Entrevista a Iñaki Gabarain sobre Literaktum 2019

El lunes 11 de noviembre comienza Literaktum, el Festival literario de San Sebastián. Quedamos con Iñaki Gabarain, director del CC Ernest Lluch y uno de los coordinadores del evento, para que nos cuente en que consiste el evento y que nos podemos encontrar en esta edición.

Cuentanos, ¿qué es Literaktum?

Literaktum es el Festival de Literatura de San Sebastián, la cita más  importante de literatura en la ciudad y su ambición es consolidar ese carácter, crecer como Festival y poco a poco ir entrando, siendo consciente de su medida y su lugar, en el elenco de festivales importantes de la ciudad. Queremos ser el momento de referencia de la literatura en la ciudad.

¿Qué características tiene Literaktum?

Es un festival que creo que tiene dos características a destacar. Una, que se ha acercado siempre a la literatura de un modo abierto, de un modo bastante plural, conectando la literatura con otras disciplinas, con los debates de su tiempo y las cuestiones que preocupan en la sociedad, con los retos que surgen y los movimientos que tienen preponderancia. Por ejemplo, este año nos centramos en literatura y feminismo. Creo que esa manera abierta, un poco híbrida, de acercarse a la literatura es muy importante. Algo que trasciende un poco de la presentación del libro. Buscamos otra manera de partir de lo literario para volver también a lo literario, pero pasando antes por esas inquietudes sociales y sus debates. De ahí un poco esa apuesta por los formatos de coloquio, los actos con dos personas, etcétera. Escapar un poco de la presentación de los libros y de lo más habitual.

La otra característica importante de Literaktum es que es un festival en red, que se hace a través de una red y se quiere repartir por la ciudad. La red originaria era una red de centros culturales y bibliotecas de Donostia Kultura; pero es una red que ha ido creciendo, que ha incorporado a San Telmo dentro de Donostia Kultura pero también otras instituciones y otros agentes: Koldo Mitxelena, Filmoteca Vasca, Kutxa Kultur, la universidad… También al gremio de libreros que hace tiempo que colaboraba de alguna manera con Literaktum pero desde hace unos años lo hacemos con otra ambición, celebrando algunas actividades en librerías y creando ese pequeño programa dentro del festival que es Territorio Libro. Es un festival que suma disciplinas, espacios y planteamientos en cada sitio.

¿Cuántos años lleva Literaktum?

Literaktum como tal, con una condición de Festival, desde 2005. Para llegar ahí ha habido una evolución de un formato que empezó en los 90 como un conjunto de coloquios y unas pocas actividades en torno a un taller de escritura. En ese momento también estaba Luisa Etxenike armando un poco un pequeño programa literario. Siempre ha habido invitados interesantes pero, bueno, aquello era más pequeño. A mediados de los 2000 se ve que tal vez a partir de ahí se puede ir creando un pequeño festival, incluso antes de llamarlo así. Una cita anual en la ciudad con un poco más de empaque en torno a la literatura. Esa es la segunda etapa, creo yo, que se desarrolla ceñida a unos cuantos espacios de centros culturales y la biblioteca central. Era un poco de todo, un poco variado, un poquito patchwork y así yo creo que pasó unos cuantos años más. Yo creo que podemos definir una tercera etapa del festival desde hace unos años, que ya buscamos un poco más de ambición ya per sé como festival. Se amplia la red de colaboradores, lo que hace que tengas algunos recursos más y te puedas plantear un programa un poco más ambicioso. Estructurar la programación de otra manera, con un eje central y otros apartados como Literaktum presenta, o debates o lo que pueda ir surgiendo si hay alguna oportunidad de año en año. Por ejemplo, el año pasado un apartado fue la literatura que viene con gente joven en la treintena, o clásicos, que hubo bastantes cosas que tenían que ver con Bolaño, Lorca y Baroja y Ana Karenina y tratamos de buscar algún formato de lo que salga algo interesante.

Buscamos estructurar mejor el programa y apuntar un poco más alto en la ambición. Ir teniendo una presencia de escritores internacionales mayor y tener representación de lo mejor de la cosecha en euskera y en castellano del año. Creo que ahí sí hemos ido creciendo y tengo la impresión de que esa es red, ese músculo, se nota más y que el programa también presenta propuestas más potentes como festival.

No para de crecer

Ahora estamos intentando abrir otra etapa. Desde Donostia Kultura una de las prioridades es que en los próximos años Literaktum tenga un espaldarazo. Vamos a ver en qué se traduce en cuanto a planteamiento y medios. Yo entiendo que básicamente es potenciar o fortalecer lo que venimos haciendo en los últimos años. Buscar esa condición de Festival de más chicha.

¿Cuál es el evento estrella del festival?

No destacaría un elemento estrella, Depende del evento y del año. Yo creo que los eventos más potentes suelen ser, por lo general, los que reúnen al menos a dos escritores fuertes en torno a algo.

Este año destacaría, por ejemplo, el coloquio entre Cristina Morales y Paul B. Preciado, o los de Elvira Sastre y María Sánchez, o Christina Rosenvingey Paula Bonet. Esos tandems; pero no creo que haya uno especialmente destacado en un plantel del que sería el núcleo duro que es el bloque de literatura y feminismo. Hombre, si no nos hubiera cambiado la fecha Olga Tokarczuk pues hubiera sido ella, obviamente. Pero la verdad es que era difícil prever que le pudiera dar el Premio Nobel. Claro que es una escritora muy interesante que nos venía bien porque ahora Anagrama iba a publicar a Los errantes como su mejor libro y  nos venía bien. Pero lo que al principio era una feliz coincidencia, que Olga Tokarczuk ganara el Nobel, luego ha enredado las cosas, porque al final se le ha complicado mucho la agenda y es una pena, porque hubiera estado muy bien y al festival le hubiera venido muy bien. Pero bueno, también le vendrá bien cuando venga en marzo, que ya lo tenemos confirmado, y a su actividad la apellidaremos Literaktum. Será Encuentro Literaktum, Diálogo literaktum o lo que sea Literaktum. Y bueno será un colorín bueno. Pero yo creo que creo que lo más destacable es el conjunto de actividades bajo el rótulo de literatura y feminismo, hay  bastantes cosas interesantes.

Cuéntanos algunas de esas cosas interesantes.

Bueno, pues al hilo de ese eje central, yo creo que lo que nos vamos a encontrar es un abordaje desde la literatura de las diferentes caras, tanto generacionales como de enfoque, del feminismo. Porque Paul B. Preciado y Cristina Morales son más desafiantes, por así decirlo, más rompedoras de algunas etiquetas y de algunos esquemas, sacuden más los estereotipos y los conceptos institucionalizados. Tienen una mirada algo más intelectual y yo diría que más atrevida. Luego alguien de la generación de Laura Freixas, que es una persona de referencia en el feminismo en España pero que pertenece a una generación que ha hecho otro camino y eso es algo que se refleja bien en el libro con el que viene. Es una autobiografía que habla de como su generación aunque haya tenido, cómo ha sido su caso, una conciencia creciente de la lucha feminista, también estaba enjaulada en un mundo que era aún más machista que el de ahora y que, por tanto, les ha tocado ver disminuidas sus posibilidades y su libertad, aún sin quererlo. Incluso para una persona con su grado de conciencia y de activismo. Por eso el título me parece muy bueno: A mí no me iba a pasar; pero su vida revisada con una mirada retrospectiva le demuestra que sí, que su vida no ha sido como la de las chicas de ahora. 

Esos distintos enfoques creo que son interesantes. Luego, para que no sea todo tan monotemático y analítico también queremos acercarnos a su obra de la mano de autoras en las que el feminismo es un componente importante. Elvira Sastre, María Sánchez o Rosenvinge y Bonet, pues no están exactamente para hablar de feminismo y literatura. Están con sus obras y están para hablar de otras experiencias; pero es inevitable porque en su obra esté, y ellas así lo buscan, que el feminismo sea un elemento muy importante.

Rosenvinge y Bonet, que vienen de haber triunfado antes en otras disciplinas

Nos importa inicialmente el hecho de que creadoras, en este caso mujeres, pero podía haber sido con hombres, nos hablen de cómo es una experiencia en otra disciplina artística, viniendo y sobre todo siendo muy reconocida en otra. Esas conexiones entre disciplinas que siempre nos interesan esta vez las hemos querido abordar de la mano de dos mujeres que a nada que te pongas a hablar con ellas, sobretodo en el caso del libro de Paula Bonet, que se tiene además un componente sobre el aborto, la pérdida y la maternidad, ves que hay un discurso feminista interesante ahí.

Abordáis es feminismo no solo a través de las mujeres

Dentro del enfoque del feminismo también hemos traído a a Víctor “Parkas” y a Iván Repila, porque tampoco hay tantos autores hombres que aborden algunas cuestiones y menos que aborden una autocrítica o autoanálisis de dónde estamos los hombres, como nos situamos ante esto, cómo nos interpela y también quiénes somos, cómo estamos hechos, quién nos ha educado y ahora cómo nos sentimos interpelados por algo que es ya socialmente imparable que es que las cosas están cambiando, y más que tienen que cambiar, y que tú, cómo hombre, tienes que tener un lugar ahí. Ahí hay una reflexión sobre modelos masculinos, que es otra mirada al feminismo.

Además del bloque de Feminismo hay otras cosas

Son muchos días también. No tiene nada que ver el coloquio entre Iván Zaldúa y James Robertson que es más sobre Europa, o la creación en lenguas minoritarias, el lugar de las literaturas pequeñas, que también es una cuestión que nos interesa especialmente en Literaktum por razones obvias. La presentación de Bernardo Atxaga, Literaktum Txikia para las niñas y los niños… hay muchas cosas.

Por ejemplo una exposición, ¿este año de qué se trata?

Este año es sobre la editorial Lur, que fue una editorial importante, pionera a finales de los 60 y comienzos de los 70. Es una exposición que nace un poco al calor de un reconocimiento y homenaje que se le quiere hacer a Egunero hasten delako, una novela de Ramon Saizarbitoria que se publicó hace justo 50 años y que es uno de esos hitos de la modernidad literaria en euskera. Va a haber tres cosas en torno a Egunero hasten delako, como por otra parte a lo largo del año ya ha ido habiendo otras porque ha sido un año conmemorativo de esta novela. Vamos a hacer un paseo literario por el Donosti de la obra de Saizarbitoria. También va a haber una mesa redonda sobre un Egunero hasten delako y luego aquí tenemos esta exposición, que es un poco más de refilón, pero que nace al calor de esto porque Lur es la editorial que publicó Egunero hasten delako el año 1969.

Lur fue un proyecto cultural que ahora nos sirve de plataforma para asomarnos a un momento de la Euskalgintza, de un impulso importante de la creación en euskera que hubo en los 60 y 70. Esta editorial puso en circulación obras importantes, entre ellas esta. La exposición va a consistir en la reproducción de las cubiertas de todos los libros, porque todas ellas son obra de Alberto Corazón, el diseñador donostiarra que es el creador de logos súper conocidos como los de Renfe o Telefónica. Uno de los gurús y pioneros del diseño en España, que ahora ya está mayorcito, pero que es de aquí y que se sumó a esa aventura en la que estaban, pues Ramón Saizarbitoria, Ibon Sarasola y Arantxa Urretabizkaia… Luego va a haber algunos otros materiales y una parte más dedicada Egunero hasten delako; pero es una mirada a esa editorial y a su proyecto cultural.

Iban Zaldua y Ramón Saizarbitoria en Literaktum 2018 (foto Josu De la Calle)

Tengo la sensación de que estamos en un momento en el que en el mundo editorial las editoriales grandes cada vez son más grandes y las pequeñas más pequeñas.

Van quedando en español, no sólo en España sino en español, pocas editoriales fuera del duopolio Penguin/Planeta que casi ya no deja escapar nada. De hecho, las que despuntan resisten un tiempo, pero luego son absorbidas, son compradas. Lo último que ha digamos que ha removido el panorama ha sido la adquisición de Salamandra por Penguin.

Se vive un fenómeno un poco compensatorio paralelo. Estos dos grupos cada vez abarcan más, incluso a sellos que hace algunos años eran autónomos como Salamandra o Anagrama como ejemplos más claros. Ese gran control editorial de esos dos grandes grupos, junto al nuevo perfil de editor y las nuevas tecnologías con sus posibilidades provocan que haya habido durante unos años, ahora ya algo menos, una floración grande de sellos pequeños que buscan darle al público lo que los grandes sellos no priorizan tanto o lo tienen en una colección a la que no le ponen foco. Son grupos tan grandes que tienen sellos para todos los públicos, aunque a veces nos les dan tanto protagonismo. Pero luego hay otras editoriales pequeñas que igual sí son el espacio en el que un autor que empieza con una novela que igual es formalmente es más arriesgada, puede encontrar el acomodo que no tiene de entrada en un sello de los grandes grupos. Aunque se esté dando esa concentración los intereses de la gente tampoco se pueden controlar o racionalizar del todo y al final alguien tendrá la oportunidad, probablemente en un pequeño sello, de editar algo que igual no ha tenido encaje en una estrategia comercial mayor.

Yo creo que, de todos modos, al final como lo abarcan todo pues abarcan lo mainstream y abarcan lo más escogido. Hay estupenda literatura en Penguin y en Planeta, también literatura más de otro consumo, literatura de todo tipo. Yo no creo que sean grupos que posterguen determinadas líneas, sino que van abarcando todas, porque es una cuestión de costes, de dinámica capitalista y económica. Y luego están las aventuras editoriales pequeñas, sellos como Periférica u otros que son muy importantes, que están muy bien y tienen escritores estupendos con muy buenos catálogos.

¿Tratáis con las editoriales?

Estos últimos años nos ha parecido que era fundamental mejorar las relaciones con las editoriales, tener más comunicación y trabajar más junto con ellas para conocer qué es lo que viene y para facilitarnos el contacto con los autores. Eso es muy importante para el festival, para poder llegar a determinados nombres y para entrar un poco en unas fechas que en el mercado editorial son importantes. Si no trabajas junto con las editoriales es difícil entrar en la gira o en la agenda de algunos escritores, porque si tú tocas la puerta por tu cuenta probablemente no tienes las mismas posibilidades que si lo haces a través de ellas con más antelación. Y te dicen bueno, pues mengano y zutano van a sacar en esas fechas y van a estar aquí y allá, vamos a ver si San Sebastián encaja… Eso es importante y por eso tratamos con todas las que podemos. Ahí creo que también es importante destacar en ese trabajo de editoriales el que hacemos también con las editoriales vascas, porque la cercanía de fechas con Durango es importante también ahora para Literaktum, porque podemos ser un poco una cierta antesala de las novedades que se preparan en la industria editorial en euskera para Durango. Prácticamente en las fechas de Literaktum sale mucho de lo nuevo y muchas de las grandes apuestas de Elkar, de Susa, de Pamiela, de Erein y demás. Entonces ahí intentamos tener primicias, como el año pasado tuvimos Harkaitz Cano con Susa, que hizo la presentación ante los lectores del libro en Literaktum. Ante los medios lo hacen antes por razones editoriales; pero el primer encuentro con lectores fue con nosotros y lo mismo va a pasar este año con Atxaga y su nueva novela o con Karmele Jaio. Ahí sí que nos importa y nos interesa trabajar con las editoriales, mano a mano, porque nos fortalece la parte de Literaktum de la literatura vasca. 

¿La fecha es elegida por la importancia editorial del momento?

La fecha es buena y a la vez es complicada porque nace de la voluntad de apostar por el otoño editorial, que es un buen momento, y por hacernos fuertes en esta apuesta de darle un salto al festival en un momento del año que también es fuerte en programación, porque en octubre, noviembre, marzo, abril, mayo están en gran medida la parte fuerte de la agenda cultural de la ciudad, dejando fuera, obviamente, a aquellos que ya son su propia agenda, como el Zinemaldi en septiembre o el Jazzaldia en verano.

Si nosotros nos lo curramos bien, ahí tenemos la posibilidad de que el festival de literatura destaque como una de las citas culturales del otoño. Viene el Zinemaldi, luego es el terror y la idea es un poco la de cerrar el año con la literatura y ahí podemos ganar fuerza. También es verdad que es un periodo en el que hay de todo. La programación de teatro es súper potente, se inauguran expos en San Telmo, es constante. Todos están echando el resto porque es un mes, como digo, fuerte. Para estar ahí y que se te vea y que peses, pues hay que currárselo y hay que ir dando esos pasos como festival.

¿Tienes a algún otro Festival de referencia?

Bueno, en el equipo cada uno tendrá el suyo. A mí a mí me gustan muchos. Voy a dejar de lado los que son más, digamos, más temáticos, por así decirlo como Barcelona Negra o Gijón. Entre los generalistas, los que abordan distintos géneros, registros y autores diferentes, me gusta el Eñe que ahora lo han cambiado y coincide exactamente en nuestras fechas en Madrid. Me gusta porque yo creo que tiene un planteamiento bastante similar al nuestro en cuanto a que hay un acercamiento a la literatura muy plural y que ya no está centrado en el Círculo de Bellas Artes. Ahora reparten cosas y están saliendo a más sitios. La Biblioteca Nacional, el Jardín Botánico o la sede del Cervantes. Esa idea de contagio de la ciudad me parece una referencia buena, súper potente. También tienen muchos autores, porque de los que hacen gira en España, latinoamericanos y europeos van a pasar por Madrid probablemente en el otoño, y a ellos les resulta fácil cazarlos; pero me gusta lo que hacen, me gusta como lo plantean.

También me gusta mucho Kosmópolis en Barcelona, organizado por el CCCB, porque tiene tiene una apuesta clara por un acercamiento a la literatura conectado al debate contemporáneo. Su lema es Kosmopolis, el festival de la literatura amplificada. Es decir la literatura un poco más allá de la literatura, pero también la literatura entendida en toda su potencialidad, conectada con debates y disciplinas. Eso me gusta. 

En este registro el High Festival de Segovia es otra referencia. Lo que me gusta de él es que es una ciudad pequeña totalmente volcada en el festival. Es verdad que Madrid está cerca y puede haber un flujo importante, pero es una referencia bonita. Ves a su escala, obviamente la literatura no es el cine, lo que durante unos días le pasa a Donosti con el Zinemaldia que ves que la ciudad está al cine, pues en Segovia durante el High, la ciudad está a eso, a lo que hay en la calle, a los coloquios. Es una ciudad pequeña y está todo lleno, todos los espacios. A mi me gusta, me gusta mucho también.

En Euskadi tiene mucha solera Gutun Zuria que lo hacen ahora en la Alhóndiga en Bilbao y que tiene ahora un enfoque igual un poco más vinculado al arte. También es muy interesante. Al ser en abril yo creo que en Euskadi el Gutun Zuria en abril en Bilbao y el Literaktum en noviembre en San Sebastián son complementarios, un semestre para cada uno y así hay visibilidad buena para ambos.

¿Qué acogida tiene de público?

Bueno, yo creo que Literaktum tiene una buena acogida de público. En los últimos dos o tres años casi todas las actividades se han llenado. La acogida del público es buena porque a lo largo del año en Donosti, desde hace mucho tiempo, creo que la programación literaria se trabaja bien. Gracias a eso hay un público y yo creo que partimos de una base más o menos fiel, atenta a estas actividades, que que además tengo la impresión de que está contenta de ver que el festival de literatura de la ciudad parece que crece.

Yo creo que ahora nuestro reto es que el impacto de Literaktum en la ciudad sea mayor, sea conocido para más gente, aunque no sea una gente que frecuente a lo largo del año las actividades literarias. Y vuelvo a decir lo mismo, salvando las distancias siderales, sabéis bien que hay gente que va al cine en el Zinemaldia y luego a lo mejor no va al cine especialmente el resto del año; pero le apetece ir al Zinemaldia porque sabe que lo que ve allí es interesante y que le van a proponer cosas que de otra forma no va a poder verlas. En Literaktum creo que hay un segundo bloque de público al que queremos llegar teniendo mayor impacto, mayor visibilidad en la ciudad. Gente que diga bueno, pues yo si que leo aunque tampoco tanto o no estoy tan puesto en literatura, pero mira viene esto que me han dicho que está bien y me voy a acercar. O que se atrevan a asomarse a ver qué se va a decir en esa cita de literatura y de autores. Literaktum ha ido creciendo sostenido por ese público más lector, más afín a lo literario, pero ahora vamos dando los pasos para llegar a otros. Sería también el reflejo de que el impacto es mayor, de que más gente se entera de Liteaktum, que resulta más atractivo para más gente. Que creces como festival. Hay una segundo anillo de gente que se acercará, que lo está empezando a hacer. y lo que queremos es seguir dando pasos con eso.