La larga noche fue el capítulo más tuiteado de la historia de la televisión, que es lo mismo que decir de la historia de Twitter, claro. Estamos en la recta final de Juego de tronos y el tercer capítulo de la última temporada, supone uno de los hitos argumentales más importantes y que todos llevábamos tiempo esperando. Pero el capítulo tiene otras particularidades que lo diferencian del resto. Dura hora y veinte, lo que le acerca a tiempos de película; y tiene una apuesta formal arriesgada que ha causado polémica por su oscuridad. Esto nos pueda dar una buena excusa para reflexionar sobre las diferencias entre el cine y la televisión, tanto en contenido como en el medio.

¿Cine o Televisión?

Hay una tendencia generalizada a decir que esta dicotomía está superada y ya no tiene sentido. El capítulo de esta semana ha dejado al descubierto algunas cuestiones interesantes. “No se veía bien”. Esa ha sido la queja más generalizada. Acompañada a veces de otra cuestión que parece la misma pero no lo es: “era demasiado oscuro”. Sobre por qué no se veía bien se ha hablado ya mucho en redes. Ha tenido bastante éxito este hilo didáctico del director de fotografía Pol Turrents:

Está claro que el problema de la compresión del negro lo terminarán solucionando las plataformas. Seguro que irán mejorando la calidad, pero eso no evitará que un capítulo tan oscuro siga viéndose mal a plena luz del día, o con la lámpara encendida o la luz de la cocina de fondo. No se verá adecuadamente en portátiles, tablets ni mucho menos en móviles. Tampoco será bueno verlo en una tele no muy grande. Y a menos que se tenga un buen televisor o proyector, y además estén bien configurados -para este capítulo en concreto, a poder ser- el capítulo no se verá todo lo bien que debe verse.

Dragones en la noche. Una estampa épica… que casi no se ve.

Y alguno me dirá que soy un sibarita, o que, al fin y al cabo, lo de verlo en malas condiciones depende del interés de cada uno. Yo tengo un proyector, cerré bien todas las persianas, claro. Pero el problema no está (solamente) en las limitaciones del usuario, el problema está en las limitaciones del artista. Ya lo explica también Pol Turrents en su hilo. Un director de fotografía -y en definitiva el director o el showrunner, o el productor o cualquiera al que le dejen decidir- tiene bien presente si está trabajando para televisión o para cine, y puede ser mucho más arriesgado (puede desarrollar más su arte) si el destino es una pantalla de cine. Por eso, la mayoría de series y películas para televisión tienen una iluminación muy normalizada, que sirva para todos. Porque no va a verse en las buenas condiciones de una sala de cine a oscuras y grande, y porque no va a haber un profesional probando la copia. Porque sí, como he dicho antes, no se trata solo de tener la tele bien calibrada, probablemente deberíamos tenerla bien específicamente para el material que vamos a ver.

Que sí, que todos hemos visto Ciudadano Kane en la tele (por primera vez, al menos), y eso es mejor que nada, pero ni es lo mismo ni esa película estaba diseñada para ese formato, y esta última es la mayor diferencia. Es un mal menor. Si nos quedamos sin cines, o si terminan siendo un medio minoritario, no solo vamos a perder esa experiencia incomparable -sobre todo si la sala es de calidad-, también vamos a perder la libertad de los artistas de crear obras con personalidad formal. Porque el cine no es solo una trama con diálogos y personajes que te enganchan para ver quién muere y quién reina; no todo son cliffhangers y cuidado con los spoilers; el cine es un lenguaje audiovisual que provoca emociones a través de la estética.

¿Se puede crear cine en televisión? Claro, este capítulo ha tenido más cine que muchos estrenos recientes. ¿Hay una separación entre cine y series? Si la hay, a veces es difusa, y desde luego, comparten muchos aspectos de lenguaje. ¿El cine es cine aunque se vea en la tele? Lo es, pero ni es el lugar más adecuado para verlo, ni conviene que se cree con esa finalidad. ¿Se veía demasiado oscuro? No. Es una decisión artística. Y creo que, en este caso, bastante acertada.

Estratégicamente absurdo; visualmente espectacular

Me encantaría poder ver La larga noche en una buena sala de cine. Me gustaría disfrutar ese plano secuencia inicial que nos lleva a la tensión de cada personaje; ver a los zombies aparecer en la niebla; disfrutar de las bellas estampas de épica fantástica; y, sí, disfrutar de aquello que no podemos ver bien. Y claro que lo he disfrutado con el proyector de mi casa, pero sabe a menos. Y lo peor: dada la cantidad de quejas, aparte de mejorar el streaming, ¿se atreverán a arriesgar la próxima vez?