Han pasado un par de semanas desde que acabase la 66 edición del Zinemaldia y nos hemos reunido con Jose Luis Rebordinos para charlar sobre cómo cree que ha ido la edición y sobre los problemas que planteábamos en nuestro artículo sobre los pases de prensa. Como siempre, fue un placer charlar con él y la conversación se extendió hasta que nuestros compromisos nos obligaron a terminarla. Esta es la primera entrega, en la siguiente hablaremos sobre la importancia del Foro de Coproducción para el Festival.

La visión de la prensa

¿Cómo valoras la 66 edición del Zinemaldia?

Estamos muy contentos. Creo que se ha cumplido lo que decíamos, que iba a ser una edición divertida y que había bastantes películas de riesgo, que las que les iban a gustar a unos les iban a horrorizar a otros y viceversa.

¿Y qué sensación recoges de la prensa?

Se ha recibido más o menos como esperábamos, en general no nos han sorprendido las reacciones. Sí en algún caso concreto, como Angelo, que a nivel local y nacional no ha gustado mucho, pero sí ha gustado mucho a nivel internacional. Películas como High Life o In Fabric sabíamos que iban a generar polarización.

A nivel de prensa Europea, no voy a decir que de manera unánime, pero si de manera muy general, hemos recibido la opinión de que ha sido la mejor edición en años. A nivel de prensa americana, han defendido algunas pelis mucho, otras no tanto. A nivel de prensa nacional y local, pues ha habido de todo, hay críticos a los que les va esta línea de programación y críticos a los que no.  Es muy heterogéneo, porque aunque para un montón de gente parece que la prensa es la votación del DV, con todo el cariño del mundo, eso no es así. Representan una pequeña parte nada más.

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La línea de programación

Cómo en anteriores ediciones había varias películas de género. Hemos llegado a escuchar a la salida de In Fabric, «esto tendría que estar en la Semana de Terror», ¿es una apuesta consciente?

Hay una apuesta general por el cine de género que la hacemos nosotros, la hace Cannes, Venecia y Berlín. Estamos en un momento en el que hay una serie de grandes autores que están haciendo un cine de género para llegar a un público más amplio. Por ejemplo, nosotros teníamos la película de Brillante Mendoza, que tiene muchas características de su cine pero haciendo una película mucho más de popular, un thriller con muchas más convenciones del género. Y no es casualidad, yo creo que se está haciendo cine de género para llegar a más público y luego los grandes autores intentan meter dentro de eso su discurso personal. Usan el género para hacer otra cosa.

Este año había muchas películas que tenían como trasfondo la corrupción, ¿era algo pensado? ¿Buscáis alguna línea temática a la hora de programar?

Nosotros seleccionamos y luego tenemos que escribir un prólogo para el catálogo. Ahí es cuando nos damos cuenta de los temas que se repiten, pero al elegir no los hemos pensado. Al elegir sólo estamos pensando en si nos gusta o no, pero no en si tiene una temática concreta.

¿Y cómo definiríais vuestra línea de programación?

Creo que como todos los festivales sólo tratamos de dar una muestra del mejor cine del año al que tenemos acceso y el resultado es muy heterogéneo. Nosotros sí que intentamos tener películas que piensen más en el cine del futuro que en el cine del pasado. No todas las que seleccionamos, pero sí muchas. Sí que hemos apostado por películas de riesgo, películas que sabes que van a hacer que parte del público y de la prensa se enfurezcan, pero al mismo tiempo pensamos que es una apuesta bonita porque va a haber gente que va a apreciar lo que tú crees ver en esa película. Creo que es una selección, la de este año, en la que nos hemos arriesgado más.

El problema de los pases de prensa

Uno de los temas de los que más se ha hablado, por lo menos entre las personas acreditadas, ha sido el de los problemas con los pases de prensa

Ahora que tenemos los datos de todas las sesiones ha habido problemas en 8 o 10 sesiones, no más. Sesiones a las que ha querido ir la gente y no ha podido entrar. Con estos datos encima de la mesa creo que hay mucho margen de maniobra. El problema es que tenemos que dar un vuelco a la programación de arriba a abajo. Tenemos que desistematizarla porque hemos cometido errores.

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¿Por ejemplo?

Pues tener un pase en el Trueba, con un aforo de 180 y que se queden más de 60 personas fuera, cuando a la misma hora hay un pase en el Principal, con un aforo de 500, en el que no han entrado ni 180. Si nos hubiéramos saltado el sistema, si lo hubiéramos hecho a dedo, podríamos haber solucionado casi todas estas cosas. Igual se nos hubiera escapado Rojo, que no imaginábamos que iba a tener el éxito que ha tenido con el boca a boca, pero los demás han sido problemas con películas que era previsible que los hubiera. Bueno, también Manta Ray, que tenemos el problema de que esa sala (Tabakalera) es pequeña y no podemos dar pases de prensa, pero hay que buscar una fórmula.

Pues Zabalegi-Tabakalera cada vez es una sección mas fuerte, más apetecible, y más gente pide pases de prensa para poder cubrirla.

Para poner pases de prensa de Zabaltegi tendríamos que quitar pases de público y no te puedes imaginar las quejas y cartas que he recibido cada vez que me he atrevido a sugerir eso. El mayor problema no lo tenemos ahí, lo tenemos en Perlas, con películas como la de Cuarón, The Sisters Brothers, Ha nacido una estrella o Cold War.

¿Y no se pueden usar más las salas que ya tenemos?

Nos planteamos programar por las mañanas en Tabakalera los pases de Zabaltegi que íbamos a dar por la tarde, pero eso sólo lo podíamos hacer unos días, porque luego llegan los estudiantes de cine y ya no puedes hacerlo durante cuatro días. Porque además de las charlas tienen proyecciones y es complicado.

También estamos pensando en usar la sala grande del Príncipe, pero es que esa es una sala fundamental de pruebas y si no la podemos usar para pruebas, Leire [Apellaniz, responsable del departamente técnico del Zinemaldia] nos dirá que tiene que probar la proyección con sonido 5.1 en vez de 7.1 y que a ver qué pasa si luego le falla. Todo tiene su complejidad.

Otra cosa que tenemos que corregir son pases que no se solapan pero que están tan seguidos que no da tiempo a llegar de un cine a otro. O si llegas es tan justo que incluso a los que tenían la acreditación prioritaria no les servía de nada porque llegaban con menos de 10 minutos y ya había empezado a entrar todo el mundo.

Creo que tenemos mucho margen de mejora porque hay cosas que no hemos hecho bien. Algunas son cosas que podemos solucionar fácil y otras que son más complicadas.

Las quejas no son sólo por no poder ir a ver las películas, también por el proceso para poder ir a verlas.

También os voy a decir una cosa: La prensa internacional se queja menos, de hecho no se queja casi nada. Pero es cierto que tenemos un problema y que vamos a hacer todo lo posible para mejorar. Ya veremos cómo, pero creo que vamos a mejorar mucho la programación. Y vamos a tener en cuenta vuestras sugerencias, como algunas de las cosas que planteasteis en vuestro artículo.

Creo que vamos a poder ofrecer posibilidades para casi todos, pero una cosa está clara, siempre va a haber un pase de Perlas que coincida con uno de oficial, o situaciones en las que haya que elegir, o películas que haya que ver a la hora de comer. Pero eso es así en todos los festivales.

Tipos de acreditados y secciones

Otra cuestión que se ha puesto sobre la mesa es el tipo de acreditados, a quién se le acredita, si todos los «blogueros» se merecen la acreditación. ¿Qué tipo de prensa le interesa al festival?

Es complicado. Por un lado puedo creer que me interesa más que vaya la prensa seria y sesuda, pero por otro igual lo que realmente me interesa es que vaya un influencer con miles de seguidores.

Pero, por ejemplo, hemos oído quejas de quejas de industria que dicen que entran después del «último bloguero», ¿al Festival que le interesa más? ¿Igual sería buena solución poner más niveles de acreditación?

Está claro que al Festival le interesa más que vaya alguien de industria potente que un bloguero que empieza, pero por otro lado alguien que está empezando y que está cubriendo el festival también merece oportunidades. Aunque en principio no estamos pensando hacer más niveles de acreditación, tenemos que revisarlo y revisar la cobertura que hacen los medios del Festival, tanto escrita como en redes sociales.  Este año reconozco que hemos tenido problemas que hay que solucionar; pero no creo tanto que sea un problema de número como un problema de organización. Haciendo el puzzle de otra manera mejoramos un 75% por ciento de nuestros problemas, el otro 25% será más complejo.

¿Os planteáis reducir o quitar la retrospectiva?

Yo antes era más bien los de quitar la retrospectiva, pero ahora cada vez menos. Porque no es que tenga mucha gente pero la que tiene es muy importante y muy fiel. Gente con nombres y apellidos de filmotecas importantes, por ejemplo. Con Muriel Box, que ha sido un ciclo muy difícil de montar porque es material muy poco visto, ha habido muchísimo entusiasmo, por ejemplo. Así que yo sí que mantendría un ciclo clásico. Lo que queremos aumentar es la proyección del clásico restaurado. En vez de uno que sean tres o cuatro, con unas copias espectaculares, para la sesión de las 4 en Tabakalera.

¿Y el ciclo Made In Spain?

Igual para vosotros o la prensa nacional es una sección que no es muy interesante, pero Made In Spain es que funciona muy bien, sobre todo para prensa latinoamericana y compradores. Es la oportunidad para ciertos compradores y críticos de ver el estado del cine español. Por ejemplo, han odio hablar de Verano 1993 pero no han tenido la oportunidad de verla y aquí pueden hacerlo.

Foto: Gari Garaialde

El relato y la imagen del Festival

En estos días se habla de la importancia de construir un buen relato en torno a los proyectos para que se entienda mejor y se aprecie mejor el trabajo realizado. ¿Crees que tenéis un buen relato?

Creo que hemos construido un muy buen relato de nuestro Festival de cara al exterior. De cara a la industria internacional, sobre todo europea y latinoamericana, este Festival tiene unas características muy claras. En un festival muy amable, muy de público, muy cómodo comparativamente y vamos a intentar que no deje de serlo, un festival con una apuesta muy clara por la gente nueva en el que se trata a todo el mundo por igual con un trato muy cercano con la organización.

A nivel nacional el relato es otro, claro, es que somos el Festival más importante del estado y todo el mundo a nivel nacional quiere estar en San Sebastián. Y a nivel de público creo que tenemos muy buena imagen, y no sólo a nivel local, hay gente que viene de todas partes y repite todos los años. Recibimos unas pocas quejas puntuales, pero sobre todo muchas más felicitaciones.

Este año la gente ha estado encantada también con la alfombra roja.

Es que el público del Festival no sólo lo vive yendo a ver películas. Mucha gente lo que quiere es ver a las estrellas y a nivel de calle este año ha funcionado muy bien porque hemos tenido más glamour americano moderno que nunca. Porque Judi Dench o Glenn Close están muy bien, a mi se me cae la baba con ellas, pero el público joven prefiere Bradley Cooper, Robert Pattinson, Chris Hemsworth o Chalamet…