- El cambio de imagen: nuestro logo no se veía.
- Netflix: al festival no le toca erigirse en árbitro del mercado.
- La selección: Es interesante que seamos personas tan distintas y que tengamos que defender las películas
Nos acercamos al Zinemaldia y esta vez no queremos hablar con su director, José Luis Rebordinos. No, hoy vamos a adentrarnos un poco más y hablar con su equipo. En concreto, dos fichajes de los últimos años que pertenecen al comité de dirección. Dos mujeres jóvenes con las ideas claras y mucho por hacer en el Festival. Maialen Beloki es subdirectora (junto a Lucía Olaciregui) desde 2016. Está muy involucrada en los temas de docencia como el Encuentro de estudiantes o la con la nueva Escuela de cine. Ruth Pérez de Anucita es la responsable de comunicación.
¿Cómo llegamos a la gente joven?
Maialen Beloki: El festival es un elemento un poco tractor. La gente quiere ir al festival porque es un evento, hay ambiente, porque están los directores, porque están los equipos de la película, porque ha hecho plan, porque ha quedado… Creo que puede ser útil utilizar ese elemento tractor para enganchar a la gente joven, que se puedan aficionar. Por otra parte, siempre hacemos el esfuerzo desde la programación para programar películas que consideramos que son más para un público joven. Está el jurado de la juventud que sigue funcionando muy bien. Son pequeñas apuestas que hace el festival para atraer a la juventud. Es verdad que la situación el resto del año es otra, pero todos empezamos de alguna manera.
Ruth comenta nuestra entrevista a Coro Odriozola de SADE, en la que se refería a que los jóvenes que ven series con subtítulos luego pueden estar más dispuestos a ver versión original en el cine.
Ruth Pérez de Anucita: Me parece un fenómeno, no sé de qué magnitud, pero que puede ser un camino. Para la gente mayor la versión original ha sido un elemento de rechazo, y la versión doblada es un elemento de distancia con el cine en el que te pierdes muchas cosas, y quizá hay una generación nueva que accede a la versión original sin problemas. Igual hay un cambio que no estamos viendo.
¿Hay secciones más orientadas a la juventud?
MB: Puede haber apuestas más específicas, por ejemplo Savage Cinema quizá tiene un nicho más joven, pero me refería en general. Siempre hay dos o tres películas en cada sección que creemos -esto también es difícil de saber- que puede ser de más interés para un público joven. Es una de las cosas que al festival le preocupa.
RP: Tampoco podemos posicionar las películas demasiado abiertamente hacia la juventud porque a la productora podría no parecerle bien. Pero, por ejemplo, sí que hemos detectado que en Instagram que igual puede ser la red más integeneracional, hay mucho consumo de videos cortísimos de 30 segundos, donde pueden escuchar a Jonás Trueba o al director finlandés. Puede ser la entrada a otra cosa, no es solo la sinopsis de la película sino escuchar un minidiscurso.
¿Se nota la diferencia de edad entre los seleccionadores?
MB: En el comité de selección no se corresponde la edad con lo que quizá uno podría asociar. De repente tienes a una persona de edad adulta y con unos gustos muy innovadores, rompedores; y lo contrario también puede suceder.
Te has centrado mucho en la parte de la docencia (Escuela de Cine, Encuentro de estudiantes…), háblanos de ello.
MB: Nos gustaría posicionarnos estratégicamente de ser una plataforma de ir creando cantera, descubrir nuevos talentos, etc. El Encuentro de estudiantes era nuestra punta de lanza. También un proyecto que ya venía de hace tiempo pero con Tabakalera se pudo poner en marcha, que es Ikusmira Berriak. Es un proyecto de residencias audiovisuales. Proyectos que tienen un poco más de dificultad para la producción y cómo se puede ayudar desde un centro de arte contemporáneo y el festival para que puedan hacerse. El festival hace tiempo que dejó de ser el evento de los 10 días y pasó a ser algo que sucedía a lo largo de todo el año, y ahora con la escuela no sé ya lo que va a ser.
¿Sigue habiendo estudiantes con ganas de que su película se vea en una pantalla de cine?
MB: Todavía la mayoría de la gente piensa que su película se va a ver en una pantalla de cine, otra cosa es que luego suceda o no suceda porque se ruedan muchísimas películas que no se estrenan. La ilusión de un estudiante, en lo que yo he podido tener contacto, en la universidad de Mondragón o en el Encuentro de estudiantes, suelen ser dos cosas: que haga un recorrido de festivales y que después se estrene en salas de cine.
Netflix
¿Estáis dispuestos a programar películas de Netflix?
MB: El año pasado ya pusimos una película de Netflix. Estoy de acuerdo con José Luis: no nos toca a nosotros regular ese mercado. Nosotros estamos contentos de que las películas se hagan y que las películas que nos gusten y a las que podamos acceder, tenerlas en el festival y ayudarlas con la promoción. Más allá de eso, al festival no le toca erigirse en árbitro del mercado.
¿Os ha venido bien que Cannes haya rechazado las películas de Netflix?
MB: Todavía no lo sé. Seguramente si hablamos en un par de meses sabría si nos ha venido bien o no.
¿Habéis recibido presiones con ese tema?
MB: No sé hasta qué punto habrá podido José Luis recibir mensajes en privado. El festival como institución, por ahora, hasta donde yo sé no está recibiendo ese tipo de presión.
RP: La mayor polémica con Netflix fue el cartel del año pasado de Fe de etarras -bromea.
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La selección de películas
Suele haber consenso en la selección?
MB: Hay películas en las que todos estamos de acuerdo y es una especie de comunión maravillosa, pero hay opiniones muy diversas, como es normal. Y me parece que es lo interesante de que Donosti trabaje así, con un comité de selección, porque hay otros festivales que o si tiene un comité se desconoce quienes son o no se sabe quienes son, o igual hay un batallón de preseleccionadores, o vamos, que no sabemos muy bien cómo se organizan. Es interesante que seamos personas tan distintas y que tengamos que defender las películas y argumentar. Y a veces estamos de acuerdo también. Pasa de todo. Normalmente lo resolvemos en conversaciones amistosas, no tenemos que recurrir a votaciones.
¿Se puede perder la personalidad del festival entre tantas opiniones?
MB: La sección oficial tiene un punto más de composición puzle que hace más complejo tener una línea editorial porque tiene que ver con muchísimas cuestiones. Respecto a nuevos directores, Zabaltegi y Perlas, más allá de los gustos personales de cada uno creo que entendemos las secciones de una manera bastante similar, porque lo hemos hablado y lo hemos compartido.
¿Y el aumento de óperas primas en el festival?
MB: Eso es una apuesta bastante explícita de la dirección del festival. De la misma manera que decíamos que queríamos hacer cantera con la escuela de cine o Ikusmira Berriak, nos parecía interesante que en la sección oficial convivan películas que son primeras o segundas de sus directores. Podríamos ponerlas en Nuevos Directores pero nos parece interesante combinarlas y ver cómo sale la programación con otras obras. No es por encima de todo, si un año no hay, no hay.
¿De qué película seleccionada te sientes más orgullosa?
MB: La ilusión real es cuando es un descubrimiento. Braguino que ganó Zabaltegi, se estrenó mundialmente en San Sebastián, es un director que sí, ha pasado por otros festivales pero no lo conoce nadie y de repente, ese punto de joe, qué bien que haya ganado. O la ópera prima de este año, Le Semeur. La verdadera satisfacción en mí viene de cuando sientes que estás descubriendo una película, a la ciudad y a la prensa.
El trabajo de comunicación de Ruth Pérez de Anucita
¿Qué meta te pusiste al entrar?
RP: Lo primero que hice al entrar fue leerme gran parte de la cobertura mediática del año anterior. Al leerlas me di cuenta de que el 90% de los periodistas se centraban en la Sección oficial y Perlas, que no era un gran descubrimiento pero era así. Hice un análisis y pensé: el festival en parte se comunica solo, todas sus convocatorias tienen fuerza; luego hay un director que no necesita un gran asesoramiento comunicativo, tiene habilidades comunicativas y se defiende bastante bien él solo; así que me pareció que mi trabajo tenía que ser contar lo que no se contaba tanto del festival. El trabajo en el que nos hemos centrado en el departamento ha sido ese.
¿Y qué habéis hecho?
RP: Son cosas un poco invisibles a los ojos. Todo lo que hemos comentado antes de Ikusmira y de Estudiantes. Ha habido una serie de notas de prensa, ruedas de prensa, desayunos con la prensa… Industria, que es una parte fundamental sin la que el festival no existiría, y que la prensa no cuenta, hemos hecho un trabajo de vídeos para contar lo que pasa ahí. Se ha incluido Zabaltegi-Tabakalera en las convocatorias a fotógrafos. ¿Por qué no va a tener su photocall gente tan potente como (Raymond) Depardon o (Frederick) Wiseman? De repente lo haces visible y cambias un poco la imagen del festival en la cabeza de los medios. Lo que más me preocupa es que se cuente todo el festival entre los periodistas y luego que la ciudad lo sienta suyo. Si podemos conseguir que todos los bares de la ciudad pongan la gala de clausura como ponen los partidos de la real, pues ¿por qué no? Hay mil ideas por explotar y un trabajo por hacer y no hay que acomodarse.
¿Os esperabais que el festival fuera como es?
MB: El festival me ha sorprendido. Yo no me esperaba que fuera algo tan grande, he alucinado.
RP: Yo había sido jurado joven, había cubierto el festival como periodista, había trabajado en el diario del festival, y nada de eso me sirvió para tener una aproximación de lo que es el trabajo interno. Que también es un misterio para mucha gente.
El festival cambia de imagen
Habladnos del cambio de imagen previsto.
RP: Cíclicamente todos los festivales, citas culturales, empresas necesitan como un cambio de imagen. Pero sí que había una necesidad detectada. Vieron en Londres un cartel gigante de Lady Macbeth y llevaba nuestro logo pero no se veía porque el resto de logos de festivales o la propia tipografía del cartel tenía una contundencia que nuestra concha de finas líneas no tiene.
MB: El cuadradito este que es verdad que es bonito pero se pierde hasta en carteles muy grandes.
RP: Por otra parte este año se ha descartado el concurso de carteles porque pensamos que debía tener una coherencia en torno a todo y que fuese fomentando una identidad gráfica del festival. Que no fuera tan aleatorio como un concurso de carteles en el que cada sección es muy distinta. En un año de cambio de imagen era muy importante que formase parte de un todo.
MB: También una reflexión de hacia dónde se están dirigiendo otros festivales en este momento. Te pones una camiseta de leopardo y ya te dicen que vas de Locarno, ya es el colmo. La línea de carteles de Cannes. Cosas que son muy identificativas y te remiten a un festival. Con el concurso de carteles era imposible. Sí que nos parece interesante que Donosti pudiera tener algo que lo identificara, más allá de la concha.
¿El concurso de carteles desaparece solo este año o para siempre?
MB: En principio creo que no volveremos a sacar el año que viene un concurso de carteles, pero no está tomada la decisión. Bastante trabajo tenemos con encontrar la línea de este año. Ahora estamos volcadas en eso y no sé si hemos hecho la reflexión para el año que viene. Aunque raro sería que después de hacer esta reflexión para encontrar algo más identitario volviéramos a lo otro.
RP: El concurso de carteles tenía una parte que nos gustaba mucho que era la participación y el debate en redes. Nos cuesta perder eso, pero al mismo tiempo vemos que de esa manera la identidad gráfica es complicado. Veremos cómo funciona. Yo creo que hay que tomar decisiones y apostar.
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Ya que sois dos mujeres que estáis en puestos de responsabilidad en uno de los festivales más importantes de Europa, ¿cómo veis la situación del a imagen en el sector?
MB: En este momento es un tema extremadamente complejo. Hago un análisis de lo que he vivido yo, que posiblemente sea excepcional, en el sentido de haber vivido una igualdad de oportunidades y no sentirme nunca cuestionada por un tema de género. Porque es así. En ningún aspecto de mi vida, ni en la familia ni en los estudios ni en el mundo profesional me ha tocado confrontarme con esas cuestiones. Y sin embargo, ver más o menos cerca, no muy cerca realmente, pero ver y oír casos de desigualdad o cosas peores como abusos de poder, etc. Yo estoy muy sensibilizada con ese tema y cualquier cosa que podamos hacer desde nuestra institución para fomentar la igualdad creo que la debemos hacer, pero tampoco os puedo decir que yo haya vivido en mis carnes ningún caso de desigualdad o abuso, así que siempre tengo como mucha precaución a la hora de hablar de este tema.
RP: En la huelga del 8M, hablando de si la haces o no la haces, alguien me decía “es que yo no me siento discriminada en ningún sentido”. Pero es que no la haces solo por tu situación. La haces por mí y por todas mis compañeras. Hay un problema social clarísimo. También estamos en el mejor momento de la Historia para arreglarlo y probablemente en la mejor parte del mundo, pero no me gustaría que parecieran cosas menores solo porque en algunos grandes dramas en nuestro entorno estamos pasando página. Para mí es el gran tema del XXI y estamos muy al principio. El festival el año pasado trajo a Anna Serner simplemente para escuchar, que yo creo que es algo que los festivales de cine y las instituciones públicas tienen que hacer.