¿Qué es la Sala Virtual del Zinemaldia?

El pasado miércoles el Zinemaldia anunció la creación de la Sala Virtual Zinemaldia Movistar+ en la que se programarán, hasta el 5 de octubre si no tienen estreno en sala antes, dieciseis películas del certamen. Será una sala virtual, con un aforo limitado de alrededor de 500 usuarios por película (aunque el número de espectadores puede ser mayor porque en el mismo domicilio puede haber más de un espectador). No hay ninguna película de Sección Oficial ni de New Directors, pero sí de Perlas, Zabaltegi, Horizontes Latinos y Made In Spain. En cuanto leímos la noticia, en El Contraplano saltó la alarma, las películas online es un tema al que dedicamos mucho tiempo, ¿cómo afectaba esto a los exhibidores? ¿Cómo les sentaría? También nos extraño porque el año pasado el propio Rebordinos decía “somos festivales que queremos poner las películas en salas de cine, no las queremos poner online. Festivales como Cannes, Venecia, Berlín o el nuestro tienen una apuesta clara por que se vean en las salas”. Expresamos nuestra preocupación en redes y, enseguida, comprobamos que no éramos los únicos preocupados del mismo modo que vimos que a otros tantos no les parecía grave. Eso sí, entre los preocupados, más bien enfadados, estaba Iñaki Elorza, responsable de la unidad de cine de SADE de San Sebastián, los cines donde se proyectan las películas del Zinemaldia.

Jose Luis Rebordinos, un director que nunca se esconde, enseguida se puso en contacto con nosotros para ofrecer su punto de vista y explicarnos el funcionamiento. También se puso en contacto con los exhibidores y mañana tendrán una reunión. Nosotros, por nuestra parte, le hemos preguntado a Iñaki Elorza su opinión. Nos ha contado que se sentía dolido porque el Zinemaldia, con quien tiene una excelente relación, no se había puesto en contacto con ellos antes de anunciarlo, aunque también reconoce que Rebordinos se ha disculpado con ellos. “Los cines estamos teniendo que tragar con todo, reducción de aforos, estrenos simultáneos, estrenos sólo en plataforma y ahora esto. Un pase en plataforma antes de su paso por salas. Está claro que cuando han tomado esta decisión, se han olvidado de los cines, ya que somos los grandes perjudicados, es decir, no todos ganan. No vemos que benficio podemos sacar con esto”. Con tono serio continúa “estamos aguantando a duras penas, sobreviviendo gracias a los ERTE, que algún día se acabarán, y cualquier gesto es importante”. Al comentarle que este tipo de proyecciones virtuales ya se hacen en otros festivales como Venecia responde “hasta donde yo sé, ponen películas de secciones muy alternativas, con poco recorrido en salas y sin distribuidoras, es decir, con pocas probabilidades de estreno comercial, cosa que en la Sala Virtual del festival no ocurre porque todas tienen distribuidora, por lo tanto, se estrenarán en salas comerciales. Es muy distinto a lo que han anunciado aquí y cada festival es diferente, Cannes es un festival sin público y solo para profesionales, ¿vamos a copiar ese modelo porque allí sea así? Además, que se haga en otros sitios no quiere decir que esté bien”.

Con José Luis Rebordinos la charla ha sido más larga. A continuación podéis leerla. Después de la misma encontraréis la opinión de El Contraplano.

La entrevista a Rebordinos

Vamos a empezar por el principio, ¿qué es la sala virtual?

Lo que nosotros hemos planteado es una sala virtual, una prolongación de una proyección del festival. Es decir, no es que la película esté en ninguna plataforma. Incluso, aunque esa sala virtual está en Movistar; puede ocurrir que la película, después de pasar por una sala de cine, vaya a otra plataforma que no sea Movistar.

¿Cómo funciona la plataforma?

Cualquiera que quiera ver esa película tiene que pagar 7’90€, sea socio de Movistar o no. Es una proyección virtual del Festival de San Sebastián que se suma a las proyecciones físicas. Solo para unas 500 personas y solo durante un periodo de tiempo. No veo que puede perjudicar eso. Solo para los Goya, los Oscar o los Platino hay más académicos que ven las películas por sistemas online que esos 500.

Si algo está claro es que el festival apuesta por la proyección en salas. Estamos dispuestos a ver qué podemos hacer para que esto pueda favorecer a los distribuidores, a buscar campañas de concienciación, estamos dispuestos hasta que les pueda repercutir económicamente. De hecho de esos de 7’90€ cuatro van a ir al distribuidor. 

Pero aquí los que tienen el problema son los exhibidores.

Vamos a ver qué se puede hacer por el exhibidor. Yo creo que el hecho de que el festival permita que 500 personas vean unas películas en todo el estado le perjudique al exhibidor. Incluso creo que eso le va a dar a esas películas cierta publicidad, les puede servir de promoción, igual que lo hace el Festival. Algunas de esas películas no se podrán estrenar en salas, otras sí. Hay cosas que son imparables. Estamos dispuestos a hablar de cómo podemos hacerlo con los exhibidores. Todo lo que sea por ayudarlos desde campañas a, insisto, repercusión económica como si la película estuviera en el cine. Vamos a hablar de todo eso con ellos. 

Si no habíamos hablado antes es porque no esperábamos esta reacción. Nuestra relación es buena, sobre todo con los cines locales, con SADE, con quienes tenemos una relación extraordinaria que no puede ser mejor. Esta reacción ha sido muy sorprendente para nosotros. Así que hemos quedado para hablar con ellos y vamos a ver qué podemos hacer y qué beneficios se pueden ofrecer ofrecer a los exhibidores. Estoy de acuerdo en que, en este momento, la pata más débil de este negocio y quien tiene realmente más problemas, es el exhibidor. Vienen de una situación muy dura. y ante cualquier cosa que les llega se sienten súper golpeados. Bueno, tal vez nosotros teníamos que haber hablado con ellos antes. Las cosas se arreglan hablando y creo que aquí hay todo un recorrido para hablar y llegar a acuerdos sin mayores problemas.

¿De verdad os ha sorprendido? En un momento en el que hay un debate abierto sobre las ventanas, habéis admitido un estreno online antes que un estreno en salas.

No es un estreno, es una proyección online. Una proyección dentro del festival, no un estreno aparte.

Sí, pero es una proyección online y es muy fácil entender eso como un apoyo a un cambio modelo

El modelo está cambiando y eso lo saben los exhibidores, el modelo va a cambiar e, incluso, el modelo ha cambiado ya desde el momento que hay gente que produce de otra manera y distribuye de otra manera. Lo que tenemos que conseguir es que las salas se conserven, porque los que nos gusta el cine queremos verlo en las salas; pero eso va a tener que coexistir con otras formas de ver el cine. Nosotros pensamos que lo que hemos planteado aquí no perjudica a nadie. Incluso pensamos que a medio plazo puede ser beneficioso para exhibición porque, insisto, son unos días concretos y podemos ayudar a la promoción de esas películas, podemos llegar a acuerdos para ello. Yo no veo que sea un gran problema.

Hay festivales enteros en plataformas y nadie dice nada. Nosotros ponemos una serie de películas, de unas secciones que no son ninguna de las dos oficiales, es decir son películas que ya han tenido un recorrido, aunque no sea en España obviamente, y parece que es gravísimo. Puedo entender que a alguien no le parezca bien, pero la reacción a mí me ha sorprendido, sinceramente.

Es que creo que la diferencia  es que no es lo mismo una película que no va a tener un recorrido en salas, que una película como En un muelle de Normandía que es atractiva para los cines.

¿Y tú crees que a esa película 500 espectadores le van a hacer daño?

Igual no el número de espectadores, pero si el gesto del Festival con una película así.

Pero si el gesto es ponerla en valor, entre otras cosas, ¿le va a hacer daño proyectarla en el Festival?.

No si la estáis proyectando en salas. El año pasado decías “somos festivales que queremos poner las películas en salas de cine, no las queremos poner online”. El gesto en ese momento era importante.

Lo que decía, y lo que digo, es que este no va a ser un festival online. Lo que no vamos a hacer es, en una situación como la del año pasado, decir que como no podemos hacer un festival presencial, lo hacemos online. Eso no lo vamos a hacer nunca. Si no se pueden proyectar las películas en sala, no habrá festival. Eso te lo aseguro. Esto es un añadido, es una proyección online de unas películas que se están proyectando en salas.

Perdona que insista ¿qué beneficio tiene eso para alguien que no sea Movistar y el Zinemaldia?

Para mí tiene, primero el beneficio de llegar, de hacer partícipe, a una serie de gente de fuera del festival y crear una comunidad que también me parece importante. Segundo, creo que a medio plazo podemos ayudar desde ahí, desde esa presencia, a esas películas con campañas de publicidad.

Ayer en la rueda de prensa dije que llevamos dos años pensando en cómo hacer campañas de publicidad dentro del festival para apoyar el cine en las salas. Incluso puede que se logre que Movistar participe en esas campañas. Ojo, también quiero destacar que Movistar es una plataforma que estrena sus películas en salas y respeta las ventanas.

Me parece que supone un paso más para llegar a más gente, dentro de que las películas se vean en las salas. Llegar a gente que no está en San Sebastián con una pequeña selección de películas que están en el festival y que no son ni de Sección Oficial ni de New Directors, porque esas ya son premieres mundiales o europeas. El ruido que podamos hacer a medio plazo anunciando esas pelis, moviéndolas y el boca a boca puede ser beneficioso. 

Vamos a proyectar en sala, cuatro pases, y un quinto online. Es mucho menos de lo que se está haciendo en otros festivales. 

Pero sois el Festival más grande y más relevante de España y estas películas también son más relevantes. No es lo mismo lo que hagáis vosotros que lo que pueda hacer la Semana de Cine Fantástico y de Terror.

Eso está claro.

Por eso sorprende que no hayáis pensado en la repercusión y que no hayáis consultado antes con los exhibidores.

Hablamos con los distribuidores y alguno le veía problemas. Por eso acordamos acotar en el tiempo, en espectadores, una serie de pautas que nos parecía que hacían que no se desmadraba y no íbamos hacia otro modelo. Probablemente nos equivocamos al no hablar con los exhibidores. Visto la reacción, deberíamos haber hablado, sobre todo con SADE, que de alguna forma somos amigos y compartimos muchas cosas. Nos hemos equivocado en no hablarlo antes. Pero, insisto, no deja de sorprenderme la beligerancia. También entiendo la situación por las que están pasando las salas. Entre el treinta y cinco por ciento de aforo y todos los problemas que están teniendo prácticamente han perdido agosto y habrá que ver que pasa en octubre, noviembre y diciembre, que es clave para que esto reflote. Lo están pasando mal y lo entiendo. Entiendo que la situación es muy especial y que si esto hubiera llegado en un momento más tranquilo hubiera sido de otra manera. Vamos a intentar hablarlo y vamos a intentar darle la vuelta. Desde luego, nosotros vamos a apoyar siempre al cine en salas. Eso te lo puedo asegurar. Estamos dispuestos a hablar con los exhibidores y ofrecerles lo que San Sebastián puede hacer por el cine en salas.

Siendo, como dices, la parte más débil igual deberíais haber empezado hablando por ahí.

Ya he dicho, y también se lo he dicho a Iñaki Elorza, que nos hemos equivocado al no hablar con ellos. No vimos todo esto, no entendimos el momento, no entendimos que se podían sentir ofendidos o fuera del tema. Le he pedido disculpas a SADE y lo haré mañana con los exhibidores. Vamos a hablar, porque yo creo que con esto pueden obtener ventajas y que los inconvenientes son mínimos.

«Los cines estamos haciendo un sacrificio brutal por mantenernos abiertos»

16/02/2021 - Ricardo Fernández

Entrevista a Iñaki Elorza, director de la Unidad de Cine de SADE Merma de ingresos: «En cines de centros comerciales pueden sacar mucho más del consumo de palomitas que con las entradas». El futuro de la cartelera: «Sospechamos que a partir del segundo semestre puede haber semanas de diez, doce estrenos y entre ellos seis o […] Leer más

OPINIÓN DE EL CONTRAPLANO

Los gestos importan. La imagen importa. Por eso una plataforma como Movistar o un Festival como el de San Sebastián aceptan una sala virtual de solo 500 entradas (no espectadores, que serán más). No es, desde luego, para lucrarse con lo que recauden; pero sí para proyectar una imagen, para darse a conocer. 

Como las imágenes y los gestos importan, un Festival como el Zinemaldia tiene que andar con pies de plomo cuando toma una decisión en un tema tan sensible como la proyección en salas y los visionados online. Como dice Iñaki Elorza (Cines SADE), normalizar que una película se pueda ver antes en el salón de tu casa que una sala de cine sienta un precedente. Que el Festival de cine más importante de España, uno de los más importantes del mundo, normalice un visionado doméstico para una película que no se ha podido ver aún en cartelera, es un asunto delicado. Creemos que la apuesta por la proyección en salas del Zinemaldia debe ser firme y sin fisuras. Que hay que llevar a rajatabla lo que nos decía Rebordinos el año pasado “somos festivales que queremos poner las películas en salas de cine, no las queremos poner online”.

Por supuesto que hay Festivales que han usado esta fórmula. Por supuesto que hay Festivales que son solo online -somos muy fans del Atlántida de Filmin-. Por supuesto que el modelo está cambiando. Pero ni todos los Festivales son iguales, ni todas las películas son iguales. Venecia tiene una sala de proyecciones virtual, os invitamos a que miréis qué películas ofrecen. Hasta este año eran películas de Orizzonti, una sección con películas bastante alejadas del mainstream. Este año ni siquiera eso, son películas todavía menores. 

Somos defensores de que hay que cambiar las ventanas, de que no tiene sentido que algunas películas tengan que esperar para ser estrenadas en plataformas; pero no todas. Películas como En un muelle de Normandía o Petite Maman, tienen recorrido en taquilla, son atractivas para cines como el Príncipe o el Trueba. No son películas solo para los cinéfilos más sesudos o los habituales al cine más arriesgado. Incluso Petite Maman se podrá ver en salas apenas una semana después del Zinemaldia, ¿de verdad queremos dar el mensaje de que no se puede esperar a verla en una sala y merece la pena verla en casa? ¿Ese es el modelo que queremos fomentar?

Nuestras reticencias serían menores si todas las películas ofrecidas tuvieran dificultades para ser estrenadas. Una película como My Mexican Bretzel, por ejemplo, el año pasado salió muy reforzada del D’A y luego fue estrenada en cines; pero no se puede comparar con películas que ya tienen interés para las salas y distribución cerrada y acordada en España.

No son las cantidades, son los gestos y su valor. 

Creemos que Rebordinos y su equipo esta vez se han equivocado. No han afinado con una idea que quizá en otro momento (sin las urgencias y los estragos para los cines que está dejando la pandemia) y con otras películas nos hubiera parecido interesante. Repite varias veces que van a ver cómo se puede hacer para que los exhibidores se sientan favorecidos. Seguramente ese trabajo se debería haber hecho antes. Hay que mirar a medio plazo; pero en este momento crítico, con los cines tambaleándose por culpa de la pandemia, urge mirar también a corto plazo y pensar cada movimiento. Como nos dijo el propio Rebordinos hace un año «hay que ir al cine hoy para poder ir mañana«. Es un momento especialmente delicado.

Como siempre, es de admirar la voluntad de dar la cara y explicar las cosas en primera persona de Rebordinos quien hoy mismo, en pleno trajín de comenzar el Festival, ha aceptado recibirnos para charlar del asunto. No queremos pasar la ocasión de darle las gracias una vez más. También valoramos que reconozca el error de no haber hablado primero con los exhibidores y se disculpe por ello. Seguro que hablarán mucho a partir de ahora y, quién sabe, quizá la Sala Virtual acabe siendo una idea maravillosa. El tiempo lo dirá.