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Sick of Myself, la anterior película del director y guionista noruego Kristoffer Borgli, tenía cosas buenas y cosas malas. En el apartado de lo bueno, era un interesante retrato social, tanto de un tipo de persona como de los tiempos que corren. La parte más negativa es que la premisa se quedaba un poco corta y no sabía hacerla crecer ni rematarla. Se quedaba en una película correcta con una buena idea. Esta vez, en Dream Scenario, lo malo no es tan malo y lo bueno es mejor, lo que es un avance claramente positivo. Aún así, seguimos encontrando los puntos fuertes y los débiles en los mismos lugares.

Borgli utiliza una premisa surrealista para hablar sobre la exposición pública: el protagonista comienza a aparecer en los sueños de muchísima gente, desconocidos incluidos. Pronto captamos una alegoría sobre la presencia digital y sobre gente corriente que puede volverse famosa de un día para otro de la manera más inesperada. Para bien y para mal. ¿Cómo podemos aprovechar un momento de gloria? Cuando el protagonista habla con la agencia de publicidad -una de las escenas más interesantes y más nucleares de la película- intenta derivar el torrente de fama absurda que tiene hacia sus proyectos personales. Como quien tiene mucho éxito con un tuit y añade a continuación su dirección de Instagram para aprovechar el tirón. No funciona. Las redes son caprichosas y la viralidad no es canalizable. Hay influencers con miles de seguidores que intentan vender un producto y se estrellan. Algo se ha estropeado en el sistema capitalista y ahora la fama es más difícil de capitalizar. Antes si llegabas a millones de personas seguramente conllevaba algún retorno económico o de otro tipo. Ahora no necesariamente. Toca repensar la definición de éxito.

Una de las claves de la vulgaridad de este éxito inesperado es que aparece en los sueños y no hace nada. Es -y esto se dice explícitamente- como un meme. Ciertamente es una imagen graciosa por incoherentemente trivial. Pero lo que verdaderamente redondea el meme es que el protagonista esté interpretado por el mayor meme que podemos encontrar en Hollywood: Nicolas Cage. Un actor que podemos encontrar en miles de gifs, camisetas, cojines… Alguien que ha intentado hacer precisamente lo que hace su personaje, canalizar su éxito digital para sus proyectos personales. Como todos sabemos, Cage se había embarrado en una cantidad de morralla de serie z infumable, con tal de pagar sus deudas después de caprichos como comprar un dinosaurio que luego le fue requisado por el gobierno de Mongolia. Esta nueva fama extracinematográfica le ha dado la oportunidad de tener éxito con comedias excéntricas, como la renciente Renfield. O la celebración de su propia fama en El insoportable peso de un talento descomunal, en la que se interpreta a sí mismo. También le ha dado la oportunidad de levantar proyectos más personales como la excelente Pig, que seguramente en otro momento de su carrera habría sido mucho más complicado. Así que sí, hay una autoreferencia importante en la película. Metameme.

Es inevitable que estas premisas disparatadas y estas meta-referencias nos traigan a la memoria a Charlie Kaufman. La influencia del guionista se hace notar. La locura de Cómo ser John Malkovich o la fábula de crisis de mediana edad de Anomalisa. Y claro está, Adaptation, que ya protagonizaba y por partida doble Nicolas Cage. De hecho, algún momento de incómodo malentendido con las mujeres de un tímido perdedor recuerda poderosamente al patetismo de su personaje en aquella película. Incluso llega a haber un momento que por confusión se dice que está escribiendo sobre plantas. También hay algo de Woody Allen. Desde las premisas surrealistas con presión social, como la de Edipo reprimido donde también hay exposición pública vergonzosa a partir del fantástico, o la de alguna de las fábulas de Desmontando a Harry con el habitual sello neurótico. Por no hablar del chiste que ha tomado prestado de Un final made in Hollywood cuando comenta que a los franceses sí les ha gustado. Algo de este humor de Edipo reprimido estaba en Beau tiene miedo de Ari Aster, que es precisamente el productor de esta película.

La exposición pública se representa en todas sus variedades. El encumbramiento del tipo más vulgar que simplemente está ahí. Un NPC, que se dice ahora. Y un loser, que dicen los americanos. Quiere ser alguien, porque hay que serlo, porque es la manera de estar en las cenas a las que no le invitan. Porque cada día más el reconocimiento es una medida del éxito personal. Quiere que le publiquen un libro que ni siquiera ha empezado a escribir porque no es tanto la materia lo que le interesa sino el prestigio. Vivimos en una sociedad abrumada por los realitys que buscan el triunfo. Vivimos en las redes sociales, contando seguidores y likes. Cuando el personaje consigue el éxito deduce que su nueva fama, para la que no ha hecho ningún mérito le permitirá publicar el libro que no ha escrito.

Después, la posición en contra de la opinión pública que nos lleva a una reflexión sobre la cultura de la cancelación. Ni el personaje ha hecho nada para ser famoso, aunque lo disfruta, ni ha hecho nada para ser cancelado, aunque lo sufre. Nos plantea cómo las personas implicadas (su jefe, la directora del colegio, su mujer) toman decisiones racionales no según lo que es verdad o mentira sino según lo que pide la mayoría (de sus alumnos, de la asociación de padres del colegio…). Se trata de una sustitución de la justicia por la democracia de la opinión mayoritaria. A efectos prácticos, no importa si eres inocente si todo el mundo piensa que eres culpable, de la misma manera que no es relevante si eres culpable mientras la gente no piense que lo eres. La cosa va más allá, no es ni siquiera que piensen que es culpable, simplemente han decidido que no quieren que forme parte de la sociedad. La cultura de la cancelación, esté más o menos justificada, es un exilio social y por supuesto profesional. Un tema interesante para un autor que le ha robado un chiste a Woody Allen.

La crisis de la mediana edad

Otro de los temas importantes de la película es la crisis de la mediana edad. Esto también se menciona explícitamente. La verdad es que parece que el director no tiene demasiada fe en el espectador porque casi todos los temas de la película son nombrados. Un hombre que a cierta edad siente que no está triunfando en su trabajo como querría. Aunque tiene una vida cómoda no tiene el reconocimiento. Su relación de pareja tampoco va demasiado bien, necesita una renovación. Le repatea que en los sueños de la gente no haga absolutamente nada. Es, definitivamente, un NPC de cara a todos.

Flirtea con alguna jovencita, pierde los papeles, termina durmiendo en un sótano. Pierde a su mujer, que posiblemente está jugueteando con su compañero. Tiene los elementos habituales de una película de crisis de mediana edad. Además, este es el tema que mejor remata y que le sirve para darle cierta solidez a la película. La trama fantástica está terminada de manera un poco tramposa, sacando la pulsera de la nada. Los temas relativos a la exposición pública también se dejan un poco sin cerrar. Pero al menos su crisis personal sí tiene un cierre que permite darle una final a la película.

Cage borda el personaje de este don nadie aburrido y sin gracia. Para lo que podría ser, dado el tema, su interpretación es bastante contenida. Deja que las situaciones sean divertidas por si mismas, apuntando la comedia en su gesto de persona absolutamente gris. Sabe que es el meme que sugiere la película y no necesita subrayarlo demasiado. Se nota que este es uno de los proyectos en los que cree y no uno simplemente alimenticio.

Una película original, con algunos momentos muy divertidos, como la cita con la chica que sueña con él, en la que se echa de menos algo más de desarrollo de la premisa y que se volviera un poco más loca la película hacia el final. Este es un director que parte de premisas atrevidas pero no se permite explotar, aunque esta vez ha ido un poco más lejos que en su anterior trabajo. Su estilo es elegante, con una agradable textura de 16mm pero sin resultar anticuado. Una composición cuidada que no pretende llamar demasiado la atención y que se centra en estar al servicio de la historia. Si en su próxima película se atreve a ir a por todas, y si consigue que se le noten menos las influencias, puede llegar lejos.

Dream Scenario

Media Flipesci:
6.9
Título original:
Director:
Kristoffer Borgli
Actores:
Lily Bird, Nicolas Cage, Julianne Nicholson, Jessica Clement, Star Slade, David Klein, Kaleb Horn
Fecha de estreno:
01/03/2024