El cine de Sofia Coppola III

En la cresta de la ola, tras dos éxitos rotundos, Sofia Coppola retoma un proyecto que dejó abandonado para centrarse en Lost In Translation, una película sobre Maria Antonieta, la Reina de Francia -tras su matrimonio con Luis XVI- que acabó guillotinada en la Revolución Francesa. Sofia Coppola había dejado el proyecto aparcado porque no encontraba el enfoque adecuado para tratar sobre una figura compleja que ha sido objeto de múltiples revisiones y estudios a lo largo de los dos últimos siglos. Plena de confianza y con el Oscar del guion de Lost In Translation en su poder, se vio con confianza para abordar el proyecto y, por supuesto, teñirlo de su impronta personal.

Maria Antonieta (2006)

María Antonieta nos sumerge en la historia de la joven princesa austriaca que llega a Versalles para casarse con el delfin francés, Luis XVI, y su posterior caída en desgracia con la llegada de la Revolución Francesa. María Antonieta está interpretada por Kirsten Dunst, su segunda colaboración tras Las vírgenes suicidas, en una magistral actuación llena de matices que transforma a una adolescente coqueta y amante de la diversión en una reina digna, aunque incomprendida.

Para escribir el guion, Sofía Coppola se basó en parte del libro de Antonia Fraser María Antonieta: el viaje, aunque se centró solo en la época de María Antonieta en Versalles. La película comienza con su viaje de Austria a Versalles y termina cuando se marcha, expulsada por la turba que viene de París. Sofía Coppola elimina una gran cantidad de episodios de la vida y del carácter de Maria Antonieta, ya que en ningún momento tiena la intención de mostrar a “la verdadera María Antonieta”, sino de destilar el personaje hasta llegar a la esencia, al concepto de vivir una identidad que ya ha sido decidida por ti, y para la que no importa cómo te sientes acerca de eso. El mismo eje central de Las vírgenes suicidas e incluso de Lost In Translation. Una temática que se siente muy contemporánea hoy en día.

Influecias clásicas y postmodernismo

Se suelen citar como influencias a Milos Forman y especialmente a Barry Lyndon de Stanley Kubrick ambientada en la misma época. Como curiosidad Milena Canonero fue la encargada del diseño de vestuario de las dos películas -aunque para los zapatos de María Antonieta se contó con la colaboración del diseñador Manolo Blahnik-, y Canonero reutilizó algunos trajes de Barry Lindon para la película de Sofia Coppola. En ambas ocasiones ganó el Oscar (dos de los cuatro que atesora). A pesar de estos paralelismos, la fotografía a cargo de Lance Acord, que repetía tras Lost in Translation, con su apuesta por apuesta por los tonos pasteles y la luz suave y natural, es muy diferente a la que la usó Kubrick en Barry Lyndon repleta de rojos y marrones e interiores iluminados con velas. El uso de destellos de lente en las escenas campestres es otro de los elementos que aportan un toque moderno a la película, pero siempre al servicio de mostrar el estado de ánimo de la protagonista. De hecho, el vestuario en manos de Sofia Coppola representa el empoderamiento femenino y la autoafirmación de María Antonieta en una sociedad dominada por hombres. Su ropa, junto con su participación en actividades como la jardinería y la música, simboliza su búsqueda de identidad y libertad.

Barry Lyndon (1975) / Marie Antoinette (2006)

Sofia Coppola y su socio productor Ross Katz lograron obtener un permiso especial del gobierno francés para filmar dentro de los históricos salones del Palacio de Versalles. Esta oportunidad única contribuyó a crear una atmósfera cargada de historia y majestuosidad, sumergiendo al espectador en un entorno de auténtica grandeza. Nada de esto hubiera sido posible sin el excepcional diseño de producción a cargo de K.K. Barrett.

La pintura en Maria Antonieta

Una de las cosas que llama la atención de María Antonieta es su habilidad para fusionar con maestría la historia y el arte, aunque lo hace de una manera que se aleja de los enfoques clásicos o académicos típicos de las películas de época. Sofia Coppola opta por una aproximación postmoderna, rompiendo con las estéticas tradicionales mediante un uso audaz de vestuarios, mobiliario y alimentos en tonalidades pastel vibrantes. Esto no solo añade un toque de modernidad sorprendente sino que también refleja una sutil decadencia, acentuada por los primeros planos de las opulentas riquezas asociadas a María Antonieta.

Si se pone atención, cada plano de la película parece ser un eco de las diversas corrientes artísticas del siglo XVIII. Secuencias como la de la boda de Maria Antonieta, con amplios encuadres, un meticuloso cuidado por el detalle y una gran profundidad de campo (todo está enfocado), se asemejan a las pinturas clásicas del S.XVIII.

Podría ser un cuadro impresionista

Sofia Coppola también se inspira en el impresionismo, especialmente en las escenas de Petit Trianon, el bucólico jardín alejado de la corte, donde la vida de la reina se despliega con una luz suave y colores vivos, evocando la obra de Claude Monet. Estas representaciones además de capturar la belleza del paisaje también simbolizan el deseo de María Antonieta de escapar de la rigidez de la corte, reflejando su anhelo por la libertad y una conexión más íntima con la naturaleza.

Hay referencias pictóricas que funcionan a un segundo nivel, no solo visual. Por ejemplo las escenas que retratan las fantasías románticas de María Antonieta con el Conde Fersen están inspiradas en el cuadro Napoleón cruzando los Alpes de Jacques-Louis David. Esta obra de David es emblemática del neoclasicismo y el arte revolucionario del siglo XVIII, un movimiento que se caracteriza por su idealización de la antigüedad clásica y la sobriedad en su estética. Aquí, Sofia Coppola no solo crea un vínculo visual con la época sino que también introduce un comentario sutil sobre la complejidad política y social que envuelve a la reina. y sobre el papel de María Antonieta en la tumultuosa historia francesa. Inspirarse en una obra tan cargada de simbolismo político y revolucionario refleja una ironía que alude a la transformación política y social que se gestaba durante el reinado de María Antonieta.

Jacques-Louis David / Soffia Coppola

La importancia de la moda

Sofia Coppola no usa solo la influencia estética para decorar, ambientar e incluso encuadrar la escena. En muchas ocasiones recurre a la técnica del tableau vivant -imágenes que parecen pinturas vivientes- de una manera muy similar a la que suele usarse en la fotografía de moda. En estas escenas, meticulosamente compuestas, se crea una atmósfera que recuerda a un cuadro, con una atención detallada al color y la luz. Estos tableaux subrayaran el deseo de la reina de expresar su individualidad, desafiando las convenciones de su tiempo, destacando la rebeldía de María Antonieta contra las rígidas normas de la corte de Versalles. Las escenas cuidadosamente coreografiadas y estilizadas contrastan con el entorno formal de la corte, convirtiendo a la moda y la decoración en la película en elementos esenciales para capturar la esencia del momento.

Hablábamos en un artícula anterior, como la primera escena de Lost In Translation -el culo de Scarlett Johanson- era una representación de lo que el feminismo ha calificado como la mirada masculina, que refuerza las el punto de vista patriarcal y coloca a la mujer en un rol pasivo; pero comoo a partir de ahí Sofia Coppola subvertía esa imagen dotando a Charlotte de profundidad y complejidad, más allá de ser un mero objeto de deseo. Si repasamos la primera escena de Las vírgenes suicidas nos encontramos a Kirsten Dunst chupando una piruleta en una pose claramente inspirada por la Lolita de Kubrick. En su tercera película Sofia Coppola vuelve a repetir la jugada, en esta ocasión con una escena inspirada en una imagen publicitaria de Guy Bourdin para la firma de zapatos Charles Jourdan en 1977. Con esta escena Sophia Coppola integra la influencia de la publicidad moderna en la estética visual de la película y establece un tono lujoso y contemporáneo, sumergiendo al espectador en el glamoroso mundo de María Antonieta. La rotura de la cuarta pared, con Kirsten Dunst mirando coquetamente a la cámara, establece el caracter descarado de la protagonista.

Sofia Coppola / Guy Bourdin

En ese primer plano, construido con un lenguaje contemporáneo y conocido por todos como el de la publicidad de moda, hemos visto lo que creíamos saber del personaje, su leyenda, la frívola historia que nos contaron, el envoltorio que rodea a una mujer que la película nos mostrará mucho más compleja y prisionera de las normas. Inmediatamente después veremos a una Maria Antonieta sin poder alguno sobre su destino, obligada a dejar su vida atrás.

La moda se convierte en un medio poderoso para la autoexpresión y la identidad. La evolución del vestuario de María Antonieta desde vestidos opulentos hasta estilos más personales refleja su lucha interna y su deseo de libertad. A través de la moda, Sofia Coppola explora la identidad de la reina, mostrando cómo su esplendor fue malinterpretado por su pueblo, lo que contribuyó a la percepción de su desconexión con la realidad y preludió la inminente revolución. Cada escena ofrece al espectador una experiencia rica en texturas, colores y emociones, y revelando el momento vital de la riena y la complejidad de un personaje histórico atrapado entre la tradición y su deseo de libertad.

Un espectacular y anácrónico diseño de producción

El equipo de producción se inspiró en pinturas y grabados de la época, para alcanzar gran un nivel de autenticidad en moda y decoración, mientras que simultáneamente incorporó elementos de modernidad que desafían las expectativas tradicionales de una película de época. Sofia Coppola y Barrett optaron por incluir elementos anacrónicos, como las zapatillas Converse de María Antonieta, y una banda sonora con pistas pop, shoegaze y punk de los 80, en contraste con las composiciones clásicas barrocas de Vivaldi. Estos anacronismos hacen rechinar los dientes a muchos críticos desde entonces. Sin embargo, la decisión de Coppola de mezclar lo antiguo con lo moderno no solo ofrece un contrapunto a la rigidez de la realeza, que es lo que representa Maria Antonieta, sino que también difumina las barreras del tiempo y permite una conexión emocional más directa con los personajes para el público del momento. Sofia Coppola se esfuerza por humanizar a María Antonieta, una figura histórica a menudo reducida a viejas pinturas al óleo en museos polvorientos, y así acerca su figura a las celebrities contemporáneas. como podrían sera Paris Hilton en esos días o Kim Kardashian en estos,, forzando una reflexión sobre la imagen pública y la fama y cómo estas pueden afectar la percepción de una mujer en el poder. Diez años después, con el fenómeno de las influencers totalmente asimilado, Sofia Coppola buscaría otra aproximación al tema, pero desde el otro lado del escaparate, desde los fans, en The Bling Ring.

Una película adelantada a su tiempo

Maria Antonieta llegó demasiado pronto. En 2003 la gran crisis de 2008 y los consiguientes movimientos tipo Occupy Wall Street o 15M parecían algo lejano para casi todo el mundo, hoy es inevitable ver reflejos de eso en la película. El mundo de las influencers y celebrities no había explotado como ahora, hoy vemos cada plano del lujo de Maria Antonieta como un post de instagram (en TikTok ha sido tendencia compartir escenas de la película). Y, por supuesto, la visión feminista no había calado tanto en la gente como hoy en día.

La recepción inicial de María Antonieta en el Festival de Cine de Cannes de 2006 fue mixta, desde los sonoros abucheos y a las críticas entusiastas. Muchas de las críticas estaban cargadas de bastante condescendencia y tono burlón, como la de Le Monde, que la tildó de conscientemente caprichosa y algo «soñado por una Miss California». Los críticos de cine del Times estaban tan divididos sobre su calidad que montaron un artículo en forma de debate. Hoy críticas como las de Le Monde han envejecido muy mal (por tono y contenido) y cada vez se extiende más la percepción de que no estamos ante una bagatela histórica para chicas, sino ante una película que es una declaración de libertad postfeminista, con sustancia estilística y, sobre todo, adelantada a su tiempo.

Kirsten Dunst, reflejó en entrevistas su decepción inicial ante los abucheos en el estreno en Cannes: «Me sentí realmente desanimada porque la película tenía un significado muy personal para mí. Me preguntaba: ¿habré defraudado a todos? Sin embargo, en esencia, lo que hice fue encarnar al personaje, capturar su esencia, más que interpretar un papel en un drama histórico riguroso.«. Pero también es consciente de que Maria Antonieta es una película adelantada a su tiempo: «Si esta película se estrenara en la actualidad la recepción sería completamente distinta. Evidentemente, estábamos adelantados a nuestra época y, además, estábamos celebrando el trabajo de una directora. Aunque ahora se vea con buenos ojos, en aquel momento era como si se dijera: ‘Aún no es momento para que juegues en las grandes ligas con los hombres.’ Parte de la resistencia, creo, radicaba en que resultaba amenazador.«

Sofia Coppola y Kirsten Dunst en la conferencia de prensa del New York Film Festival (Octubre 2006)

Sofia Coppola ha dejado clara en numerosas entrevistas que su intención era la de retratar la historia de María Antonieta desde una perspectiva fresca y femenina, alejándose de interpretaciones académicas tradicionales, resaltando la vulnerabilidad y la evolución de una joven empujada hacia un papel tan expuesto y peligroso como el de Reina de Francia. Como había hecho hasta entonces con todas las mujeres jóvenes de sus películas, Sofia Coppola, explora a Maria Antonieta presentándola como un enigma que se va desvelando poco a poco. Maria Antonieta ofrece una perspectiva íntima sobre la complejidad de navegar la feminidad dentro de un contexto de opresión y expectativas patriarcales, poniendo en el centro de la narrativa a la mujer.

La película narra la transición de María Antonieta desde su juventud hasta su madurez, enfrentándose a la pérdida de su identidad austriaca y adaptándose a las expectativas patriarcales de la corte francesa. Un viaje marcado por momentos de tremenda vulnerabilidad y exposición, a veces de manera literal, como su desnudez al cruzar la frontera hacia Francia, y por la presión para cumplir con su papel dentro de un matrimonio no consumado.

La exploración de su feminidad, la aventura con el Conde Axel y su eventual aceptación y entrega a un matrimonio que se transforma en una amistad profunda y, más tarde, el nacimiento de sus hijos, destacan la capacidad de Sofia Coppola para capturar la experiencia femenina. La película ofrece una mirada introspectiva a la evolución personal de María Antonieta, alejándose de los estereotipos y enfocándose en su crecimiento como mujer y reina.

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