6.5

D’A 2020: The Twentieth Century

William Lyon Mackenzie King fue el undécimo primer ministro de Canadá, cargo que ejerció durante veintidós años, de 1921 a 1930 y de 1935 a 1948. Un figura respetada, icónica y a menudo venerada en Canadá (es la cara de sus billetes de 50 dolares). Para hacernos una idea, y salvando las distancias, el equivalente de Churchill en Reino Unido o De Gaulle en Francia. Ese tipo de personajes históricos que se utilizan para abanderar los supuestos ideales de una patria, así como comportamientos nobles y patrióticos, para arremolinar en torno a ellos y su leyenda a los seguidores. Así que lo que hace el director Matthew Rankin en su película The Twentieth Century al presentar a William Lyon Mackenzie King como un ser “defectuoso”, timorato, pajillero, fetichista y cobarde es bastante más transgresor de lo nos puede parecer a los que, como yo, no estamos al tanto de la historia canadiense.

El propio Matthew Rankin afirma que la película es rara, muy rara -y puedo dar fe de ello- y que tiene que ser entendida como una suerte de análisis del subconsciente del Mackenzie King y de la propia Canadá, la falsedad del nacionalismo y la manera que usamos el poder. The Twentieth Century transcurre en 1899 y cuenta, a su manera, el ascenso al poder del popular político, una de las figuras claves alrededor de la cual se ha construido la identidad canadiense. Tiene sentido que si zarandeas al personaje estés zarandeando la identidad del país. También es interesante situar el momento actual de Canadá, la película se estrenó en 2019, año de elecciones con una agria campaña electoral llena de meteduras de patas, comportamientos ridículos y… bueno, todo lo que acompaña a la política en estos días en prácticamente todo el mundo. El ganador, por segunda vez consecutiva, fue Justin Trudeau eso si perdiendo apoyos y viendo dañada su, hasta ahora, casi impoluta imagen. El nuevo ídolo, el nuevo líder que representaba lo mejor de Canadá para enseñarlo al mundo también tiene sus pecadillos… y de eso trata The Twentieth Century, de las miserias detrás de las leyendas, de un siglo que forjó líderes e ideales construidos, a menudo, sobre mentiras o comportamientos cuestionables. Los paralelismos con la actualidad podemos dejarlos a gusto del espectador.

Conviene aclarar que no estamos ante una película histórica más o menos fiel a la realidad por más que Matthew Rankin se haya inspirado en los diarios del antiguo primer ministro. De hecho el director y guionista asegura que mientras leía se solía quedar dormido y al despertar no siempre sabía distinguir lo soñado de lo leído. Probablemente bromea, pero este comentario es la mejor descripción que se puede hacer de un guión surrealista que se siente como un viaje de ácido. El absurdo y lo imposible se mezclan para convertir la lucha por el poder en un concurso de escribir el nombre orinando en la nieve o una carrera de patines de hielo dentro de un laberinto. Un viaje lisérgico rodado en 16mm y Super8, con la imagen granulada y la iluminación contrastada al estilo del cine clásico que tan pronto recuerda al expresionismo alemán, como al cine y los carteles propagandísticos de principio del S.XX, a David Lynch o a los Monty Python. El director dice que también tomó como referencia los Heritage Minutes, que son una serie de cortometrajes de sesenta segundos que ilustran momentos importantes en la historia de Canadá y que se hicieron muy populares allí. Tiene sentido que Rankin usase como referencia este tipo de imágenes construidas para generar mitos e identidad. Es un combinación poderosa, intrigante, que te puede expulsar sin remedio, pero también te puede atrapar aunque necesites tiempo para asimilar bien lo que estás viendo. O simplemente te dejes llevar sin pensar y ya veremos qué pasa cuando llegues. Hablando en plata: una ida de olla gigantesca.

Pero dentro de esa ida de olla, podremos ver que The Twentieth Century utiliza el absurdo y el artificio para revisar y distorsionar la mitología política de Canadá (que no es muy distinta en el fondo a los de otros países) ridiculizando los estándares de género, raza, clase y la visión colonialista del país. En un mundo de extremos como el que estamos viviendo pone sobre la mesa el alabado centrismo y talante de una leyenda como Mackenzie King y valora lo que puede lograr, pero también se pregunta si lo que lo motiva es una auténtica visión centrista o simplemente la cobardía frente al miedo de perder el poder. Si detrás de ese político orgulloso y ejemplar lo que hay no es más que una persona cobarde e indefensa capaz de renunciar a sus principios para no perder el poder. Si ese país (en este caso Canadá, pero vale cualquiera en esta época de nacionalismos de uno u otro color) construido en torno a figuras e ideales casi mitológicos no oculta, como sus líderes, tantas miserias como cualquier otro.

The Twentieth Century

Media Flipesci:
6.4
Título original:
The 20th Century
Director:
Matthew Rankin
Actores:
Dan Beirne, Sarianne Cormier, Catherine St-Laurent, Mikhaïl Ahooja, Brent Skagford, Seán Cullen, Louis Negin