La buena salud del cine vasco
La presencia del cine vasco en esta edición de los Premios Goya es realmente importante. Hasta seis producciones vascas optan a ganar alguna categoría.
La producción más destacada, un año más, es la de Moriarti, que esta vez ha puesto a su tripleta de directores –Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga– al frente de La trinchera infinita que con sus 15 nominaciones espera repetir el éxito de los 10 premios de Handia, a la que solo le faltó llevarse el de mejor película para redondear la noche.
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En la categoría de mejor dirección novel Galder Gaztelu-Urrutia y Aritz Moreno son candidatos a ganar por El Hoyo y Ventajas de viajar en tren respectivamente, dos películas que también tienen nominaciones en otras categorías. Elkano y Magallanes, la primera vuelta al mundo de Ángel Alonso es una de las nominadas como Mejor Película de Animación del mismo modo que lo son Aute Retrato, de Gaizka Urresti en Mejor Documental; y El infierno de Raul de la Fuente, como Mejor cortometraje documental.
Si a las 23 nominaciones que suman esas películas les sumamos las de Karra Elejalde (actor de reparto) y Ainhoa Santamaría (actriz de reparto) en Mientras dure la guerra, Alberto Iglesias (banda sonora), Asier Etxeandia (actor de reparto) y Antxon Gómez (dirección de arte) en Dolor y Gloria, apenas hay categorías sin presencia vasca en estas nominaciones.
Para hablar sobre el estado y el futuro del cine vasco hemos preguntado a Gaizka Urresti (director y productor de Aute Retrato), Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga (La trinchera infinita), Galder Gaztelu-Urrutia (El hoyo) y Aritz Moreno (Ventajas de viajar en tren). También a José Luis Rebordinos y Joxean Fernández, directores del Festival de cine de San Sebastián y de la Filmoteca vasca respectivamente.
«Es para estar contentos, pero no para estar eufóricos»
Seis producciones vascas nominadas en los Goya ¿el momento del cine vasco es tan bueno como parece?
Aitor Arregi: Sin duda el cine vasco vive un buen momento, no sólo por cantidad, sino también por la variedad. Se refleja en las nominaciones a los Goya y también por ejemplo en el Zinemaldia de Donostia, donde este año ha habido cerca 20 trabajos producidos en Euskadi, a cada cual más distinto. También es verdad que es para estar contentos, pero no para estar eufóricos. El cine vasco es muy pequeño en tamaño y que un punto de relajo te puede llevar al traste gran parte de lo conseguido. ¿Cómo hacer para que no pase esto? Hay que garantizar la misma cantidad de producción en los próximos años.
Galder Gaztelu-Urrutia: El momento es bueno, pero eso no quiere decir que el año que viene vayamos a tener otras 6 producciones nominadas. Además del talento y del trabajo bien hecho, hay factores casuales que afectan a este tipo de agrupaciones…
Ángel Alonso: Es posible que lo sea, pero lo que realmente es meritorio ya de por sí es conseguir llevar adelante una producción y no morir en el intento.
Aritz Moreno: Pues eso parece. Es cierto que ha sido un año en mi opinión muy interesante y muy completo a nivel general. Por supuesto esto no se puede planificar. Nosotros empezamos a trabajar en Ventajas hace más de cinco años y los demás tendrán su propia historia. Es el resultado del trabajo de muchos años y la coincidencia en el tiempo no deja de ser una casualidad.
Gaizka Urresti : En Euskadi se viene apostando desde hace años en la cultura como creadora de identidad, por eso se ponen muchos recursos públicos en el apoyo de la creación cultural. Esto es especialmente claro en el caso del cine con el papel de EITB, una de las pocas televisiones públicas que cumple la ley del audiovisual invirtiendo el 6% en cine, y en la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco con ayudas a toda la cadena del cine, desde el desarrollo a la distribución. Además últimamente se han incorporado las diputaciones forales. Digo esto porque la financiación es fundamental para poder hacer cine de más calidad.
Todo esto da sus frutos a largo plazo. Hay que tener paciencia. Los premios son una prueba de que se están haciendo las cosas bien pero lo verdaderamente importante es que haya una producción autóctona que conecten con los ciudadanos vascos que ayudan con sus impuestos a financiarla y luego que traspase fronteras para contar nuestras historias al mundo.
Además de los que hemos tenido la fortuna de estar nominados hay que tener presenten otro tipo de producciones que han llegado a las pantallas como La pequeña Suiza de Kepa Sojo, 3 de Marzo de Victor Cavaco o El hijo del acordeonista de Fernando Bernués entre otras muchas.
Rebordinos: Yo creo que sí. Además, no es ya un fenómeno de un año, sino que desde que en 2014 se estrenó en el Zinemaldia Loreak, la cantidad y calidad de las películas vascas se ha mantenido bastante constantes.
Joxean Fernández: Sí. Soy francamente optimista al respecto y son los datos de los últimos años los que creo que nos llevan a pensar que estamos en un muy buen momento.
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«Lo que realmente empuja el sector es el abnegado entusiasmo de muchos profesionales»
¿A qué se debe esta situación? ¿Es una casualidad o es el fruto de un trabajo previo por parte de organismos o instituciones?
Gaizka Urresti: Los primeros responsables de que las películas queden bien somos los cineastas; directores, productores, actores, técnicos que nos dejamos la vida en cada proyecto con muchas incertidumbres pero como decía antes necesitamos el apoyo de nuestras instituciones. Detrás de las instituciones hay gente concreta, tanto políticos como técnicos y, como siempre, la diferencia la marcan las personas.
Por ejemplo, el equipo de EITB es estable desde hace años con Aintzane Pérez Palomar o Elena Gozalo como cabezas más visibles, en el Gobierno Vasco Manu Galarraga siempre ha estado soportando a los productores y yo, a pesar de nunca haber estado seleccionado en Kimuak, tengo en una alta consideración a Txema Muñoz y a Esther Cabero y la labor que hacen, pero estoy siendo injusto porque estoy seguro que me estoy olvidando de muchos otros que también hacen su trabajo de manera anónima y a los que no se les dan premios.
Jose Mari Goenaga: No creo que sea una casualidad, y creo que es por un cúmulo de varios factores. Por un lado, creo que está el componente cultural, ya que Euskadi siempre ha sido cuna de cineastas y no solo directores, sino técnicos de todo tipo. Pero es cierto que ha habido una serie de factores que han hecho que en los últimos años el cine hecho en Euskadi vaya adquiriendo fuerza. Por un lado, los avances tecnológicos (sobre todo con la irrupción del cine digital) ha provocado la descentralización de la industria cinematográfica y que cada vez sea más posible abordar la producción de una película en su totalidad desde cualquier lugar (antes había que pasar por Madrid o Barcelona para los laboratorios de cine o las mezclas de sonido). Por otro lado, la legislación europea ha obligado a los canales de televisión a invertir un porcentaje de sus ingresos en producción cinematográfica. Esto incluye a ETB, por lo que el canal se ha convertido en un impulsor de las películas que se hacen aquí. En cuanto a la creación de talento, creo que Kimuak ha sido pieza indispensable como trampolín para nuevos directores. Kimuak, con Txema Muñoz y Esther Cabero a la cabeza, lleva más de 20 años distribuyendo cortometrajes vascos por festivales de todo el mundo. Hacen un trabajo increíble y esto provoca que los cineastas en Euskadi tengan como meta hacer un trabajo lo suficientemente bueno como para estar en ese catálogo. En cierta forma Kimuak te motiva y hasta te obliga a intentar dar lo mejor de ti mismo si quieres ser parte de ese catálogo. Durante todos estos años son muchos los nombres que han salido de Kimuak y la gente que está empezando en Euskadi tiene cada vez más referentes y más confianza en que puede hacer un camino en el mundo del cine.
Galder Gaztelu: Seguro que las iniciativas institucionales han tenido algo que ver, pero lo que realmente empuja el sector es el abnegado entusiasmo de muchos profesionales.
Ángel Alonso: Supongo que todo el mundo tiene parte del mérito, creo que sin los apoyos necesarios sería imposible de llevar un proyecto adelante. Pero no hay que olvidar que el que realmente lo arriesga todo, se esfuerza y complica su vida es la propia productora y el equipo que trabaja en la producción.
Aritz Moreno: Sin duda es fruto de mucho trabajo durante mucho tiempo. Kimuak es sin duda un buen ejemplo de ello, y por supuesto el trabajo y conquistas anteriores de otros muchos. Los Moriarti llevan ya unos cuantos años abriendo camino, así como Telmo Esnal etc. Bueno, tampoco es cuestión de dar nombres, porque han sido muchos y obviamente me voy a olvidar de mucha gente.
Rebordinos: Creo que este éxito es fruto del trabajo de mucha gente. En primer lugar, de los cineastas vascos: productores, directores, guionistas, técnicos de todo tipo… Sin su talento, todo el resto sería imposible. Pero creo que también llevamos unos años en que todos los agentes implicados en el cine vasco empujan en la misma dirección: las asociaciones de productores, EITB, el Gobierno Vasco y, también, el propio Festival, que da cobertura a estas películas y que sirve como altavoz multiplicador del éxito de las mismas. Por otro lado, y muy importante, algunas de nuestras películas tienen importantes distribuidores internacionales y un buen recorrido en festivales de todo el mundo. Y no hay que olvidar la semilla que plantó, y sigue plantando, el programa Kimuak, el trabajo de los cine-clubs de nuestro país y la labor del Festival de Cine, de Donostia Kultura, de la propia Tabakalera, de Azkuna Zentroa, etc. en la formación de público cinéfilo.
Hoy en día nadie cuestiona Kimuak, un programa para la difusión y promoción del cortometraje vasco, debido a su gran éxito, pero al que le costó arrancar. Su éxito solo fue posible gracias al empuje y la convicción de Amaia Rodríguez, directora de Creación y Difusión Cultural del Gobierno Vasco, que creyó en el proyecto desde sus primeros pasos.
Joxean Fernández: Siempre suelo decir que no existen las casualidades; al contrario, suelen ser incluso excesos de significado. Haría falta casi una tesis doctoral para jerarquizar las razones que nos han llevado hasta este momento. A bote pronto, mi intuición me dice que en primer lugar habría que situar el talento tanto en el ámbito de la creación como de la producción en el País Vasco. Pero el talento tampoco surge por generación espontánea. Para que prenda la llama hace falta fósforo, una superficie rugosa y un roce certero. En estos terrenos pasa algo parecido. Creo que desde las instituciones se han tomado iniciativas que han favorecido el surgimiento y consolidación de este talento en estos últimos años. Kimuak, con más de 20 años de historia, es un ejemplo extraordinario. El infierno, por ejemplo, es un corto de Kimuak nominado este año en los Goya; pero también Ikusmira Berriak, Zinemira, Zinema (h)abian, las distintas ayudas y proyectos del Gobierno Vasco, ETB, la creación de la Elías Querejeta Zine Eskola en Tabakalera, etc… Y también la transmisión de cultura cinematográfica de los distintos agentes programadores del país, entre los cuales está, por supuesto, la Filmoteca Vasca. Sin embargo, no personalizaría: creo que hay un trabajo de mucha gente en la buena dirección.
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«Coincidimos a menudo y, a decir verdad, hay feeling»
¿Conocéis a los otros nominados? ¿Habéis colaborado alguna vez?
Gaizka Urresti: Pues a muchos sí. A los Moriarti, especialmente con Jon y Jose Mari nuestros cortos han ido coincidiendo en Festivales desde comienzos de siglo. Luego ya tuve la fortuna de conocerles personalmente y siempre he admirado su trabajo en una línea de una ambición y calidad ascendente.
De El hoyo conozco especialmente a su productor Carlos Juarez con el que colaboro en la federación de productores estatal que hemos creado MAPA, no tanto a su socio Galder. Me parece asombroso lo que han hecho con esta película pequeña colocándola en todo el mundo.
Con Raúl de la Fuente recuerdo hace años en Varsovia cuando nos conocimos hablábamos de nuestros proyectos de largos él Un día más con vida, yo Bendita Calamidad y cómo pudimos sacarlos adelante con mucho esfuerzo. En el caminos coincidimos en los Goya de 2014 cuando los dos estuvimos nominados, él en corto documental yo en el corto de ficción. Hicimos una fiesta conjunta para promocionarlos. Oye y los dos lo ganamos.
A la gente de Ventajas de viajar en tren y Elcano y Magallanes no he tenido el placer de tratarles. Hay que tener presente que yo, aunque regreso mucho por Euskadi a ver a la familia y a los amigos, me marché con 22 años a Madrid y ahora vivo en Zaragoza.
Aitor Arregi: Nuestro sector es pequeño y nos conocemos todos. Coincidimos a menudo y a decir verdad, hay feeling. Y sí que hemos colaborado con algunos de los nominados. Aritz Moreno, con quien nos une una relación de hace años, ha sido montador de Mateoren ama, que es un cortometraje que hemos estrenado este año. Por otro lado, hace años Aritz trabajó con nosotros en el equipo técnico del documental Lucio. Además, la productora de Ventajas de viajar en tren, Leire Apellaniz, además de ser amiga de los Moriarti (estudiamos juntos en Sarobe) trabajó con nosotros en la producción en El método Arrieta. Con Dibulitoon colaboramos hace años en sus largometrajes Glup, Supertramps y Cristobal Molón y también nos une una relación que se ha mantenido en el tiempo.
Galder Gaztelu-Urrutia: Sí, conozco a la mayoría y he tenido la suerte de trabajar con algunos de ellos.
Ángel Alonso: Al final es un mundillo en el que coincidimos y acabamos conociéndonos más tarde o mas temprano. Y si, hemos colaborado con alguno de ellos.
Aritz Moreno: Sí, creo que conozco a todos. Con los Moriarti he colaborado en alguna ocasión realizando los Making of y Trailer de Loreak o Handia, por ejemplo. También les he montado algún corto.
Lo que está funcionado es la lectura universal de los temas que tratamos
¿Hay alguna característica en vuestros trabajos que os una y os diferencie de las filmografías de otros lugares?
Gaizka Urresti: La verdad que todos estamos en un mundo globalizado y tenemos las mismas influencias. Si miras nuestras películas temáticamente y estilísticamente no tienen nada que ver. Lo que las une es que los directores y el equipo son vascos y eso, aunque sea de forma inconsciente, seguramente deja una huellas y una forma de ver el mundo fruto de tus raíces, de tu educación y de tu cultura. Ahora, es más lo que nos une al resto del mundo de lo que nos diferencia.
Ángel Alonso: Creo que cada vez las historias son mas universales. Y esto hace que se puedan entender y sentirte identificado en cualquier parte del mundo. Puede dar la sensación de que cuanto mas localista sea lo que quieres contar es más difícil de exportar; pero también es cierto que muchos de los problemas , las situaciones y las experiencias que pueden ocurrir aqui al lado pueden estar ocurriendo a la vez de manera similar al otro lado del planeta ya personas de caracteristicas diferentes.
Jon Garaño: Con la excepción de que en algunas de ellas trabajan los mismos técnicos y que casi todas cuentan con el apoyo de ETB y Gobierno Vasco, no veo mucha relación entre las películas vascas nominadas al Goya.
Este año, repitiéndose la tendencia de los últimos años, hay de todo: un película de animación dirigida al público infantil, un corto documental rodado en África, un documental musical sobre Aute, un drama histórico, una distopía futurista sobre el capitalismo y una película inclasificable con forma de muñeca rusa. Por más que lo piense, no veo mucha relación entre ellas, lo cual me parece que habla muy bien del cine vasco. Además hay otras que no han sido nominadas pero agrandan el abanico y a mí personalmente me parece muy interesante y reivindicable que se hagan películas de naturaleza tan diversa dirigidas a públicos diferentes.
Aritz Moreno: Cada trabajo tienes sus características particulares, claro, pero en general creo que no, y precisamente creo que esa es la clave. Un buen ejemplo de ello es El Hoyo. Una película que se podría haber hecho en cualquier parte del mundo, hemos tenido la suerte de que se ha hecho aquí y además es una peli que se entiende perfectamente en cualquier parte del mundo. Creo que de eso va el asunto.
Galder Gaztelu-Urrutia: En mi caso, no. En general, creo que lo que está funcionado es la lectura universal de los temas que tratamos.
Rebordinos: Creo que el cine vasco es muy variado y sería difícil buscar en sus películas características comunes. Obviamente, cuando se realizan en euskera, el idioma es un componente diferenciador. Lo que sí tienen en común algunos de sus realizadores más importantes es haber participado en el programa Kimuak del Gobierno Vasco y Filmoteca Vasca.
Joxean Fernández: Sin entrar en debates un tanto viejos sobre la naturaleza de nuestro cine, lo que sí sé es que a día de hoy el cine vasco es sin lugar a dudas uno de los mejores estandartes internacionales que tiene nuestra cultura.
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«Ahora no es necesario irse fuera para hacer cine»
¿El futuro del cine vasco pinta igual de bien?
Gaizka Urresti : El futuro será lo que nosotros queremos que sea. El futuro hay que escribirlo día a día. Cineastas vascos siempre ha habido. Estoy pensando en la generación de Pedro Olea, Victor Erice, Elias Querejeta, Imanol Uribe, Javier Aguirre, Antonio Mercero, Montxo Armendariz etc… pero la diferencia con respecto a tiempos pasados es que ahora no es necesario irse fuera para hacer cine. Hoy en día se pueden contar historias desde Euskadi al mundo y eso genera una riqueza cultural y económica.
Jon Garaño: Este año la presencia en los Goya ha sido llamativa y no creo que sea algo circunstancial. Algunas de las películas que se han rodado este último año y están en fase de postproducción como Nora, Akelarre, 2 urte, 4 hilabete o Hil Kanpaiak tienen muy buena pinta. Si a estas les sumamos las que se van a rodar en 2020 yo creo que la cadena no se va a romper tan fácilmente.
Galder Gaztelu Urrutia: ¡SÍ! Que no decaiga el entusiasmo…
Ángel Alonso: Hacer cine es tan complicado, la competencia es tan brutal y las desventajas son tan grandes con respecto a las producciones de los grandes estudios que más bien me parece un milagro…
Aritz Moreno: Depende de qué se entienda por cine vasco. Yo es que no se lo que significa. ¿Si exportamos directores, guionistas, técnicos, etc, que trabajen en proyectos internacionales en otros países, se considerará cine vasco? Hay que tener la ambición de mejorar, siempre. Ojalá este año sea mejor, y al mismo tiempo, peor que el año siguiente.
Rebordinos: No es bueno dormirse en el éxito, pero creo que en los próximos años seguiremos teniendo una producción variada y de calidad. Películas más comerciales y otras más experimentales, que buscarán nuevos caminos, nuevas formas de contar. Y Tabakalera será clave en el futuro de nuestro cine. El trabajo conjunto de la propia Tabakalera, de la Filmoteca Vasca, del Instituto Etxepare, de la Escuela de Cine Elías Querejeta, de 2Deo y del propio Festival están generando un caldo de cultivo audiovisual muy interesante, un espacio de encuentro y de intercambio de experiencias, de ida y vuelta entre ciudadanos vascos y otros que vienen de todas las partes del mundo que darán su fruto muy pronto. Estoy convencido de que igual que hablamos ya de una Generación Kimuak, hablaremos en el futuro de una Generación Tabakalera.
Joxean Fernández: Soy de verdad optimista. Nuestras cineastas y nuestros cineastas están aprobando con muy buenas notas, no tanto los exámenes a los que se les pueda someter en nuestro país, sino que están superando las pruebas internacionales. Y lo sabemos, el cine vasco será bueno no sólo porque lo defendamos aquí, sino porque guste fuera.