A principios de octubre varios medios se hicieron eco de las quejas de los trabajadores de Ubik, la biblioteca de creación de Tabakalera. Estos trabajadores, que ejercen la función de mediadores en la biblioteca, están subcontratados y se quejan de salarios bajos (14 pagas que se acercan a los 1.000€), de trabajar domingos y festivos sin ningún tipo de compensación, de problemas para coger vacaciones y de la dificultad de conciliar la vida familiar con el horario laboral.

 

 

Desde El Contraplano hemos contactado con Iñigo Otxotorena, representante de los trabajadores, que nos cuenta que en un principio la plantilla iba a estar formada por 18 trabajadores, todos ellos con estudios superiores y especializados en las diversas áreas de la biblioteca como pensamiento contemporáneo, artes audiovisuales, artes plásticas o cultura digital, por ejemplo. Al llegar los ajustes presupuestarios a Tabakalera en 2016 la plantilla se redujo a 12 trabajadores y con la reducción de plantilla también se redujeron, en proporción, las horas laborables. Sin embargo, a partir de febrero de 2017, los horarios aumentaron y no así el número de trabajadores. Ahora son 13 porque alguno de ellos tiene reducción de jornada por paternidad. De aquellos 18 trabajadores quedan sólo 4, lo que para Otxotorena “dice mucho de la situación laboral”. Como ejemplo de los cambios entre lo prometido y la realidad nos cuenta “Antes de abrir la biblioteca nos dijeron que trabajaríamos uno de cada 3 fines de semana, ahora trabajamos la mitad de los fines de semana del año. Este tipo de cosas nos impiden conciliar una vida social y familiar de una manera adecuada. Se nos aplica un convenio estatal que son un montón de horas y que no se corresponde con la realidad de Guipúzcoa”.

Para Otxotorena “nuestra retribución no se corresponde con el nivel medio de Guipúzcoa ni por asomo. Esto ocurre porque, aunque estemos en Tabakalera, nosotros no trabajamos directamente para Tabakalera. Trabajamos para una subcontrata, Sedena”. Preguntado por la respuesta de la empresa a sus quejas nos responde que “antes de hacerse público nuestro malestar hubo algunas mejoras, pero entendemos que no las suficientes”.

Sin respuesta desde Tabakalera

Después de hablar con Otxotorena contactamos con Tabakalera para preguntarles sobre su posición y sobre la decisión de subcontratar a unos trabajadores claves para el funcionamiento de Ubik. En este caso no tuvimos mucha suerte con la respuesta. Katerin Blasco, directora de comunicación, nos dijo que de momento lo único que podían decir es que “el tema está sobre la mesa”. A pesar de que insistimos en saber por qué los trabajadores están subcontratados, de dónde y por qué surge esa decisión, no obtuvimos ninguna respuesta concreta a esta cuestión que nos parece la clave de todo el conflicto.

La precarización desde las instituciones públicas

Desde su nacimiento, Ubik ha sido una de las joyas de la corona de Tabakalera, pero ahora sabemos que los mediadores, imprescindibles para el buen funcionamiento y el éxito de Ubik, trabajan en condiciones precarias y no pertenecen a la plantilla de Tabakalera. Esta política de subcontratar es habitual en otras áreas de Tabakalera, tanto de la institución como del edificio (por ejemplo, las labores de administración de la Elias Querejeta Zinema Eskola también han sido subcontratadas a Sedena). El abuso de las subcontrataciones para puestos claves favorece la precarización de las condiciones laborales porque la externalización suele venir acompañada de unos sueldos más bajos para los trabajadores externos, duraciones limitadas y una mayor dificultad para organizarse. No hay que olvidar que el Centro Internacional de Cultura Contemporánea de Tabakalera es una sociedad anónima de carácter público en la que participan el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián. Nos parece muy preocupante que a través de la financiación pública se esté propiciando la precarización laboral.

 

Libros en Tabakalera III: Ubik

21/10/2017 - Ricardo Fernández

Que no sea fácil no quiere decir que no haya que intentarlo En esta tercera entrega sobre los libros en Tabakalera charlamos con Arantza Mariskal, la responsable de Ubik, la biblioteca de creación. Una biblioteca pionera en muchos aspectos y que, como veremos pronto, va mucho más allá de ser un almacén de libros. Vamos a […] Leer más

 

Puede tener sentido la externalización de un cierto tipo de trabajos o en algunos momentos determinados. Pero se nos hace difícil comprender -y no nos lo han querido explicar- cómo unos puestos fundamentales para llevar a cabo el servicio que ofrece Tabakalera pueden estar subcontratados. No estamos hablando de personal para picos de trabajo, para un evento temporal o para realizar una tarea puntual concreta. No, de lo que estamos hablando es de unos trabajadores que sostienen el día a día de Ubik y sin los que no sería posible su buen funcionamiento. Lo que tenemos es a Tabakalera -una empresa pagada con dinero de los ciudadanos- que encarga unos puestos claves para su funcionamiento a una empresa privada que, lógicamente, busca su propio beneficio económico. Habría que preguntarse por qué Tabakalera, que tiene unos objetivos distintos al beneficio económico, prefiere que ese margen de beneficio vaya a unas empresas privadas y no a los trabajadores directamente. Insistimos, trabajadores imprescindibles para el desarrollo diario de las funciones y servicios de Tabakalera.

En la muy interesante programación de Tabakalera muchas veces hay sitio para películas, exposiciones, instalaciones o diferentes expresiones artísticas con un claro mensaje crítico con la sociedad actual. Ojalá en el futuro los actos del consejo de administración vayan en consonancia con el mensaje que se quiere transmitir con estas obras. Porque no hay que olvidar que la cultura, además de cultivar la creatividad y el pensamiento crítico, es una industria, cuyos agentes y trabajadores del sector, deben ser considerados como una parte imprescindible del sistema.


Petición en chanche.org de los mediadores al ayuntamiento.