5.5

Reseña de All Dirt Roads Taste Of Salt

All Dirt Roads Taste Of Salt ha sido el centro de atención desde su presentación en Sundance. No es de extrañar, tenía todos los elementos para ello: el respaldo de A24 y Barry Jenkins, director de la Oscarizada Moonlight, unido a su enfoque en la comunidad y cultura afroamericana, combinado con una producción técnica impecable y una visión trascendental, la convierten en una candidata perfecta para brillar en cualquier festival. No tanto fuera de ese ámbito.

La historia nos sumerge en la vida de Mack, una mujer afroamericana de Tennessee, abarcando varias décadas desde su niñez. Este viaje comienza con una escena entrañable en la que un padre enseña a su hija a pescar, transmitiendo un mensaje claro: «no tengas prisa». Está claro que esa filosofía empapa la dirección de Raven Jackson, conocida hasta ahora como poetisa y fotógrafa, y que se estrena ahora en la dirección de largometrajes. No hay prisa ninguna en esta película.

All Dirt Roads Taste Of Salt es una experiencia más que una narrativa. No es ni siquiera una película atmosférica, es más bien sensorial. No busca contar una historia lineal, sino evocar sensaciones y recuerdos. Para ser más exactos las sensaciones ligadas a los recuerdos. Es un poema visual que fluye como el agua, elemento central de la película, mezclando presente, pasado y futuro sin seguir una estructura cronológica. La fotografía de Jomo Fray, que recuerda al estilo de Terrence Malick, trata de reflejar el tacto, las sensaciones y la humanidad a través de primerísimos planos de manos, luces y reflejos en la naturaleza. La banda sonora, compuesta por Sasha Gordon y Victor Magro, complementada con clásicos de Gladys Knight y Roberta Flack, ayuda a elevar esos momentos que buscan ser más grandes que la vida.

Es probable que cada espectador encuentre resonancias en diferentes momentos, pero también es posible que muchos se sientan perdidos ante la falta de una trama convencional. Jackson toma una decisión audaz y renuncia casi por completo a la trama y al conflicto para, prácticamente, apoyarse sólo en el subtexto. Es una apuesta arriesgada que le permite centrarse en el enfoque sensorial de los recuerdos; pero también presenta desafíos. Sin una estructura narrativa clara, el espectador puede sentirse desorientado y desconectado de los personajes, que se ven reducidos a emociones sin profundizar realmente en sus personalidades. Al carecer de asideros a los que agarrarse es complicado permanecer dentro de la historia. En El ladrón de orquideas de Spike Jonze, el personaje de Nicolas Cage es un gionista, busca inspiración en un seminario sobre escritura de guiones y se pregunta si sería posible hacer una película entera sobre flores, cuestionando la necesidad de conflictos y crisis en una historia. «¿Qué pasa si el escritor intenta crear una historia en la que no sucede gran cosa?» pregunta y el ponente le responde «Si escribes un guión sin conflictos ni crisis, aburrirás a tu audiencia hasta las lágrimas». Raven Jackson desafía esto y se podría decir que sale airosa pero no ilesa del desafío.

All Dirt Roads Taste of Salt es una propuesta valiente y ambiciosa. En sus mejores momentos, alcanza cotas de belleza y sensorialidad realmente destacables, pero en otros la belleza se escurre entre los dedos, como si intentara agarrar el agua que vertebra toda la película.

All Dirt Roads Taste of Salt

Media Flipesci:
5.9
Título original:
Director:
Raven Jackson
Actores:
Kaylee Nicole Johnson, Chris Chalk, Jayah Henry, Sheila Atim, Bernadette Albright, Preston McDowell, Charleen McClure