La industria del cine y los cambios que vienen

Estamos en un momento clave para la industria del cine. En realidad eso es quedarse corto, porque lo que estamos viviendo es una época de cambio estructural en la sociedad que solo podrá ser comprendida y valorada cuando tengamos la perspectiva del tiempo. Nosotros vamos a centrarnos en el cine y en los retos y cambios a los que se va a enfrentar en los próximos años. Una vez expuesto a que se enfrenta, en un próximo artículo recordaremos como resolvió en el pasado la industria del cine problemas parecidos para, quizás así, poder tratar de vislumbrar que es lo que viene.

El poder de los oligopolios

Nos decía Vigalondo en la jugosa entrevista que le hicimos hace unas semanas que «la poca atomización que hay ahora mismo [en la industria del cine] no tiene precedentes y solamente tiene paralelismos en la poca atomización que hay en las industrias relacionadas con internet«. Efectivamente, cada vez son menos estudios los que controlan mayor porcentaje de la taquilla y las películas pequeñas y medianas tienen más difícil hacerse un hueco. El máximo exponente de esto es Disney, un estudio que domina de una manera abrumadora la taquilla. Controla el calendario de estrenos y copa las salas de cine con su catálogo, su posición dominante le ha permitido exigir condiciones leoninas a los exhibidores y adquirir, a golpe de talonario, el catálogo de otros competidores. El desmesurado tamaño y poder de Disney es un problema que ya analizamos en el artículo El villano de Marvel es Mickey Mouse.

El villano en Marvel es Mickey Mouse

14/11/2019 - Ricardo Fernández

Seguimos con nuestra serie de artículos sobre el estado de la industria del cine en nuestra serie #NuevoHollywoodDigital. En este artículo hablamos de los peligros de Disney. Leer más

Pérdida de público y falta de relevo

Es cierto que las películas son cada vez más taquilleras -también hay que tener en cuenta la inflación y la subida del precio de las entradas- pero eso no se refleja en el número de entradas vendidas. Una vez más la industria se separa en dos velocidades, por un lado los grandes estudios -que cada vez son menos- y las grandes compañías de exhibición siguen creciendo; por otro lado los estudios y los cines independientes de tamaño mediano y pequeño se las ven y se las desean para continuar con vida. Eso sí, la suma de las partes es menor que antes y eso es algo que conviene resaltar. El cine se está convirtiendo en un evento del que sacan provecho unos pocos estudios y unos pocos exhibidores.

Otro problema es el envejecimiento del público. A medio plazo se presentan problemas porque las nuevas generaciones cada vez van menos al cine.

StephenFollows.com

No cabe duda de que los millennials y la generación Z (y los que vengan después) consumen y van a consumir contenido audiovisual a un ritmo inimaginable hace unos años, mucho más que cualquier generación anterior. Sin embargo el cine no es una de sus prioridades. Las series, youtubers, videojuegos o formatos como Tik Tok han cogido el relevo para ocupar el tiempo de ocio.

Puede haber muchos factores que expliquen esto. Uno de esos factores, sin duda, es el precio sumado a los efectos que tuvo la piratería en la percepción del mismo y el cambio de consumos. Tampoco hay que desdeñar que haya un exceso de películas que hacen referencia a mundos que les son totalmente ajenos a las nuevas generaciones. Los grandes lanzamientos enfocados en la nostalgia pueden ser pan para hoy y hambre para mañana y el mañana está más cerca de lo que parece. Este año hemos visto fracasar a Terminator, Los ángeles de Charlie o Hellboy e incluso una saga tan fuerte como Star Wars está despertando menor interés del previsto hace unos años (en cine por lo menos, en televisión es otra cosa). Otro factor importante a tener en cuenta es el desplazamiento de los cines desde las ciudades hacia el extrarradio. En muchas ciudades a los niños y adolescentes les resulta muy complicado, sino imposible, ir al cine sin la compañía de un adulto.

Encuesta realizada a 1.000 jóvenes británicos entre 11 y 15 años por Into Film

Quizá algunas majors decidan que no merece la pena seguir luchando por el cine y enfoquen sus esfuerzos en el streaming y el VOD, tal y como apuntaba Vigalondo en la entrevista que mencionábamos antes. El caso es que si el cine en salas no quiere perder relevancia debería luchar para enganchar a la gente más joven.

Florecimiento de nuevos talentos

Igual otra de las razones para la desconexión del público joven es que los responsables de la industria son cada vez más mayores y que muchas estrellas del pasado están en decadencia. Por ejemplo, en breve se estrenará Huérfanos de Brooklyn, dirigida por Edward Norton y protagonizada por el propio Edward Norton, Bruce Willis y Alec Baldwin. Ese reparto hace no tantos años era un gran reclamo, ahora huele a naftalina. Hoy las nuevas estrellas son Timothée Chalamet, Zendaya, Tom Holland o Emma Watson. Habrá que ver si logran tener la misma capacidad de atracción para la taquilla que tuvieron las anteriores generaciones.

Gráfico de StephenFollows.com sobre la edad guionistas, productores y directores en Hollywood

Iñaki ya habló de algunos nuevos talentos en el cine de terror como Jordan Peele, Ari Aster o Robert Eggers. Algunos de ellos, además, están logrando hacerse su hueco en la difícil taquilla actual más allá de los aficionados al género. Sobre todo Jordan Peele, que compitió por el Oscar con Déjame salir, volvió a triunfar en taquilla con Nosotros y se ha convertido en una estrella en Estados Unidos.

Nosotros somos la pesadilla americana

03/04/2019 - Ricardo Fernández

'Nosotros' es la última película de Jordan Peele, una película llena de simbolismos y metáforas que aquí tratamos de descifrar. Leer más

Más allá del género de terror, hay otros nombre relevantes que están avanzando desde el indie a terrenos más mainstream. Por ejemplo Noah Baumbach, el director independiente por excelencia de Nueva York que con Marriage Story suena fuerte para la temporada de premios (ya estuvo nominado a mejor guión por Una historia de Brooklyn). También de Nueva York vienen los hermanos Safdie con Uncut Gems (producida por Scorsese). Si Baumbach es el representante del cine indie más sofisticado e intelectual de Nueva York, deudor de Woody Allen, estos dos hermanos representan la escena más underground y periférica de Nueva York. Con su anterior película -la notable Good Time– ya estuvieron en Cannes.

Greta Gerwig era la reina mumblecore no hace tanto y ahora, tras Lady Bird que compitió en la carrera de los Oscar el año pasado, estrenará una nueva versión de Mujercitas que va a dar mucho que hablar. Marielle Heller explotó en Sundance con su The Diary of a Teenage Girl y después de eso ha trabajado con Melissa McCarthy en ¿Podrás perdonarme algún día? (fue nominada al Oscar) y ahora con Tom Hanks en Un hermoso día en el vecindario. Barry Lyndon ganó el Oscar por Moonlight, su segunda película y se lo arrebató a La La Land, también la segunda película de Damien Chazelle. Incluso Disney/Marvel anda buscando nuevos nombres. Fue muy comentado que le ofrecieron a Lucrecia Martel dirigir La viuda negra, han encargado la dirección de Eternals a Chloe Zao (directora de la exquisita y muy pequeña The Rider) y la de Shang-Chi y la Leyenda de los Diez anillos a Destin Daniel Cretton (director de Las vidas de Grace). La cantera del cine independiente está dando sus frutos.

La guerra del streaming

Sobre la llegada del streaming hablamos largo y tendido el año pasado. Este año ya ha desembarcado Disney+ con unos números de récord (cómo no). También Apple TV, HBO Max y Peacock (de la NBC). Esto plantea muchísimos retos a la industria del cine, resumidos en la necesidad de diferenciar el visionado en cine y la lucha entre la comodidad de verlo en casa frente a calidad de la experiencia. El cine ya se enfrentó al reto de la televisión, más tarde del video y ahora el rival parece mucho más duro. En los últimos años estamos viendo un aumento de los efectos especiales, la espectacularidad visual y sonora y formatos cada vez más alargados buscando la espectacularidad del visionado en sala, algo parecido a lo que ocurrió en los años 50 y 60 con el uso y el abuso del cinemascope para diferenciarse de la televisión. Eso sí, a veces hay más preocupación por eso que por el guion o la coherencia de la película lo cual resulta terriblemente contraproducente.

Gráfico de StephenFollows.com que muestra la evolución de la relación de aspecto en los últimos años.

Por otro lado el streaming es un nuevo circuito de exhibición y producción que está permitiendo no solo mantenerse a la industria audiovisual sino que en algunos sectores se puede decir que está viviendo una época dorada. Rebordinos nos decía en una reciente entrevista que «A nivel de España nunca ha habido menos paro y nunca ha habido más gente trabajando en la industria del cine. Esto es debido fundamentalmente a plataformas y a series de Antena 3, Movistar, HBO…»

Cine hecho por mujeres

Como en todos los ámbitos de la sociedad las mujeres están reclamando más presencia en el mundo del cine, en todos los campos del cine y no solo como caras y cuerpos bonitos. Unas peticiones que vienen de antes pero que han sido espoleadas por el movimiento #MeToo y que son ya un clamor. Como suele ocurrir la industria refleja estos cambios, no tanto porque se sumen a la reivindicación sino porque la sociedad sí que lo hace y la industria se sube a esa ola. Los tiempos están cambiando y lo que demanda el público también. Iñaki dedicó un interesante artículo al cine de terror dirigido por mujeres; pero la presencia de mujeres tras las cámaras en películas importantes comienza a ser cada vez más normal. También presidiendo jurados, en puestos ejecutivos o de relevancia de la industria. Muy lejos de la paridad y la normalidad, eso sí, y con algunas desigualdades difíciles de explicar; pero es difícil imaginar que este movimiento no sea absolutamente imparable en la próxima década. Este punto, además, puede ayudar a conectar con los nuevos públicos con una visión de los roles masculino y femenino muy distinta que las anteriores generaciones.

Porcentaje de mujeres productoras. Mejorando, pero todavía en niveles muy bajos.

El auge de China

Hay un mercado que sí que está floreciendo, el chino. Su peso es tan fuerte que hay películas chinas que se han colado entre las más taquilleras del año triunfando solo en su mercado doméstico (Ne Zha, The Wandering Earth, My People, My CountryThe Captain están en este momento en el Top 20 mundial de 2019). Para las grandes producciones es tan fundamental, o más, triunfar en China como hacerlo en Estados Unidos. Claro que eso conlleva una serie de concesiones como pueden ser cambios en el guion destinados a gustar al público chino o introducción de actores asiáticos aunque las dos cosas a veces ocurran de manera forzada. Hasta ahí es algo asumible -aunque la búsqueda del menor denominador común siempre acaba afectando a la calidad– pero no hay que olvidar que China es una dictadura con una censura y un control de la información fortísimo. En la lucha entre el dinero contra la libertad de expresión ya sabemos lo que suele pasar. Un ejemplo lo tuvimos este verano con la NBA y las protestas en Hong Kong. Que el año que viene Disney saque su primer superhéroe asiático protagonista no es grave, que no se puedan decir ciertas cosas o hablar de ciertos temas para no ofender a la dictadura china, sí.

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