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Reseña de Aftersun

Aftersun es la primera película de Charlotte Wells quien, como suele ocurrir, ha recurrido a sus propios recuerdos para este debut. Un verano a finales de los 90, unas vacaciones con su joven padre cuando ella tiene esa edad en la que es demasiado mayor para jugar con niñas pequeñas, pero demasiado pequeña para ir con los adolescentes. A pesar de este planteamiento y de estos mimbres, Aftersun no es la típica película coming of age, nostálgica, que retrata un hecho crucial que marcará la vida de la protagonista. Aftersun es una película sobre el recuerdo, sobre la memoria, sobre cómo cambia todo el saber ahora lo que antes no podías saber, incluso esos momentos lánguidos y remolones del verano en los que no pasaba nada, o eso parecía entonces.

Podría parecer que Charlotte Wells solo quiere contarnos el verano que Calum y Sophie, padre e hija, pasaron juntos en un resort barato de la costa turca como quien enseña las fotos de unas vacaciones. De hecho parte de la película se construye con fragmentos de las grabaciones que hacen padre e hija con una cámara doméstica (todavía no habían llegado los móviles), casi a modo de found footage. Sin embargo desde el principio se nota que algo no encaja, que algo no va bien. Sabemos que son recuerdos porque de vez en cuando aparecen flashes de imágenes de una Sophie adulta, con el rostro serio, que parece buscar a su padre -todavía joven- en medio de las luces estroboscópicas de una discoteca. El rostro y el tono de esas imágenes oníricas del “presente” contribuyen a la generar la sensación de que las cosas no van a acabar bien; pero no es lo único que lo sugiere. La tristeza que tarde o temprano atrapa a Calum cada día, sus comentarios sobre el futuro, la precaria situación económica que se intuye y que no termina casar con esas vacaciones… y la mirada de Sophie que algo intuye, pero no sabe materializar en esa edad llena de novedades. Nosotros, que somos más adultos que Sophie entonces, poco a poco vamos entendiendo el porqué de todo, encajando todas las piezas, incluso la del interés de grabar esas vacaciones por parte del padre, mucho más que un recurso narrativo escogido al azar por Wells.

Gran parte del mérito de la película recae sobre las magníficas interpretaciones de Paul Mescal y Frankie Corio en los papeles de Calum y Sophie. Él se dio a conocer en la (fantástica) serie Normal People con un papel de alguien que también tenía sentimientos contenidos y en Aftersun vuelve a mostrar su capacidad para ofrecer naturalidad, contención y, a la vez, una gran intensidad. Curiosamente este mismo año hemos podido ver a Mescal en La hija oscura, otra película que transcurre durate las vaciones de verano y gira en torno a la memoria y la ausencia. Frankie Corio, por su parte, brilla por su naturalidad y su mezcla de inocencia y madurez. Efervescente en su alegría, cautelosa en su curiosidad, siempre consciente de que tras la fachada inescrutable de su padre se esconde algo que no sabe. La actuación de Corio es de las que te desarman y cautivan por su realismo y cercanía.

Aftersun no solo funciona por sus intérpretes. La dirección de Charlotte Wells es tan sólida que sorprende que esta sea una ópera prima. Con grandes ideas logra que las imágenes fluyan entre diferentes focos narrativos: Las grabaciones domésticas; el relato de aquel verano pasado; los sueños actuales de Sophie y la vida real en el presente de la propia Sophie. Apoyándose en la magnífica fotografía de Gregory Oke que proporciona una diferente textura a cada uno de esos escenarios, Wells captura igual de bien el calor y la indolencia de las vacaciones que la angustia de las pesadillas o el estado de ánimo de sus protagonistas. Mención aparte merece el uso de la música que sirve, no solo para situar la acción en el tiempo y el tipo de lugar, sino también para reforzar el mensaje de las imágenes. Tanto las composiciones ajenas como la partitura original de Oliver Coates (colaborador habitual de Mica Levi). El punto culminante de esto es cuando suena una versión de Under Pressure que aísla las voces de Mercury y Bowie en el tramo final de la película y que va directa al corazón. O la escena final de la película, que conecta en una sola secuencia todos los focos narrativos, el pasado, presente y los sueños de una manera magistral. Sin duda una de las mejores escenas que podremos ver este año en una sala de cine.

No sorprende que A24 y el propio Barry Jenkins, director de Moonlight, estén tras la producción de esta película. Tampoco sorprende que se esté colando en casi todas las listas de lo mejor del año o en las nominaciones y quinielas para la temporada de premios que ahora empieza. No sorprende una vez que la ves, claro. Una película que una vez vista es difícil de olvidar.

Aftersun

Media Flipesci:
7.2
Título original:
Director:
Charlotte Wells
Actores:
Paul Mescal, Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall
Fecha de estreno:
16/12/2022