En la anterior entrega hablamos del elevated horror

No solo hay nuevos nombres en el cine de terror, también hay resucitados. M. Night Shyamalan es uno de los cineastas más interesantes que nos dejó el final del siglo XX. Antes de que se hablara del elevated horror, él ya se molestaba en darle un fondo emocional a los personajes que importaba más que el terror en sí mismo. Tomó los géneros menos reputados del momento, fantasmas, superhéroes -cuando no tenían la importancia que tienen ahora- o extraterrestres y con ello contó historias sobre la fe, los problemas de pareja o el bullying. Con un estilo personal, una planificación elegante, un dominio del tempo y del suspense. Con unas decisiones diferentes.

Pero por alguna razón, su carrera se torció. La joven del agua no funcionó en taquilla y aunque su siguiente película, El incidente, funcionó moderadamente, tanto una como la otra fue masacrada por la crítica americana, a pesar de que son dos excelentes películas. Nunca ha sido muy del gusto de la crítica americana -mientras en Europa era y es el niño bonito de Cahiers du Cinema- pero hasta entonces el éxito comercial había sido suficiente para no darle demasiada importancia. Incluso se atrevió a ridiculizar a la crítica con el personaje del crítico en La joven del agua.

Quizá con la idea de recuperar la seguridad económica, se lanzó a hacer una película de épica infantil de gran presupuesto, Airbender: el último guerrero. Decía que era para su hijo. El caso es que en taquilla le fue regular y la película apenas tenía nada de su personalidad. Iba a ser una saga y se quedó ahí. La crítica fue a peor. Después ya no fue por su hijo, fue por el hijo de Will Smith: After Earth. Le costó sacarla adelante, tras los resultados anteriores. Y esta sí que fue una buena galleta, sobre todo porque vendió poco en USA. Si Airbender era un producto gris sin personalidad, After Earth era directamente mala. Después de dos gatillazos, Shyamalan estaba teniendo dificultades para volver a rodar. Pero el inquieto director no tenía intención de esperar sentado a que apareciera un proyecto, decidió tomar la iniciativa. El nuevo cine de terror low cost le salvó.

Dos años después de su último fiasco tomó 5 M$ de su propio bolsillo y los puso para hacer una película con Blumhouse: La visita. El truco estaba en pasarse al género más rentable del terror: el found footage. Películas que fingen estar rodadas con las cámaras de los personajes por lo que todo el apartado técnico resulta mucho más barato. Shyamalan siempre ha sido un director que mueve la cámara de maravilla, que cuida mucho la fotografía y la banda sonora. Se podría pensar que en un found footage, que cuanto más feo, más realista, podría estar desperdiciado su talento, pero lo cierto es que su dominio del suspense, los personajes y las sorpresas, le sirvió y consiguió una película pequeña pero que no estaba nada mal. Los 5 M$ recaudaron casi 100 M$, y con eso Shyamalan recuperó algo de dinero pero, sobre todo, la confianza del espectador.

Con las ganancias volvió a repetir la operación. Su siguiente película, Split, costó casi el doble, 9 M$. Fue un éxito absoluto de taquilla que recaudó 278 M$ y dejó claro que lo de La visita no era una anécdota. Shyamalan volvía a estar entre los grandes, aunque fuera con presupuestos pequeños. Le saca todo el partido que puede a lo que tiene y lo hace bien. Aunque quizá el valor más interesante de esta película, que ahora ya está desvelado, es que su giro final -marca de la casa- no es una sorpresa dentro de la trama sino fuera de la película. Desde hacía mucho tiempo llevaba hablando de rodar una secuela de El protegido, y Split resultó ser, sorpresivamente, y en giro final, un puente entre ambas. De repente todo cobraba sentido, el poster quebrado no hacía solo referencia a la personalidad múltiple del villano (split significa partido, roto, dividido) sino que iba a juego con el poster roto de El protegido (cuyo título original es Unbreakable -irrompible). Las pistas estaban a la vista, como suele pasar en sus películas, pero esta vez el giro sorpresa era metacinematográfico. Por otra parte, con toda la elegancia misteriosa que le caracteriza, volvió a reflexionar sobre el género de superhéroes: esta vez sobre las sagas cinematográficas y sus escenas finales, usando su sorpresa como una especie de escena post-créditos de Marvel. Y la crítica cedió esta vez.

Split: Shyamalan apostando fuerte

19/02/2017 - Iñaki Ortiz Gascón

7.5 Antes de entrar a hablar sobre Split (Múltiple), permitidme situarla dentro de la filmografía de M. Night Shyamalan, en un punto de inflexión que creo que será muy relevante en su carrera. Después de que Shyamalan estrenara El sexto sentido -las dos comedias (!) anteriores las obviaremos- rápidamente vimos que había un nuevo nombre a tener en […] Leer más

Ya con dinero suficiente, duplicando otra vez el presupuesto, hasta llegar a los 20 M$, rodó su tantas veces anunciada segunda parte de El protegido: Glass. En mi opinión se echa en falta algo más de recursos, pero lo cierto es que volvió a ser un éxito, haciendo 246 M$ por lo que parece que Shyamalan ha salido definitivamente del bache. Y lo más importante: no lo ha hecho vendiéndose a la industria, como intentó con Airbender. Lo ha conseguido con proyectos autorales, haciendo lo que quiere hacer. Quizá no tenía el presupuesto necesario y es verdad que esta vez la crítica le ha vuelto a dar la espalda. No importa, Shyamalan vuelve a hacer lo que le da la gana.

Vamos acabando ya con el repaso al nuevo cine de terror. En la próxima entrega hablaremos de otra característica de nuestro tiempo: las directoras del cine de terror:

Nuevo cine de terror. 4- Las directoras toman la palabra

05/12/2019 - Iñaki Ortiz Gascón

En la anterior entrega hablé de la resurrección de Shyamalan. Una de las características del momento actual es la figura de la mujer en el cine, tanto como creadoras, como con respecto a personajes con verdadera entidad. En el cine de terror está habiendo una necesaria revisitación de los roles habituales de las mujeres. De […] Leer más

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