Cine de alto voltaje. Es lo que afirma con todo el sentido el eslogan de esta 56 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. Porque el cine que se ha podido ver en la ciudad asturiana entre el 16 y el 24 de noviembre es un cine actual, vivo, arriesgado y radical. Desde películas con aspiraciones de Oscar como La Favorita del griego Yorgos Lanthimos que lo inauguró (de la que ya hablamos con motivo de su estreno mundial en el Festival de Venecia), a las nuevas obras de autores consagrados como el coreano Hong Sang-soo, Jean-Luc Godard o Claire Denis (High Life es uno de los títulos que forma parte de la colaboración entre el Zinemaldi y el Festival de Gijón), películas premiadas en Sundance, Berlín, Cannes, Locarno o Karlovy Vary, lo nuevo de directores de culto como Joel Potrykus, Peter Strickland, Paul Vecchiali y Eugène Green, las retrospectivas de Tizza Covi y Rainer Frimmel o de Johann Lurf o el estreno mundial de las nuevas propuestas de las directoras vascas Maider Oleaga e Iratxe Fresneda.

Gijón 2018 (II). Bárbaros, familias chilenas y revolucionarios también el palmarés

26/11/2018 - Carlos Elorza

Segunda entrega desde el Festival Internacional de Cine de Gijón. Por Carlos Elorza. Entre otras habla de las películas de Iratxe Fresneda y Maider Oleaga. Leer más

Grass de Hong Sang-soo

Tras su estreno mundial en la sección Forum del pasado Festival de Berlín, se estrena en España dentro de la sección Fuera de Competición del festival, la primera película del director coreano de 2018. Con una duración de poco más de una hora y rodada en blanco y negro, Grass se estructura como una serie de conversaciones de café de las que es testigo / creadora / nexo de unión una joven escritora interpretada por Kim Min-hee.

Grass
7.3

Entre ruidos de tazas, vasos y platillos escuchamos como sus personajes hablan de los que ya no están, sobre el que quiso no estar, sobre planes de futuro que se confirman o que fracasan, proyectos auténticos o falsos, sobre el amor y las relaciones de pareja. Sobre la vida y sobre la muerte. A dos, tres o cuatro bandas y con el fondo sonoro de la música clásica diegética que actúa como contrapunto.

Una docena de personajes, unas cuantas conversaciones en principio independientes, pero que el director coreano logra conjuntar gracias a la sensibilidad con la que están concebidas, escritas, rodadas, interpretadas y mostradas en la pantalla. Esta vez los juegos de variantes o con los distintos tiempos pasan a segundo plano, pero sigue ofreciendo un interesante juego entre realidad y ficción, lo material y lo imaginado, lo que es verdad y lo que podría ocurrir que es en definitiva el material con el que trabaja un creador de historias.

Hotel By The River de Hong Sang-soo

La segunda película de Hong Sang-soo de 2018 se llevó el premio al mejor actor del Festival de Locarno para Joo-Bong Ki y se ha llevado el premio Principado de Asturias a la mejor película de la competición oficial del festival, tal y como ocurrió con Ahora sí, antes no hace tan solo tres años y cinco películas.

En el hotel que da título a la película se reúnen por un lado un reconocido poeta que siente la muerte cerca con sus dos hijos a los que hace tiempo que no ve y por otro, una joven, otra vez Kim Min-hee, que acaba de sufrir una ruptura sentimental con una amiga.

A pesar de que esta vez la duración de la película es más estándar, Hotel By The River dura 96 minutos, el director coreano sigue apostando por el minimalismo: otra vez rueda en blanco y negro, esta vez realzado por la nieve que cubre el entorno del hotel, solamente cinco personajes, unos pocos escenarios y deja nuevamente las variaciones y juegos temporales en segundo plano.

Hong Sang-soo se centra en los reproches y los desencuentros, físicos y también verbales, entre el padre y sus hijos, en las relaciones paterno-filiales y las relaciones de pareja. Al padre y a los hijos les cuesta encontrarse físicamente a pesar de estar prácticamente en el mismo espacio, pero una vez que se sientan en la misma mesa, tampoco la comunicación fluye como sería de desear. Cada uno de los hijos parece tener otros temas prioritarios frente a restablecer los lazos de confianza con su padre. Y Hong los contrapone con los encuentros fortuitos del poeta con las jóvenes que también se hospedan en el hotel que reconocen al célebre poeta y con las que parece tener menos problemas para mantener una conversación fluida y construir cierto grado de confianza.

Aunque Hotel By The River se toma demasiado tiempo en plantear sus conflictos y deja muchos huecos para que los rellene el espectador, sigue estando ahí la sensibilidad de Hong Sang-soo para plantear los conflictos entre sus personajes y en este caso, la fragilidad de su personaje protagonista.

Madeline’s Madeline de Josephine Decker

Apuntemos dos nombres de mujer: Josephine Decker, la directora, y Helena Howard, su protagonista. Tras su paso por los festivales de Sundance y de Berlín, llega a España esta película única, apabullante, alucinante y/o alucinada que pone claramente esos dos nombres en el radar de los cinéfilos.

La puesta en marcha de una obra de teatro experimental en una compañía de Nueva York se convierte de la mano de su directora en un juego absorbente entre realidad y ficción. En el que el caos, la locura, la rabia, la confusión y el intercambio de roles se orquestan de forma armónica y coherente y en el que se establece un apasionante paralelismo entre la relación madre/hija, directora/actriz y creadora/obra.

Rodada cámara en mano, primando el punto de vista subjetivo y los primeros y primerísimos planos y apoyándose en el montaje y en el sonido para intensificar la sensación de agobio y alienación ‘Madeline’s Madeline’ se encuentra en las antípodas del teatro filmado. Es cine inmersivo, intenso e inquietante.

Y ahí sobresale la joven Helena Howard, en su debut en el cine, en su papel de la joven cuyo frágil equilibrio personal se rompe cuando participa, se involucra y se implica en la creación de la obra de teatro. Una interpretación intensa, rabiosa y exigente pero también sutil, delicada y perfectamente ajustada.

Support the Girls de Andrew Bujalski

Con su nominación a la mejor actriz protagonista en los Independent Spirit Awards para Regina Hall se ha presentado en la sección oficial del festival la nueva película del director de Computer Chess.

En ella cuenta un día en la vida de Lisa, la encargada de un sport-bar de las afueras de una ciudad de Texas que además de sus pantallones de televisión con retransmisiones deportivas, utiliza la presencia de camareras ligeras de ropa para atraer a su clientela. A base de positivismo, entusiasmo y su habilidad para el trapicheo y a pesar de una vida personal más complicada, se convierte en una especie de madre superiora/protectora de una congregación de camareras obligadas a ser sexys por exigencias de su contrato.

A pesar de la gravedad de los temas planteados, el enfoque de Bujalski es ligero y ágil, evita caer en dramatismos o en cargar las tintas, pero su mensaje llega de forma directa y efectiva. Con su reivindicación de la dignidad de las mujeres y de la sororidad y la denuncia de la cosificación femenina y su supeditación a los hombres, Support the Girls se convierte en una especie de actualización de Bar Coyote a los tiempos post #MeToo.

Relaxer de Joel Potrykus

Y más cine minimalista. Al menos en cuanto a número de personajes y escenarios. En este caso, menos de media docena de personajes y un único escenario: el apartamento/cuchitril en el que vive su protagonista. Un protagonista, un soberbio Joshua Burge, que no se mueve de su sofá en los 91 minutos de película. Un único escenario y una única posición de su protagonista, pero es difícil contar más con menos.

Este protagonista es Abbie que por culpa de su tendencia a aceptar los retos absurdos que le plantea su hermano Cam (Abbie/Cam, ¿Abel/Caín?) acaba encajado en su sofá y enganchado a su consola de video-juegos en vísperas de la llegada del año 2000. Pura sublimación del couch potato en tiempo de ¿preapocalipsis? (dos)milenarista.

Con unos diálogos ingeniosamente absurdos, la película se convierte en una metáfora aguda y certera de la sociedad actual, en la que los pequeños problemas autoimpuestos y el exceso de ruido informativo ofuscan, distraen y nos llevan a apartar el foco de lo realmente importante. La degeneración personal (desde el primer reto de Abbie la película se convierte en una verdadera decadencia escatológica) y de su entorno (su apartamento y más allá) no le desvía de lograr su reto, por simple orgullo o por amor propio.

Presentada en la sección Rellumes.

The Miseducation of Cameron Post de Desirée Akhavan

Tras triunfar en Sundance donde se llevó el Gran Premio del Jurado, llega a la sección Esbilla del festival gijonés esta película sobre una joven lesbiana que es obligada a seguir una terapia de reorientación sexual en 1993 protagonizada por Chloë Grace Moretz, a la que nunca hemos visto mejor y secundada por Jennier Ehle, John Gallagher Jr. y Sasha Lane.

Tanto por su temática, como por ese sello Sundance que los últimos años se ha convertido demasiado a menudo en sinónimo de cine-fórmula, uno podría esperarse lo peor de esta adaptación de la novela de Emily Danforth. Y si bien su trama no contiene grandes momentos reveladores, ni resulta demasiado original, la adaptación de Desirée Akhavan, autora del guión además de directora de la película, se sale de los terrenos trillados gracias a su sensibilidad en el planteamiento de las situaciones y el respeto a los personajes. Todos podrían haber caído en el estereotipo y en la simplificación maniquea, pero Akhavan consigue evitarlo.

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