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Todos los años hay una “película de terror del año” y en este toca, Háblame. El año pasado fue Smile, con la que, por cierto, comparte no pocas cosas. Por ejemplo, como aquella, esta es una ópera prima. Si bien es el primer largo de los gemelos australianos Danny y Michael Philippou, no son unos desconocidos. Vienen del mundo de Youtube con un canal, Racka Racka, con casi 7 millones de suscriptores.

La generación Youtube

No debería sorprendernos que empiecen a aparecer directores que vengan de Youtube. De la misma manera que en los años 50 tuvimos la generación de la televisión, con nombres tan ilustres como Sidney Lumet o Robert Altman. Gente que se curtió en trabajos menores en un formato joven que aportaba nuevas formas de trabajar y de entender el audiovisual. Lo lógico es que unos jóvenes con inquietudes de rodar, hoy por hoy, recurran a alguna plataforma de streaming. En otro estilo, alejado del terror y de los vídeos graciosos, Kogonada (Columbus, After Yang) empezó haciendo videoensayos en streaming que llamaron la atención de Sight & Sound. Este mismo año, y en circuito mucho más independiente y bastante experimental, ha dado qué hablar el primer trabajo de otro youtuber, Kyle Edward Ball, también de terror, Skinamarink, en la que hace básicamente lo mismo que en su canal: recrear pesadillas. Hace unos meses escribió un artículo muy interesante Desirée de Fez en el que habla de Ball, los Philippou y algunos otros nuevos directores de terror.

El tono del canal de los Philippou es de vídeos de pura diversión y sin mayores pretensiones que sirven para curtirse. Han trabajado mucho el efecto vistoso, dominando los trucos y usando sabiamente el efecto digital. Eso queda reflejado muy claramente en la película, que está repleta de recursos visuales resueltos con elegancia. Muy efectivos pero con acertada moderación y sin abusar del CGI. En cierto sentido se podría resumir Háblame como una película acerca de la importancia de la dosis correcta, y parece que los directores tienen claro que muchas veces menos es más. Por supuesto, están presentes los móviles, los vídeos, la generación digital. Todo de forma muy natural y costumbrista. Pero quien haya visto la película, verá que es cine puro, muy alejado de las gracietas de los vídeos de su canal. Al contrario que Ball, que en Skinamarink hace lo que venía trabajando en Youtube, aquí hay un cambio de tono total. Tiene truco. Ambos hermanos han trabajado en diversas tareas menores en rodajes anteriormente. Aunque sean conocidos por Youtube se han movido en el entorno cinematográfico y tienen experiencia. Tienen referentes de cine por encima de todo.

Se nota influencia de Jordan Peele, que es un referente lógico para cualquier director joven. Algunos planos y en concreto algunos elementos, como el sillón o las tijeras, recuerdan considerablemente a Déjame salir o Nosotros. También el concepto de posesión y en general el tratamiento de los personajes. Unos personajes, por cierto, muy bien escritos. Y tampoco podía faltar cierta reminiscencia a Ari Aster, con quien comparten productora, A24. Los traumas y el golpe dramático para enfatizar el terror son muy marca de la casa. La responsabilidad sobre los menores. Ellos se han mostrado muy halagados porque ambos directores, a quienes admiran, les hayan felicitado. Aunque las referencias que ellos mencionan en entrevistas se remonta más al terror de los 70 y 80, y en especialmente citan El exorcista.

Déjame salir / Háblame

El dominio técnico de los Philippou está claro. El plano secuencia que abre la película funciona mucho más allá de la demostración de fuerza. Las posesiones. Los sustos. Conocen el género y se mueven como pez en el agua en el audiovisual. ¿Pero es esta una concatenación de trucos de unos aficionados? ¿Hay un discurso detrás de estas imágenes? Sí, por encima de todo esta es una película de personajes y tiene muy claro lo que está contando.

Háblame de las drogas

Ya lo he adelantado antes, esta es una película sobre dosis adecuadas. Empieza con el suceso traumático de la madre de la protagonista. Un poco más adelante sabremos que se debió a un exceso de somníferos. Tomar somníferos en una dosis moderada es razonable; pasarse puede ser letal. El núcleo de la película se centra en una misteriosa figura esotérica en forma de mano que sirve de puente con el más allá. Ponto nos dan las normas del juego. No más de 90 segundos, esa es la dosis máxima recomendada. A partir de ahí también puede ser letal. Se insiste mucho y se juega con ello. Incluso cuando se duda si el más joven debería probar o no este peligroso artefacto oscuro, la cuestión se plantea en términos de dosis: solo 50 segundos. Como dijo Paracelso, solo la dosis hace el veneno.

A nadie se le escapa que Háblame trata metafóricamente sobre la iniciación de los adolescentes en las drogas. La madre está visiblemente preocupada en ese sentido (esto encaja con la referencia de El exorcista). En la primera escena del joven Riley, su colega malote le invita a fumar. Él no quiere y recibe el reproche social del otro. Todo el ritual de uso de la mano es igual al de probar una nueva y peligrosa droga. Si habéis visto las imágenes de los estragos del Fentanilo en USA veréis que no anda tan lejos de lo que vemos en la película. A ver quién se atreve, quién es suficientemente mayor, quién es guay. “No conozco a nadie” dice Riley en la fiesta, a lo que le responden “al final no dirás lo mismo”. Una vez más la integración social. Quienes prueban la experiencia de la mano, a pesar del miedo inicial, relatan unas sensaciones placenteras, con cierta pérdida de control. Llegan a hacer locuras, como besar a un perro. Todo dentro de una ambiente lúdico muy bien expresado en un montaje rápido y divertido con música.

Hand challenge

Como jóvenes en general y youtubers en particular, es normal que los directores se muevan como pez en el agua con las modas digitales. Hacen, desde la primera secuencia, una crítica al desprecio a la intimidad, grabando y publicando cualquier cosa, cuanto más terrible mejor. También vemos como la moda de enfrentarse a la mano viene como un vídeo que circula y que supone un reto. Como esos challenges que se pusieron tan de moda en el que había que hacer barbaridades como tragar canela sin agua. Este tipo de retos encajan con la imprudencia de la adolescencia. Han existido siempre, como cuando James Dean jugaba a ser el último en frenar en Rebelde sin causa. Pero ahora se han agrupado en torno a esos retos de Internet. Hand challenge podríamos llamar a este. Algunos retos son más o menos inofensivos, como volcarse un cubo de agua, pero otros pueden ser más peligrosos, como bajarse del coche en marcha. Rebeldes sin causa que combinan una mezcla explosiva de la adolescencia: la necesidad de impresionar y el escaso miedo a la muerte.

Esta idea de insensatez adolescente y coqueteo con el peligro de muerte conecta con otra de las películas más influyentes del terror actual, It Follows. Ha sido tan influeyente que era el referente más claro -quiza demasiado- de la anterior peli de terror del año, Smile. En It Follows se contraponía el placer del sexo con las enfermedades venéreas y en esta es el placer de las drogas y las sobredosis. En ambas, la muerte como una idea que se va construyendo de manera palpable en la transición de la adolescencia a la edad adulta.

La salud mental

Otro de los temas principales está muy de actualidad: la salud mental. Es una película sobre el duelo y sobre traumas no resueltos. Llegado a un punto de la película tendremos que preguntarnos hasta dónde llega el fantástico y dónde empiezan los problemas mentales. Volvemos otra vez a Smile, que trataba básicamente de problemas mentales y de su impacto en los demás. Ya he dicho que tenían varias cosas en común. Esta dualidad entre el fantástico y los problemas mentales es un recurso muy utilizado en el terror reciente, muy dado al drama psicológico, y especialmente -sí, voy a usar la etiqueta maldita- en el terror elevado. Me parece interesante señalar que los directores trabajaron en Babadook, quizá la película que más abusa de esta idea. Si te pasas de frenada puedes estropear la dimensión fantástica de la historia -como creo que le pasaba a Babadook, muy apreciada por muchos- pero aquí los directores lo utilizan en su justa medida. De nuevo, la dosis adecuada. Un buen equilibrio entre la interpretación psicológica y lo paranormal. 

Todo está en su justa dosis en Háblame. La realización, la idea de fondo, unos personajes muy bien escritos que importan. Te crees las reacciones de los chavales, sus relaciones. Es una excelente ópera prima y por supuesto que quiero ver la próxima película de estos gemelos. El problema del equilibrio es que muchas veces puede resultar en obras que terminan olvidándose porque no destaca demasiado en nada en especial. Una vez más, esto también ocurría en Smile. Cuidado con la dosis, de moderación también puedes pasarte.

Háblame

Media Flipesci:
6.6
Título original:
Director:
Danny Philippou
Actores:
Ari McCarthy, Hamish Phillips, Kit Erhart-Bruce, Sarah Brokensha, Jayden Davison, Sunny Johnson, Sophie Wilde
Fecha de estreno:
11/08/2023