Continuamos con la segunda parte de la crónica de la 15ª edición de la Muetra SyFy. Podéis leer la primera parte aquí. La segunda jornada tuvo retrasos menos notables y ya el domingo todo fue mucho mejor.

Una especie de Apolo XIII soviético. Una misión real y muy peligrosa que requerirá el valor y el ingenio de sus protagonistas. En este caso, el valor de sus héroes se empaña con un gobierno más preocupado en preservar sus secretos militares y su honra venida a menos que en salvar la vida de sus compatriotas. Por otra parte, el secretismo habitual de la URSS impide que sea una historia seguida por sus ciudadanos -y que no se haya conocido hasta mucho después. La película hábilmente sortea estas cuestiones peliagudas y se dedica a contar una emocionante historia de supervivencia y desafío. Digo “hábilmente” aunque podríamos decir “de forma tramposa”; eso ya lo dejo al gusto de cada cual.

Aunque tiene de Apolo XIII el realismo, los rusos siempre van un poco más allá en hazañas espaciales y la película se puede acercar más a Gravity, por algunos retos y acrobacias. Por sus situaciones extremas. Si los americanos hubieran tenido esta historia, ya la habríamos visto varias veces en la gran pantalla. Aunque queda lejos de las virguerías de Cuarón, la factura es más que digna, sobre todo teniendo en cuenta que su presupuesto es mucho más modesto. Además, diría que la representación del movimiento orbital es mucho más realista que en Gravity. En cualquier caso, una película divertida y emocionante, si entras en el juego. Con buen rollo y vodka ingrávido, con algunas situaciones asombrosas y con momentos extremos.  U! R! S! S!

La nueva película de John Cameron Mitchell, el director de Hedwig and the Angry Inch es una comedia musical, un caprichito, una pequeña gamberrada. Y es lo que tiene que ser. Habla del punk y para hacerlo asume un estilo visual de piezas de la época relacionadas con el movimiento. Le da mucha importancia a la arquitectura industrial, feísta, descacharrada; al vestuario, por supuesto; a los posters… Pero sobre todo presenta una actitud, tanto de sus personajes, desgarbados y rebeldes, como del propio desarrollo del guión, ligero y loco. También está conseguida una dirección brusca, agresiva. Todo es sucio, besos con vómito, locales oscuros.

La película habla de rebeldía, pero también de la importancia de una constructiva ruptura generacional, de la evolución necesaria de las normas. También es una invitación a vivir experiencias de todo tipo, muy necesaria en un tiempo menos atrevido. También hay una idea menor de la creación, ya que el protagonista se interesa en su juventud por los cómics y vemos un epílogo como famoso dibujante -en clara referencia al autor del original, Neil Gaiman– con cierta visita que se puede entender también como los personajes surgidos de una vida de experiencias y fantasía, que visitan a su padre.

Videoblog de la segunda jornada:

Una de las pelis más extrañas de esta edición. Es la historia de una niña en Zambia que es tomada por bruja. Nos muestra todo un protocolo de actuación con las brujas, que tienen sus propios espacios, costumbres, labores y por supuesto, medidas de seguridad. Es increíble ver cómo la superstición se mezcla con todos los ámbitos de la sociedad (policial, judicial…). A un nivel más general, la película muestra la situación de la mujer en esa cultura, que necesita casarse para ganarse el respeto de la sociedad.

La historia, bastante trágica, está contada con toques de humor, con una mirada de ironía, que le acerca, desde un tono más amable, al cine de Ulrich Seidl. Lo que podría haber sido un drama duro de tragar se convierte en una pintoresca historia que roza el fantástico -está incluida en la Muestra un poco con pinzas. La directora, Rungano Nyoni, nació en Zambia. Este es su primer largo y consigue algunas imágenes muy potentes, así como un acabado general que encaja muy bien, en los límites de la estética documental.

De The Endless ya hablé a su paso por la Semana de Terror. Una ventaja que teníamos en la Semana es que ya habíamos visto allí Resolution -es posible que gran parte del público de la Muestra no la tuviera vista. Esta sería una especie de secuela o ampliación de aquella. Los directores, Aaron Moorhead y Justin Benson en aquella hacían un pequeño cameo (que se ve en esta, como participantes de una secta) y aquí son los protagonistas. Los que protagonizaban aquella, los personajes del adicto y su amigo, pasan aquí a un segundo plano. En cualquier caso, es todo el microuniverso de esa zona misteriosa la que se repite.

Un homenaje a Lovecraft, con el ser invisible del bosque, el material encontrado (en este caso vídeos, en el caso del famoso autor, libros) y en general esa ciencia ficción extraña (weird fiction). Un juego en el que la ficción es un tipo de existencia, terrorífica por su tiempo atrapado. Es cine dentro del cine -ya desde el momento en que los dos directores usan su verdadero nombre- pero con la particularidad de que esa ficción que encontramos en su interior supone el núcleo de terror de la película. Está escrita con ingenio y dirigida con soltura.

Thelma
6.8

La primera incursión del noruego Joachim Trier en el género fantástico. Así se nos presentó la película y oficialmente es cierto. Sin embargo, tiene trampa. Trier cuenta y rueda esta película exactamente igual que la anteriores: como un drama. Un drama con elementos sobrenaturales, sí, pero un drama al fin y al cabo. La represión religiosa y el sentimiento de culpa por una educación viciada, no son metáforas a partir de una ficción fantástica, es el núcleo explícito de la película. No hay códigos formales de terror a pesar de que el guión se pueda prestar a ello. Todo esto ni es bueno ni es malo. Estamos ante un buen drama de problemas al final de la adolescencia. Podría emparentarse, con Crudo, como tantas otras películas recientes, por cierto.

Trier vuelve a hacer una película elegante, muy noruega, muy de diseño. Con esos planos preciosos del lago helado, esos interiores tan bien decorados. A veces, si acaso, de tan elegante le puede faltar algo de sabor. Música en la línea de Oslo, 31 de agosto. De nuevo el compositor Ola Fløttum colaborando con la electrónica delicada y -una vez más- elegante de Torgny Amdam y una selección de artistas similares, como Lindstrøm.


Y esto es todo por este año. Buen nivel de pelis, mala organización y buen ambiente. Veremos si el año que viene nos volvemos a acercar por allí. Contento a veces con la alegría del público mandanguer aunque sean demasiado obedientes con Dolera y a veces hagan más ruido que gracia; pero si vuelvo, no será a la sala 2, eso os lo prometo.

Muestra SyFy 2018 – parte 1

Todas las películas de la Muestra SyFy que ha visto el jurado Flipesci:

A Day
4.5
Thelma
6.8