El sexo como oposición a la muerte. Es una idea muy generalizada, que vemos en muchas películas, pero es especialmente destacada en la filmografía de Paul Verhoeven. El sexo produce vida, el sexo nos hace sentir vivos, nos ayuda a escapar de la muerte. Verhoeven une ambas ideas en una imagen de contraste, con tintes muchas veces macabros. La energía salvaje que aplica a las escenas violentas es la misma que se aprecia en sus escenas sexuales -sean realmente violentas o no.

Delicias turcas

Si en mi anterior artículo, sobre la crítica social en el cine de Verhoven, utilizaba Katty Tippel como pieza clave; en este caso el ejemplo es claro: Delicias turcas representa de forma absoluta la obsesión de Verhoeven por el sexo y la muerte. Es la segunda película del director, aunque la primera con relevancia internacional. De hecho, la primera llegó a España después con el tramposo título de Delicias holandesas. Delicias turcas es la historia de una pareja con un componente sexual provocador, explícito y muy pasional. Muy en la línea de las películas europeas de los años 70 con carga sexual. Tuvo tanta repercusión social que incluso en otra película posterior de Verhoeven, Vivir a tope, se permite una autoreferencia: “Gime, como en Delicias turcas”.

La muerte, uno de los temas de la película, está presente desde las primeras escenas donde vemos los ataques de ira de su protagonista, en un estado de rabia provocado por una ruptura. Une directamente el desamor a la violencia, a la muerte y a la ruptura social. El director despliega varios tabús sociales, con escenas tan transgresoras como las de desprecio íntimo al cuerpo o la de mecer al bebé al ritmo del sexo. Por supuesto, con una cosificación absoluta de la mujer -que después veremos más desarrollada en Showgirls, entre otras. La película, desde el principio, como la mayor parte de su carrera, está rodada con una fisicidad abrumadora, no solo en las escenas de sexo o violencia, sino en cada movimiento de cámara o gesto de los actores.

Las flores y los gusanos, el sexo y la muerte

Las flores y los gusanos, el sexo y la muerte

La primera presencia explícita de la muerte en la película la tenemos con la enfermedad del padre de ella. Aquí tenemos una imagen fuerte, cuando de las flores que tiene ella en el pecho -podríamos pensar en una muerta- aparecen gusanos. El erotismo interrumpido por la sombra de la muerte. Después, ella se resiste a tener sexo mientras dura la agonía del padre; y la amenaza de muerte vuelve a irrumpir en la relación sexual. Verhoeven no pierde el humor, las últimas palabras del padre son un chiste: “¿Sabes el chiste de esos dos que fueron a París? No fueron”. El chiste refleja con amarga ironía la idea de no haber vivido la pasión al máximo.

Usa también la escatología constantemente. Relaciona la muerte con los excrementos, y al mismo muestra una desinhibida intimidad en la manera en la que él rebusca entre las heces de ella (pongo el vídeo a continuación). También usa la basura, en el plano final de la peluca, como un cierre en forma casi de epitafio, que podríamos entender como su versión de “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Aunque el resumen viene a ser más bien “Polvos echaste y en polvo te convertirás”.

El cine de Paul Verhoeven. 3: La simetría del guión de Robocop

02/12/2018 - Iñaki Ortiz Gascón

Seguimos con la serie de Paul Verhoeven. Ya he hablado de Robocop en cuanto a su nivel de violencia en Paul Verhoeven, el sexo y la muerte, y he tratado su importante carga política en Paul Verhoeven y la crítica social. Ahora es el momento de centrarme en una cuestión puramente formal: su simetría. No […] Leer más

Mezclando muerte y sexo

En El cuarto hombre, hay una escena pasional que se desarrolla en un cementerio. No puede ser más claro. También en Los señores del acero hay una macabra escena de amor bajo dos cadáveres colgando de un árbol. Más allá de ese humor negro, en esta película la violencia del medievo está retratada con crudeza. Es su primera película en inglés y se nota un cambio claro hacia más violencia y menos sexo, que más adelante, cuando ya tiene un nombre en la industria, se permite revertir con Instinto básico y, por supuesto, Showgirls. Esta violencia medieval no es solo física, también es estructural. Ya comenté que se refleja la pobreza extrema. Una de las escenas más crudas es la de una mujer dando a luz un bebé muerto. Verhoeven nos muestra una imagen de la mujer con el vestido manchado de sangre a la altura de la vagina. Todo dentro de una puesta en escena si cabe más cruda, entre barro y lluvia.

Pasión bajo dos cadáveres.

Pasión bajo dos cadáveres.

En Desafío Total también hay una escena de beso junto a un cadáver, ya casi un esqueleto, en las catacumbas marcianas. En cuanto a Instinto Básico, la relación sexo – muerte es el centro de la historia. El detective se obsesiona con Catherine Tramell sabiendo que puede ser una mantis religiosa, y que puede morir durante el sexo. Esto hace el el sexo aún más interesante, claro. Toda la película gira sobre este eje, empezando sin rodeos con una escena de muerte violenta durante el sexo. Con ese delicioso picahielos en toda la nariz, que marca el tono de giallo desmadrado que va a tener la película.

Muchos años después, en la reciente Elle, el personaje de Isabelle Huppert folla con su atacante, de una manera también muy violenta y en claro peligro de muerte. Las violaciones son algo también relativamente habitual en su cine. Acabaríamos antes citando los títulos en los que no hay una violación, o al menos, un amago. En la recta final de su carrera, las violaciones han tomado más importancia si cabe. En El hombre sin sombra -película de la que reniega- parte importante de la trama es el poder del protagonista (que se ha vuelto invisible) para hacer lo que quiera sin que nadie le vea. Esa impunidad, Verhoeven la lleva a su terreno, y claro, la usa para violar. Y por supuesto, Elle, que comienza con una violación y es el eje de la trama.

Tampoco faltan violaciones gays, como esta de "Vivir a tope". ¡Y en 1980!

Tampoco faltan violaciones gays, como esta de «Vivir a tope». ¡Y en 1980!

Las violaciones también pueden llevar asociada una venganza y esta a su vez desembocar en una escena sexo y violencia como esta de Showgirls (es un poco spoiler, aviso):

El sexo

Las escenas de sexo más desinhibidas las tenemos en la etapa holandesa, donde, entre otras cosas, es más fácil ver una polla. De hecho, su primera película en Hollywood (que no su primera película en inglés), Robocop, es la única de toda su filmografía en la que no tenemos ocasión de ver una teta, ni de pasada. Y las que vemos en su siguiente película, Desafío Total, las tres, son falsas claro. Después vendrá la etapa del cine erótico, que en una época en la que no era tan fácil acceder al porno como ahora, servía de sustitutivo. Hablo, por supuesto, de Instinto Básico y Showgirls. La primera más basada en el morbo, y la segunda, pura exhibición y despelote.

Aquí dejo un ejemplo de sexo con violencia, en Instinto Básico, alejado ya de las escenas sangrientas:

De Showgirls, destaco la escena de la piscina, porque tiene ese tufillo a porno light que busca la película, y por la fuerza de los movimientos de los personajes, él zarandeándola y ella desatada. En cualquier caso, toda la película es un despliegue de tetas al aire y la más hortera sensualidad.

La violencia

Ya en las películas holandesas hay bastantes momentos de violencia. Estrangulamientos, violaciones, peleas, disparos. Pero el ensañamiento crece mucho más con el cambio a las películas en inglés. Los señores del acero fue una película del medievo que llamó la atención por su crudeza. El caso de Robocop quizá sea el más significativo, con escenas de violencia explícita -relacionadas sobre todo con el martirio, ya que la película está inspirada en la pasión de cristo. Una violencia cruel que, como en el caso de Los señores del acero, se mezcla con la violencia estructural del sistema.

Su siguiente película, Desafío Total, es otro ejemplo de violencia burra, con brazos arrancados, sangre a borbotones, y sobre todo, la mala hostia de Schwarzenegger que se mueve como una bestia salvaje, y que encaja a la perfección en el cine de Verhoeven  -aunque en realidad fue el actor quien eligió al director, y no al revés. Un buen ejemplo de violencia macabra es la escena en la que el protagonista usa una víctima colateral como escudo.

Nos vemos en la fiesta, Richter.

Nos vemos en la fiesta, Richter.

Por último, de la transgresora Starship Troopers os dejo, directamente, esta compilación de muertes. Miembros cercenados, cuerpos atravesados por los bichos, accidentes en el entrenamiento. De todo. Puro exceso. Para que lo gocéis.


Monográfico Verhoeven