Ricardo FernándezReseña de Leila’s Brothers
Saeed Roustayi es un joven director iraní que con su tercera película ha logrado acceder a la Sección a concurso del Festival de Cannes tras el éxito en numerosos festivales de su anterior película, Just 6’5, que logró una nominación al Cesar a mejor película extranjera.
La Leila del título de la película es la única hija de un matrimonio de ancianos en Teheran. Ella trabaja y mantiene a sus padres porque sus cuatro hermanos están en paro o con problemas económicos. Ante la situación precaria de la familia idea un plan para montar un negocio que pueda mantener a sus padres y hermanos; pero para llevarlo a cabo tendrá que luchar contra los prejuicios y el deseo del padre de quedar bien ante otra familia de clase más adinerada.
Leila’s Brothers es un drama familiar intenso, de 165 minutos, casi sin respiro. Una especie de Farhadi con más decibelios e intensidad, aunque en la primera escena el homenajeado es Francis Ford Coppola, en concreto El Padrino, al repetir el esquema e incluso la composición de una de sus secuencias más famosas.. Leila también quiere proteger a su familia pero los paralelismos con la obra maestra de Coppola terminan ahí.
A través de discusiones y conflictos entre los diferentes miembros de la familia, Roustayi explora diferentes problemas de la sociedad iraní. Desde la sumisión a ciertas tradiciones pensadas para perpetuar los estatus sociales, al papel de la mujer condenada al ostracismo a pesar de ser el sustento de la familia, pasando por el miedo a decepcionar, las ansias de reconocimiento social o las especulaciones financieras. El método elegido puede ser agotador, ya que el director aprieta el acelerador desde el principio; pero la manera de rodar, fluida y naturalista, y unas interpretaciones magníficas elevan la película y logran dotarla de cierta emoción y credibilidad. Es una película muy inmersiva, pero al ser una inmersión en mitad de una tormenta familiar casi no da tiempo a apreciar los múltiples temas y recovecos que la película explora. Habrá que seguir con atención la carrera de Roustayi, tiene talento y tiene buenas ideas, solo le falta aprender a frenar y dejar aire para que la película respire y crezca.
