes admiradores del trabajo que está haciendo el actual equipo del Festival de Cine de San Sebastián. Somos plenamente conscientes de lo difícil que es montar un festival de esta categoría con los medios de que disponen y creemos, sinceramente, que el resultado es notable cuanto menos. No sólo en lo que se refiere a la selección de películas sino también en las decisiones que han ido tomando en otros apartados (comunicación, imagen, apuesta por la industria…). De muchas de ellas hemos hablado en las diversas entrevistas que hemos hecho tanto a Jose Luis Rebordinos como a Maialen Beloki y a Ruth Pérez de Anucita.

Dicho esto, hay algo que lleva tiempo funcionando mal y no terminan de arreglar. Algo que quizá no afecta al gran público directamente, pero sí a los acreditados que también forman parte fundamental del Zinemaldia: el sistema de pases de prensa. Un tema que se está enquistando y que empieza a ser una queja constante en cada charla entre acreditados. Un malestar creciente que provoca situaciones muy desagradables que a veces pagan injustamente empleados del Festival.

Sería un error pensar que eso es algo que sólo afecta a los acreditados. Un Festival como este necesita gente que llene las salas, estrellas que atraigan gente y patrocinadores, periodistas que hablen de todo eso para que a las estrellas y los patrocinadores les interese venir, profesionales de industria que compren y vendan películas, organizadores de festivales y filmotecas que conozcan películas que programar… es un ecosistema que se retroalimenta y todas las partes son importantes. Si una va mal, nos afecta a todos.

El sistema de recogida de invitaciones

Una de las quejas habituales entre los acreditados es que hay muchas películas o pocos pases de prensa; pero de eso hablaremos más adelante. Porque el primer problema que hay es que el sistema de recogida de invitaciones es ineficiente. Las películas de Sección Oficial, Perlas y Nuev@s Director@s tienen pases para prensa y acreditados. Si una persona acreditada no puede encajar uno de esos pases puede pedir una invitación para un pase de público. Cada día se pueden invitaciones para los pases del día siguiente. Es algo que también ocurre en otros festivales que también tienen pases de público, aunque la ejecución aquí es peor. Con el agravante de que es una situación que se repite año tras años. Lo explica bien Victor Esquirol en su columna del Gara.

Los puestos para recoger invitaciones se abren a las 8:30 de la mañana. La primera película del día comienza a las 9:00 y día si, día también, se demuestra que el tiempo es insuficiente. Sólo dos puestos destinados a prensa -a veces solo uno- y otros dos destinados a otros acreditados no son suficientes a esas horas. Otro problema añadido es la gente que cuando llega su turno para coger las entradas no sabe cuales quiere y empieza a decidir en el propio puesto. En Berlín el mismo problema se ha resuelto repartiendo una hoja con los pases disponibles para el día siguiente. La persona que quiere invitaciones marca que películas quiere en la hoja, llega al mostrador, le escanean los códigos de las películas seleccionadas en la hoja y en segundos el trámite está resuelto. También tienen una pantalla visible por todos en la que se anuncian los pases agotados, para evitar colas innecesarias o cambios de última hora en el mismo mostrador. En Sitges se pueden pedir online. Igual se podrían poner más terminales informáticos de autoservicio a los que acceder con el código de barras de la acreditación. Lo que está claro es que el Zinemaldia o aumenta los puestos en las horas punta, o prueba otro sistema, porque lo que hay ahora (y lleva habiendo muchísimos años) no funciona.

El número de pases de prensa

Estamos viviendo una contradicción con el Zinemaldia. Por un lado se esta potenciando mucho la sección Zablategi-Tabakalera y desde hace años se habla de la importancia de Horizontes Latinos como puente con el cine latinoamericado. Por otro Zabaltegi-Tabakalera y Horizontes Latinos no tienen pases de prensa. Dos secciones muy interesantes que obligan a la prensa e industria que quieren cubrirlas a pasar por el engorroso sistema de solicitud de entradas que comentábamos antes.

Uno de los problemas es que hay pocas salas en San Sebastián y es cierto. Pero las que hay no están bien aprovechadas. Por ejemplo, hay pases de prensa de Nuev@s Director@s en el Principal que no llegan a un tercio de aforo. Hay otros de Sección Oficial en el Trueba en los que acreditados de prensa e industria se quedan fuera porque el aforo es claramente insuficiente. Habría que empezar a replantearse las ubicaciones de estos pases. Tampoco sabemos las razones para no usar más salas por la mañana e incluso al mediodía.

Por otro lado resulta increíble que, sabiendo como se sabía que hay un problema con el número de salas de cine, sólo se haya construido una en Tabakalera. Hay metros de sobra para poner una sala de cine o un espacio multidisciplinar que durante la semana del Festival sea una sala de cine (como tienen otros festivales). Aunque eso, claro está, no es responsabilidad del Festival. Las instituciones también tienen que poner de su parte y mirar a largo plazo si quieren que el Zinemaldia mantenga su nivel.

Los pases de público

Otra de las formas de aumentar el número de pases de prensa es la de reducir los pases de público. Decisión controvertida para un Festival que se caracteriza por la respuesta del público. Es algo que Rebordinos lleva anunciando desde hace tiempo y no se termina de materializar. Con nosotros lo habló en marzo del año pasado, ayer mismo se reafirmaba en esta interesante entrevista con Alberto Moyano en el Diario Vasco. Igual ya es el momento de pasar de las palabras a los hechos.

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20/03/2017 - Ricardo Fernández

Quedar con Jose Luis Rebordinos para hablar de cine y del Zinemaldia siempre es un placer. También una prueba de fondo. Es un torrente de ideas y de entusiasmo que no se cansa nunca de exponer y razonar sus ideas. Nosotros le preguntamos por la situación del Festival, por el proyecto que tienen él y […] Leer más

También convendría pensar si la retrospectiva tiene sentido hoy en día. Teniendo en cuenta que la ciudad disfruta de una retrospectiva anual (Nosferatu) y que filmoteca programa sus propios ciclos y retrospectivas a lo largo del año, este es un buen momento para replantearse su continuidad. O quizá buscar otras formas de programarla, tal vez usando los medios, contactos, nombre y equipo del Festival para organizarla y publicar el libro que la acompaña, pero no necesariamente durante los días del Festival.

El público es parte fundamental de este Festival y ni se puede ni se debe hacer un recorte excesivo en este sentido. Pero también hay que ser conscientes de que prensa e industria también son fundamentales para que esto funcione y el sistema actual dificulta mucho su trabajo, que no es sólo ver películas.

Los tipos de acreditaciones

El otro sistema para aumentar el ratio de proyecciones/acreditados es reducir el número de acreditados. ¿Todos los acreditados merecen estarlo? ¿Se dan excesivas acreditaciones? No todos los medios tienen el mismo tamaño, las mismas posibilidades ni los mismos intereses; pero seguramente no sería mala idea establecer un mínimo de cobertura necesaria para renovar la acreditación. Reseñas, reuniones, fotos, entrevistas, crónicas… Si hay escasez de sitios, habrá que ganárselo.

El año pasado se introdujo la acreditación rosa, que da prioridad de entrada para algunos pases, un acierto que quizá habría que seguir explorando y organizando mejor. Habría que estudiar si un sistema de acreditaciones con distintos niveles de prioridades -los colores de Cannes- que tenga en cuenta el trabajo a realizar por cada acreditado, facilitaría las cosas y ayudaría a trabajar tanto a periodistas como industria. No todos los acreditados tienen el mismo trabajo, ni las mismas necesidades.

La mala educación

Hay que decir que el mal ambiente que generan estos problemas no justifica en ningún caso las respuestas y actitudes de algunos acreditados con empleados de los cines o del festival. Del mismo modo el respeto entre los acreditados escasea cada mañana a la hora de respetar el orden de llegada a la cola. Por nuestra parte el trato que hemos recibido siempre del departamento de prensa ha sido amable y cuando hemos tenido alguna necesidad siempre nos la han solucionado. Pero creemos que un mejor sistema facilitaría tanto su trabajo como el nuestro y daría menos pie a los maleducados (aunque estos siempre encuentran una razón).

El Zinemaldia tiene que evolucionar

El funcionamiento del Zinemaldia es muy similar al que conocemos desde hace muchos años, pero el panorama ha cambiado mucho. Por número y tipo de acreditados, por la personalidad de las secciones, por la cantidad de gente que viaja a otros festivales y viene con muchas películas vistas, porque la industria es distinta, porque las salas son más pequeñas… Creemos que ha llegado la hora de acometer cambios de calado, de correr el riesgo de que algunas cosas no salgan bien a la primera. Fallar con la novedad puede ser un error comprensible. Dejar el error como está, no.