Iñaki Ortiz GascónAntes de entrar a hablar sobre Split (Múltiple), permitidme situarla dentro de la filmografía de M. Night Shyamalan, en un punto de inflexión que creo que será muy relevante en su carrera.
Después de que Shyamalan estrenara El sexto sentido -las dos comedias (!) anteriores las obviaremos- rápidamente vimos que había un nuevo nombre a tener en cuenta. Su ritmo absolutamente personal, su imaginación a la hora de elegir el plano perfecto, la tensión subconsciente y el dominio absoluto del suspense que durante varias películas le valió, para muchos, la imagen de heredero de Hitchcock, pero muy a su manera. Con El protegido la cosa mejoró aún más. Afirmo, sin dudarlo, que es la mejor película de superhéroes hasta la fecha, en parte porque no es, al uso, una película de superhéroes. En parte, porque es, de manera íntima, su tema central. Poco a poco fue radicalizando sus propuestas y dividiendo así a la crítica, aunque gozando más o menos del favor del público. En mi opinión, manteniendo siempre la excelencia. Hasta que resbaló.
El protegido, la mejor película de Shyamalan.
Resbaló con un intento de hacer una película comercial, un inicio de saga que era lo que daba dinero: Airbender. Tenía algunos rasgos de su personalidad y era razonablemente entretenida, pero no era una película de Shyamalan. El caso es que no gustó -o no gustó lo suficiente para lo mucho que había costado- y la saga se quedó en un solo capítulo. El bache se hizo más grande y fue de mal en peor, rodando After Earth, una película para mayor gloria del hijo de Will Smith que fue un golpe tremendo en la carrera de ambos, actor (el padre digo) y director. Parecía que lo habíamos perdido. Después de 6 títulos seguidos de un nivel entre muy bueno y obra maestra, Shyamalan había rodado dos películas mediocres. Pero volvió. Parece que hubiera calculado milimétricamente la operación. Primero, una película baratísima por su condición de found footage, La visita. Quizá no es el estilo que más favorece a un director con una capacidad visual como la suya, pero no estaba nada mal. Ahora Split, que aun siendo una película más pequeña que sus grandes éxitos, tiene ya un poso mayor. Y lo que va a venir después, que deberá ser el golpe definitivo.
Para hacernos una idea, El incidente, que ya era una película con un tono de serie B y era una de sus trabajos más baratos, le costó 48 millones de dólares. Split ha costado solo 9 millones. La visita costó tan solo 5 millones. Tanto La visita como especialmente Split han superado la recaudación de El incidente. No me interesa demasiado hablar de la taquilla en general pero creo que es relevante para ver cómo ha cambiado el tipo de cine que está rodando. Os voy a pedir algo: olvidémonos de Airbender y After Earth, como nos olvidamos de las películas anteriores a El sexto sentido. Despachémoslas como encargos, y así podremos observar mejor la evolución de su estilo.
Más oscuro, más pequeño
El punto de inflexión en su carrera, más allá de baches, lo encuentro en El incidente. En esta película Shyamalan busca homenajear la serie B y hace, por tanto, una película que se aleja de sus anteriores trabajos. Aunque es más pequeña, y muchos planos son voluntariamente B, sigue teniendo un estilo más elaborado que La visita y Split. Es decir, se encuentra a medio camino entre ambas etapas.
En La visita, por la propia particularidad del found footage, además de prescindir, al menos en apariencia, de los planos preparados, se da un cambio clave: se pasa al digital. Como digo, era obligado por la propia condición de la historia, que finge estar grabada. Pero después, en Split mantiene el digital. Con una cámara mucho más potente (cara), eso sí, pero digital al fin y al cabo. A día de hoy, la opción del digital ya no es marginal ni mucho menos, pero para un cineasta como Shyamalan, este cambio de textura y de forma de rodar supone un cambio de estilo importante. Otra cuestión que viene ya desde El incidente es pasar a historias más cruentas. Aunque sus anteriores películas eran de terror, en El incidente hay más violencia y muertes. La visita sigue en esa línea oscura, sangrienta y en ocasiones incluso escatológica. Split es siniestra, con reminiscencias de Psicosis o El silencio de los corderos.
Split
James McAvoy en uno de sus personajes
Como decía, Split es pequeña y oscura. Una historia centrada en muy pocos escenarios. En pocos actores, aunque no tan pocos personajes. Un reto muy goloso para James McAvoy, del que sale muy victorioso. Más allá del circo que supone interpretar a tantos personajes, la clave está en cómo con unos pequeños trazos es capaz de indicarnos lo que estamos viendo, sin apenas complementos. Por favor, vedla en versión original para admirar los matices del habla. Aunque sus gestos también son muy precisos. Por otra parte, tanto con uno u otro personaje, consigue resultar siempre terriblemente inquietante. De eso sabe mucho Shyamalan, de inquietar. Se toma su tiempo, siempre pausado, y va avanzando poco a poco hacia un anunciado desenlace terrorífico. Sin excesivas florituras -ya os digo que la película es más pequeña- elige los planos que mejor funcionan, acercándonos a los personajes y creando un ambiente malsano. Susurros, miradas, puntos de vista sesgados. En eso es esencial Anya Taylor-Joy, una actriz misteriosa con unos ojos que parecen creados expresamente para el cine de Shyamalan y que ya nos había mostrado su capacidad en La bruja. Habrá que seguirla de cerca.
La misteriosa Anya Taylor-joy, ideal para el cine de Shyamalan.
La oscuridad y la apuesta cruda vienen anunciadas ya desde los títulos de crédito, que tiemblan en la pantalla con una banda sonora ruidosa y contundente de West Dylan Thordson, que rompe así con el compositor de cabecera de Shyamalan, James Newton Howard, más delicado, más propio de la otra etapa. Es conveniente comentar que en la anterior película, La Visita, no había banda sonora. Veremos si decide recuperar a Howard en la siguiente. Tendría sentido.
Después de este pequeño exceso inicial de los créditos, Shyamalan juega con sus habituales planos de misterio, aunque con una textura más cotidiana, realista, debido al digital. Y poco a poco, según va transformándose el género, también vamos viendo una evolución en el estilo, hacia tonos más épicos.
Split como una gran campaña publicitaria.
Que una película tan económica como Split haya arrasado en taquilla nos puede despistar de su verdadero destino: preparar el terreno a su siguiente película, que es de esperar que sea más grande y ambiciosa. Si estáis leyendo esto es porque ya habéis visto Split y ya sabéis que finalmente resulta ser una especie de spin off de una inminente secuela de El protegido. Si antes os decía que Shyamalan intentó plegarse a la moda de las sagas con Airbender y no funcionó, creo que aquí se ha dado cuenta de que él no es un artesano de Hollywood, es un Autor, y como tal, debe hacer las cosas a su manera. Si Marvel está haciendo dinero con sus películas encadenadas y sus presentaciones de superhéroes, Shyamalan también puede hacerlo, pero con sus propias reglas. En definitiva, puede hacerlo mejor que ellos.
Split va tornándose fantástica con la forja de un supervillano
Consigue convertir su guiño en un giro final de los suyos. No es simplemente una escena añadida, como las de Marvel, es la redefinición de toda la película que hemos visto hasta ese momento. La historia que parte como un thriller psicológico va tornándose con suavidad en terror fantástico. Sin saberlo, asistimos a la forja de un supervillano. Hay todo tipo de avisos que nos remiten al tema final. Los trenes, en los que podemos imaginar que hay una relación directa con el accidente que da inicio a El protegido. La aversión del protagonista hacia quién no ha sufrido daño en su vida, que lo sitúa como un villano ideal para nuestro héroe. Todo estaba ahí desde el principio, ya incluso desde el diseño del cartel, que me hizo notar en discreto mensaje privado David RL. Ahora es obvio, ¿verdad?
Si a ti también se te erizaron los pelos al final, con esas primeras notas de la banda sonora de El Protegido, eres unas presa del cebo de Shyamalan: no faltarás a su próxima película. Split quizá sea el mejor teaser que hemos visto nunca.
