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Con dos películas entre las mejor recibidas, y premiadas, en dos de los más importantes festivales del mundo -Berlín y Cannes-, Ryûsuke Hamaguchi es uno de los cineastas más relevantes del año. Drive My Car, la que nos ocupa, ganó el Premio a Mejor guión, el Fipresci y el Flipesci en Cannes, casi nada. El director de Happy Hour y Asako I y II dirige una película muy fiel a su estilo -suave, pausado, intimista y apoyado en la palabra- a partir de un relato corto de Haruki Murakami que el director transforma en una película de cerca de tres horas. Esto nos trae a la memoria a Burning, de Lee Chang-Dong, que también partía de un relato corto de Murakami. Aunque si Burning lo que hacía era continuar el relato escrito, Drive My Car lo completa y rellena.

Ryûsuke Hamaguchi gana el Flipesci Cannois más oriental

17/07/2021 - El Contraplano

"Drive My Car", de Ryûsuke Hamaguchi e "In Front Your Face", de Hong Sang-soo, triunfan en los Premios Flipesci del Festival de Cannes. Leer más

La película transcurre en torno a las conversaciones que mantiene Yusuke, un director de teatro, con Misuki, una joven que temporalmente ejerce de su chofer, y Koji, un joven actor que trabajó años atrás la difunta mujer de Yusuke. Antes decía que el cine de Hamaguchi se apoya en la palabra, y es cierto; pero también es cierto que en Drive My Car tienen muchísima importancia los silencios y la manera de enfrentarse a las palabras. Gran parte del motor argumental de la película, la razón por la que se encuentran y conviven los protagonistas, son las sesiones de preparación de la representación de la obra Tío Vania de Chejov a cargo de Yusuke en una versión multilingüe. El texto, como era de esperar, se funde con las vidas de los protagonistas y vemos cómo se sienten reflejados en él. Un recurso mil veces explorado. Hamaguchi, a quien el teatro siempre le ronda y ya aparecía en Happy Hour y Asako I y II, da importancia no solo al texto, sino a la forma de enfrentarse a él. La manera en la que Yusuke trabaja el texto, repitiéndolo y repitiéndolo de manera mecánica hasta absorberlo, es parecida a su manera de enfrentarse a la vida, a las conversaciones importantes, a los problemas.

Cada persona tiene su ritmo, su forma de comunicarse y su propio idioma; pero para entenderse sólo hay que poner interés. Algo así pasa con Drive My Car, tiene su ritmo, tranquilo como decía en el primer párrafo, pero con gran abundancia de detalles y pequeños sucesos menos superficiales de lo que aparentan. Solo hay que poner interés para entender lo que la película, lo que Hamaguchi, quiere decirnos. Así podremos entender a los personajes, sus vacíos, su desorientación, sus miedos y sus remordimientos. Si en las road movies los protagonistas viajan y se van encontrando con diferentes personajes que les hacen descubrirse a sí mismos, en Drive My Car ese viaje está representado en un Saab rojo que da vueltas y vueltas sin llegar a ningún sitio, como las vidas de los personajes, avanzando en bucle, reencontrándose con los mismo personajes, sin que nada cambie hasta que otro toma las riendas de la conversación, de los pensamientos, y el viaje interno cumple otra etapa.

Hamaguchi construye así una película delicada, impecable en sus formas, con un control del pulso narrativo envidible, sostenida por unos actores en estado de gracia y que, poco a poco pero sin pausa, se va acercando al punto de ebullición. Cuando llega, en una escena maravillosa que no tiene voz pero si palabras, nos regala una de las escenas más brillantes y emotivas de los últimos tiempos. Luego, en el cierre, nos interpela y nos sitúa a nosotros mismos en la más plena inmediatez y actualidad, en este mismo momento, a pensar en el mensaje, a dejar atrás el dolor y la frustración para aceptar las cartas que tenemos y disfrutar del resto.

Drive My Car

Media Flipesci:
8.2
Título original:
Doraibu mai kâ
Director:
Ryûsuke Hamaguchi
Actores:
Hidetoshi Nishijima, Tôko Miura, Masaki Okada, Reika Kirishima
Fecha de estreno:
04/02/2022