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The Sister Brothers, la anterior película de Jacques Audiard, era un western muy entretenido y bien desarrollado, como todo su cine. Pero detrás de este formato de género había una lectura sociopolítica de una época concreta, a finales del XIX, de semillas socialistas, de capitalismo voraz y de innovación tecnológica con efectos notables sobre la organización social y la naturaleza. Todo eso detrás de un western de sombrero y pistola. Ahora Audiard elige otro género reconocible, historias de relaciones a medio camino entre Woody Allen y la post-nouvelle vague, entretenida y sexy, pero que retrata de forma clara la modernidad líquida que acuñó Zygmunt Bauman.

The Sisters Brothers: El estado del malestar

20/09/2018 - Iñaki Ortiz Gascón

7 Dormir bajo las estrellas. Sentir el viento a galope y ser libre. Elegir tu propio destino. Ser dueño de tus botas, tu caballo, tu sombrero y poco más. Ah sí, y tu revolver. Dueño de tu propia ley. ¿Romántico? No, es una mierda. Dormir a la intemperie, entre arañas y osos, y el mayor […] Leer más

El género, la forma

Tres personajes. Más o menos, tres historias. Adaptación libre de lagunas de las historias cortas de los comics de Adrian Tomine que están recogidos en las antologías Intrusos y Rubia de verano. Tomine es un prestigioso autor de comic de estilo independiente y, para que os hagáis una idea, es el autor de conocidas ilustraciones del New Yorker. Un material ideal para dibujar un retrato social actual y preciso. Audiard parte de esto y sigue algunas líneas argumentales de manera más o menos fiel mientras que en otras elige su propio camino. Incluye, eso sí, el sexo de una manera mucha más explícita que en el original, donde se evitaba un poco.

‘Killing and Dying’ uno de los relatos adaptados.

Trasladándolo a París

Para adaptar este material Audiard y trasladar su ambientación a Francia se rodea en el guión de dos mujeres más jóvenes, y probablemente más en contacto los personajes. Léa Mysius, una guionista y directora (Ava) aún con poca experiencia pero que ya ha escrito para Desplechin o Téchiné. El personaje de Noémie Merlant ha nacido en Burdeos como ella, además de ser de la misma generación. La otra guionista es la ascendente directora Céline Sciamma, capaz de dotar a sus historias de un brillo especial como el de Petitte Maman. Su experiencia en La banda de las chicas le acredita para afrontar una historia urbana de barrio, con un toque actual. No sabremos exactamente qué ha aportado cada uno, pero el resultado del equipo es excelente. De los personajes prácticamente solo nos muestran sus defectos. En esto (y en otros aspectos) recuerda al cine de Woody Allen, en tanto que los personajes son terriblemente imperfectos y sin embargo -o por eso mismoempatizas con ellos.

El estilo se acerca en algunos aspectos a otros directores franceses post-nouvelle vague, como Philippe Garrel y su gusto por el blanco y negro y las relaciones urbanas. Un tempo muy dinámico como el de Arnaud Desplechin. Como para darle un tono más actual y alejarlo de estos referentes de estilo de otra generación, la excelente banda sonora está compuesta por Rone, un productor de música electrónica minimalista. Le da un toque más siglo XXI, cercano a la psicología de los personajes, sin ser rabiosamente actual como pueden ser las bandas sonoras de las películas de Julia Ducournau o la mencionada La banda de las chicas de Sciamma, que son directoras ya de otra generación.

La modernidad líquida

La expresión “modernidad líquida” busca definir un modelo social que implica “el fin de la era del compromiso mutuo”, donde el espacio público retrocede y se impone un individualismo que lleva a “la corrosión y la lenta desintegración del concepto de ciudadanía”

Wikipedia

El paisaje de París, distrito 13 son las enormes moles de hormigón que constituyen los 8 rascacielos conocidos como Les Olympiades (título original). Una mirada a los suburbios, alejada de la imagen bucólica parisina que es tan dada a ser escenario de las historias más románticas. Estos edificios los habitan personas normales, con trabajos sin glamour. Pero el retrato de Audiard es más profundo que una simple crítica social de la precariedad; señala las características sociales de los tiempos en que vivimos. A las puertas del siglo XXI, Zygmunt Bauman publicó su libro Modernidad líquida, señalando una serie de ideas que no solo no han desaparecido sino que se han agravado.

Paisaje de hormigón

Émilie tiene un trabajo de mierda, paradigma de precariedad y temporalidad: es teleoperadora. Trabaja en constante conversación con desconocidos. No tiene futuro y, en cualquier caso, no dura mucho, terminará en un restaurante chino. Vive en un edificio enorme, repleto de gente, en el que no se relaciona con sus vecinos. Camille deja su trabajo como profesor para preparar unas oposiciones. Está desencantado de la educación porque no ve futuro para sus estudiantes. Uno de sus alumnos termina trabajando de albañil, cuestión que descubre porque él también ha acabado trabajando en una inmobiliaria. Nora ha empezado a estudiar Derecho a los treinta, pero por las complicaciones también termina en la inmobiliaria. El cambio laboral es constante y todos los personajes terminan el sector de la vivienda o en hostelería. Es Francia pero parece querer ser España. La vivienda ya era el tema de una de las mejores películas de Audiard, De latir mi corazón se ha parado y aquí tiene una presencia constante tanto en la trama principal como en el contexto: los personajes que terminan trabajando en una inmobiliaria y las dificultades para encontrar piso en París. Todo esto puede sonar a aburrida película europea de crítica social pero para Audiard no es más que el contexto para historias de relaciones actuales.

La modernidad líquida no afecta únicamente al ámbito laboral. Ese “fin del compromiso mutuo” que he citado antes, está presente también en las relaciones amorosas y de forma especialmente clara en la película. Lo que separa a la pareja al inicio no es algún problema entre ellos, incompatibilidades o desavenencias, ni siquiera un declive del deseo. Lo que les separa es la visión que tiene él de cuál debe ser la normalidad de su vida, el cambio constante de pareja y la relación líquida sin ataduras ni compromisos. Cuando Bauman publicó su libro no existía Tinder, pero cuando se estrena esta película sí, y la usan, claro. Tinder es la quinta esencia de la sociedad líquida. Las relaciones de usar y tirar, fáciles, cómodas, y sin complicaciones. No es simplemente una aplicación de citas, es una filosofía de encuentros esporádicos que posibilitan tener sexo sin tener que profundizar lo más mínimo en las relaciones.

Por supuesto que de Tinder pueden salir relaciones que duren años tanto como otras que duran horas, eso depende de los usuarios, pero la cuestión es como normaliza una mecánica de citas aisladas entre desconocidos, en un mundo en el que tendrán trabajos temporales con compañeros con los que apenas tendrán contacto. Para Camille, la opción por defecto es la relación líquida; no es una etapa de prueba hasta encontrar una pareja “definitiva”, si no la situación natural. La norma es rebotar de un trabajo a otro y de una relación corta a otra. Por otra parte, Nora apenas recibe atención de sus compañeros de la universidad y sin embargo, termina recibiendo cyberbullying de ellos mismos, desde la distancia que dan las redes sociales. Los tres personajes tienen, a su manera y por diferentes razones, dificultades para relacionarse, y la sociedad líquida no les ayuda.

Si en The Sister Brothers la aparición de la tecnología (un sistema químico para buscar oro) tenía un efecto tanto en la naturaleza como en aspectos socioeconómicos, en esta película también la tecnología tiene una posición especial. Las redes sociales, Tinder, la videollamada. Aunque todos esos aspectos están tan integrados ya en nuestra vida diaria que ni siquiera aparenta ser sea un tema de la película, simplemente resulta costumbrista.

Pero el Sena se ve, aunque sea a lo lejos

Pero aunque el retrato social muestra todos esos problemas de esta sociedad, la mirada no es pesimista. La misma conectividad que transmite el bullying a Nora le sirve también para conectar en profundidad con alguien inesperado. La superficialidad de las relaciones efímeras también dejan paso a un amor más duradero, especialmente cuando entra en juego el protocolo ante la cuestión más atemporal y menos leve de la humanidad: la muerte. Los personajes son incapaces de hacer planes de futuro, ni siquiera de imaginarlo, pero a cambio, han desarrollado una sorprendente capacidad de funcionar en presente. Y aunque esta es una historia de amores y desamores en un suburbio gris sin glamour, alejado del Sena (que dicen ver de lejos desde la ventana, aunque nosotros no lo vemos), por la frescura con la que está escrita, rodada e interpretada, no envidia la chispa y la química de cualquier otra película en pleno centro romántico. Porque todo es una cuestión de significado y un rollo de papel film puede ser una invitación al erotismo tanto o más que la lencería de la boutique más cara de París.

Paris 13th District

Media Flipesci:
7.3
Título original:
Les Olympiades, Paris 13e
Director:
Jacques Audiard
Actores:
Noémie Merlant, Stephen Manas, Geneviève Doang, Jehnny Beth, Makita Samba, Lumina Wang, Lucie Zhang
Fecha de estreno:
08/04/2022