Crónica del concierto de Diego Vasallo en San Sebastián.
El concierto de Diego Vasallo tuvo el aroma de un secreto preciosamente guardado, uno que merecería...
Sugerencias para unos villancicos diferentes
Un año más os traemos una selección de villancicos diferentes. Rock, soul, blues... una selección ecléctica y ...
El Jazzaldia volvía, tras dos años de pandemia, a un formato más reconocible, con aforos completos, conciertos en la playa y nombres internacionales. Tuvo much...
Cuando, hace años ya, Diego Vasallo comenzó a cantar con voz ronca y áspera no fuimos pocos los que nos quedamos descolocados. No sé si por la novedad o por una excesiva presencia que no acababa de casar con la música, seguramente por una mezcla de ambas. El caso es que Diego siguió con su peculiar forma de cantar -a veces casi recitar- y las piezas fueron encajando en su sitio. Su voz cavernosa, ahora, encaja como un guante en sus composiciones y es parte fundamental de su sonido.
A Mikel no le hace abusar de la carta de la nostalgia porque en su caso es un plus y no la base del concierto. La base son las canciones, una cuidada puesta en escena y la actitud. Mikel sabe que el respeto al show empieza desde el cuidado de la estética, que el directo también vive de eso.