6.5

Nos lo explicaba el personaje de Matthew McConaughey en El lobo de Wall Street y Jordan Belfort, el personaje de DiCaprio, tomaba buena nota. Todo se trataba de jugar con el dinero del pequeño inversor, el que no sabe gran cosa, el que no tiene los medios ni la información. Lo que se llama despectivamente “dumb money”. Este es el título de la película en la versión original. Aquí más explícitamente Golpe a Wall Street. Y es que ese dinero tonto, ese inversor de la calle que pagaba el yate de Belfort y de quien los brokers se reían a la cara, se ha enfadado y ha decidido vengarse. Esta es la historia real -como aquella- del caso GameStop, la cadena de tiendas de videojuegos que decidieron salvar algunos usuarios de Reddit, de las manos sucias de los fondos que estaban apostando en contra en la bolsa. Es una historia apasionante porque es verdad aunque no lo parezca. Aunque también es una historia con bastantes más aristas de las que quiere mostrar la película.

Hay referencias directas a El lobo de Wall Street. No ya desde la propia película sino desde la representación de las referencias reales que hubo a través de memes -los famosos golpes en el pecho- y otros que vemos plasmados. Si la película de Scorsese mostraba las consecuencias de llevar masivamente la inversión a las calles, esta nos ofrece una rebelión francesa de las finanzas (expresión literal usada en la película). Pero cinematográficamente tiene aspiraciones distintas, más cercanas a La red social de David Fincher. Para empezar, por el montaje con mucho dinamismo y por la banda sonora de toques electrónicos de Will Bates, claramente influenciada aunque un poco de marca blanca. Tampoco Craig Gillespie es David Fincher. Es más, tampoco aquí muestra el brillo que consiguió con Yo, Tonya.

La otra cuestión en la que recuerda a La red social más que a otras es en la intención de mostrar una actitud social disruptiva. Los gatitos y la app de inversión son tan importantes o más que cualquier expresión financiera porque está representando cómo se comunica y -más o menos- se organiza como colectivo toda una generación. No está claro hasta qué punto este caso va a ser anecdótico o va a ser un cambio de paradigma. Aún es pronto para saber eso. Pero la representación de la sociedad actual que aparece en la película sí puede tener relevancia. Igual que La red social no trata sobre Facebook, sino sobre cuestiones mucho más generales como la manera de comunicarse.

Dumb Money nos muestra una generación que vive en la precariedad al mismo tiempo que tiene acceso a la información y que puede coordinarse de una manera que puede llegar a asustar al poder en diferentes ámbitos. Una generación suficientemente cabreada como para primar la venganza al rédito económico. Una generación que se ve reflejada en Ocasio-Cortez (que aparece y es vitoreada) y en cualquiera que suponga un desafío al sistema establecido y las élites. El Sistema que les está jodiendo. Para eso está el personaje de America Ferrera (se llama America y lleva ya dos películas representando a América), para ser la referencia de una persona con estudios y con pocas expectativas. Alguien capaz de involucrarse no solo por su interés económico sino por una cuestión de clase que será la que le lleve a holdear contra sus propios intereses. Olvidaos de la teoría de juegos, esto es una cuestión de pura psicología.

Esto, por supuesto tiene el reverso que todos conocemos. Habrá quién se vea representado en Ocasio-Cortez y quien abrace la pose antisistema de Trump. Con exactamente las mismas emociones que esta gente se ha mantenido sin vender, tenemos a Wall Street Wolverine gritando con su ridícula voz “¡aquí se holdea!”. Nos cuentan en la película cómo aguantan sin vender pero no qué pasó con los que no vendieron a tiempo finalmente. No fueron solo los perfidos ricachones como el personaje del siempre cómico Seth Rogen los que perdieron dinero. ¿Es tan diferente esto a la especulación de las criptomonedas? Con esos listillos que se han aprendido cuatro términos financieros viendo Youtube y se creen que tienen una ventaja significativa sobre el resto de los mortales cuando lo único que demuestran es una ludopatía galopante como la del tirao que le da a las tragaperras.

¿La única diferencia es que aquí se ha lastimado también a los de arriba y todos nos alegramos por ello? ¿El protagonista es un héroe o el líder de un movimiento piramidal? ¿Existe una verdadera conciencia de clase o una conjunción feliz de individualismos que ha derivado en un caso excepcional? ¿Las nuevas generaciones aceptan mejor que nadie que el mayor objetivo de los personajes sea enriquecerese para salir de la miseria, a costa de quién sea, como ocurría con los personajes de Nop? ¿Había otros fondos especulando a favor de GameStop? Muchas preguntas que puede suscitar la película pero que realmente están simplificadas para obtener una historia más blanca y admirable.

Capitalismo contra el ultracapitalismo

Capitalismo mal

Tenemos el capitalismo ya tan enraizado y sin alternativa aparente en los últimos treinta años, que incluso para combatir las salvajadas del capitalismo, la solución es el mismo capitalismo pero moderado. Lo veíamos hace poco con Air, una película que explícitamente y también de forma meta a través del formato de su productora, está hablando de combatir la desigualdad, pero lo hace a través de la esencia misma del capitalismo. Se trata más bien de volver a un capitalismo más limpio, donde las reglas se cumplan. Make America Great Again. Los adorados y quizá idealizados años 50. También en esta película, cuando RobinHood, la app para democratizar la inversión en bolsa, hace trampas, la acusan de anticapitalismo. No hay una ruptura con el Mercado, hay una intención de devolver el Mercado a unos cauces menos salvajes. Aceptamos vuestras reglas pero al menos no nos hagáis trampas.

No me parece una casualidad que Air, de la que se dice que podría tener una buena carrera en los Oscar, conviva con esta otra película. Hollywood, que acaba de salir de una enorme huelga, está diciendo hasta aquí. Porque los grandes Estudios se están comportando con la misma voracidad que Wall Street y están estropeando el “mercado” del cine. El gran éxito del año ha sido Barbie -la otra en la que Ferrera representa a América-, la película feminista producida por Mattel, con todas sus contradicciones y con las decisiones del Mercado, dentro y fuera de la película. Nike, Mattel… las marcas son los nuevos líderes revolucionarios.

Este planteamiento en Dumb Money no sería posible sin simplificar, sin caer en cierto maniqueísmo. Así que Paul Dano interpreta a un streamer sin mácula. Muy lejos del personaje retorcido de La red social. No hay claroscuros, es el héroe de la película. Es verdad que quizá esto es pedirle a la película cuestiones que van más allá de su intención. Quizá solo se trata de señalar que los poderosos siguen jugando con ventaja, que el juego no es limpio y que las normas no se cumplen. Titulé la crítica de la anterior película del director como «el sueño americano está trucado». Y quizá simplemente sigue hablando de lo mismo, de que nos hacen creer que jugamos con las mismas normas y no es cierto.

Pero quedan demasiadas cuestiones relevantes fuera con esta simplificación, y la película se puede encuadrar en esta nueva tendencia en Hollywood del buen capitalismo. Ha llegado el momento de volver a creer. Volver al sueño americano, que deje de estar trucado. Convencernos de que el capitalismo puede salvarnos si aplicamos nuevos métodos. Volver a creer y quizá de paso, tropezar en las mismas piedras. Hagamos a América grande otra vez. O por lo menos a América Ferrera.

Golpe a Wall Street

Media Flipesci:
6.5
Título original:
Director:
Craig Gillespie
Actores:
Paul Dano, Pete Davidson, Vincent D'Onofrio, America Ferrera, Myha'la Herrold, Nick Offerman, Anthony Ramos
Fecha de estreno:
06/10/2023